Martha P. Arellano-Salazar
Centro Médico Altamirano Nefrólogos Asociados. Lima, Perú
https://orcid.org/0000-0002-3286-8520
RESUMEN
La carboxiterapia es una técnica médica que utiliza el dióxido de carbono con fines terapéuticos. El objetivo de esta revisión fue evaluar la evidencia científica sobre los efectos de la carboxiterapia en la salud metabólica. Las aplicaciones de carboxiterapia abarcan varias áreas de la medicina. La evidencia muestra que el dióxido de carbono no sólo es un importante regulador del pH en la sangre, sino que también regula la expresión de genes, factores de crecimiento y estimula la producción de células endoteliales progenitoras. Estos hechos se ven reflejados en el incremento de la microcirculación en piel (donde se estimula producción de colágeno), en el tejido celular subcutáneo (en el que se ha evidenciado lipólisis y reducción del mismo), en el músculo (en el que estimula la biogénesis mitocondrial y la diferenciación de fibras musculares) y hueso (en el que estimula su reparación). La activación de la microcirculación está mediada por el incremento de la expresión del factor de crecimiento de endotelio vascular. Pese a la evidencia mostrada, se necesitan más estudios de investigación de carboxiterapia aplicada en los distintos campos de la medicina.
Palabras clave: CO2, dióxido de carbono, carboxiterapia, terapia con CO2.
ABSTRACT
Carboxytherapy is a medical technique that utilizes carbon dioxide for therapeutic purposes. The aim of this review was to assess the scientific evidence on the effects of carboxytherapy on metabolic health. The applications of carboxytherapy span various fields of medicine. Evidence shows that carbon dioxide is not only a key regulator of blood pH but also modulates gene expression, growth factors, and stimulates the production of endothelial progenitor cells. These effects are reflected in increased microcirculation in the skin (where collagen production is stimulated), in subcutaneous adipose tissue (where lipolysis and tissue reduction have been observed), in muscle (where it promotes mitochondrial biogenesis and muscle fiber differentiation), and in bone (where it
stimulates repair). The activation of microcirculation is mediated by the upregulation of vascular endothelial growth factor. Despite the existing evidence, further research on the application of carboxytherapy in different medical fields is needed.
Keywords: CO2, carbon dioxide, CO2 therapy, carboxytherapy.
INTRODUCCIÓN
La carboxiterapia es una técnica médica que utiliza el dióxido de carbono con fines terapéuticos. El término “carboxiterapia” que fue acuñado por el Dr. Parassoni en 1995 en el XVI Congreso Nacional de Medicina Estética en Roma (Brandi, 2022), alude a la aplicación percutánea de dióxido de carbono con la inyección subcutánea o intradérmica del gas. Existen además otras formas de aplicación del dióxido de carbono como el gas disuelto en agua o a través de geles (Hartmann et al., 1989 y Oe et al., 2011). La historia de la carboxiterapia moderna nace en Francia, desde los primeros ensayos en 1920 que probaron la inocuidad del gas inyectado de forma subcutánea y en los años 30 en el Instituto Royat en Clermont- Ferrand, con las aplicaciones terapéuticas del dióxido de carbono usando las aguas termales para problemas circulatorios; aquí mismo en 1946 se creó Instituto de Investigaciones Cardiovasculares, uno de los primeros centros europeos en tratar problemas cardiovasculares y circulatorios aplicando el CO2 disuelto en agua y cuyas investigaciones sentaron las bases de la carboxiterapia actual (Brandi, 2022). Las indicaciones iniciales de la aplicación del dióxido de carbono fueron dos: enfermedad arterial periférica y síndrome de Raynaud (Fabry et al., 2006), posteriormente se
como artritis y fibromialgia (Body, 2014). En la actualidad uno de los usos de carboxiterapia más investigado y difundido es en el tratamiento de heridas crónicas con resultados importantes (Prazeres et al., 2025), no obstante, hay un gran abanico de posibilidades de aplicación de carboxiterapia en distintas áreas de la medicina: en dermatología por ejemplo, se usa con éxito para rejuvenecimiento de piel, estrías, hiperpigmentación infraorbitaria, linfedema, alopecia, psoriasis morfea y también en vitíligo (Bagherani et al., 2023); en cirugía plástica para remodelación corporal e injertos de piel; en terapia del dolor para epicondilitis, cervicalgia, tendinitis; en ginecología para sequedad vaginal, rejuvenecimiento vaginal, dismenorrea; en endocrinología para adiposidad localizada como tratamiento complementario de la pérdida de peso, entre otras (Shtroblia et al., 2023). El objetivo de esta revisión fue evaluar la evidencia científica sobre los efectos de la carboxiterapia en la salud metabólica.
MATERIALES Y MÉTODOS
Se llevó a cabo una búsqueda narrativa en las bases de datos PMC, PubMed, y Google Scholar a través de diferentes combinaciones de los términos “carboxytherapy”, “carbon dioxidetherapy” “carboxiterapia” “carbon dioxide”, “CO ”,
halló evidencia de su empleo, basado en
“CO
2
2therapy”,“transcutaneousCO2”;
sus efectos fisiológicos de vasodilatación, cicatrización de heridas y alivio del dolor, en patologías como disfunción eréctil, esclerodermia y problemas reumatológicos
se extrajeron los trabajos concernientes al tema, se revisaron los resúmenes de los artículos y se identificaron los más relevantes para esta revisión.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
El dióxido de carbono en los sistemas biológicos
33El dióxido de carbono se forma continuamente en el organismo y participa en diversas funciones en nuestro cuerpo, una parte de él es descargado en los alvéolos y se elimina de éstos mediante la ventilación. El CO2 tiene la propiedad de difundir fácilmente a través de tejidos y membranas celulares, ya que su capacidad de difusión en el estado de reposo es mucho mayor que la del oxígeno (400 a 450 ml/min/mmHg para el CO2 vs 21 ml/min/mmHg para el O2). Las concentraciones elevadas del CO2 promueven el efecto Bohr, por medio del cual la curva de disociación O2: Hb se desplaza a la derecha como respuesta a las concentraciones de CO2 e hidrogeniones de la sangre dando como resultado la liberación de oxígeno de sangre a tejidos. Además, el dióxido de carbono juega un rol protagónico en la regulación del pH. El CO2 disuelto en agua reacciona con ésta para formar ácido carbónico, H2CO3, que luego se disocia en bicarbonato (HCO -
) e H+. El equilibro que se logre entre bicarbonato y ácido carbónico es esencial en el mantenimiento del pH en sangre y tejidos (Hall et al., 2011).
Investigaciones realizadas en Europa desde inicios del siglo pasado, ya mostraban que el dióxido de carbono era capaz de producir vasodilatación en la piel sumergida en agua carbonatada (Diji & Greenfield, 1960; Hartmann et al., 1989). Posteriormente un estudio investigó los efectos del baño en agua enriquecida con CO₂ en la angiogénesis de extremidades isquémicas en ratones. Los resultados mostraron un aumento significativo en la perfusión sanguínea,
formación de vasos colaterales y densidad capilar. Se observó un incremento en los niveles del factor de crecimiento de endotelio vascular (VEGF, por sus siglas en inglés), activación de la síntesis de óxido nítrico (NO) y movilización de células progenitoras endoteliales. Estos hallazgos sugerían que la terapia con CO₂ es capaz de promover neovascularización a través de la activación de factores crecimiento (Irie et al., 2005). A su vez, otra investigación exponía que la administración transcutánea del CO2 disuelto en agua a pacientes con diabetes mellitus y ateroesclerosis obliterante mostró aumento significativo en VEGF y en las células progenitoras endoteliales CD34+CD33+, favoreciendo la angiogénesis y mejorando la circulación sanguínea en las extremidades inferiores con la consiguiente reducción de los síntomas como adormecimiento y edema (Saito & Nonomura, 2006). Recientemente se han descrito una serie de sensores celulares que son capaces de discriminar las pequeñas variaciones de dióxido de carbono y a través de los cuales el CO2 también sería capaz de activar/inhibir diversas funciones dependiendo de la concentración y la duración de la exposición (Cummins et al., 2014 y Galganska et al., 2021). Un estudio mostró que el dióxido de carbono tiene un poder antiinflamatorio eficaz y que ejerce sus efectos a través de la regulación de ERK1/2 (quinasas reguladas por señales extracelulares 1 y 2) en células endoteliales cultivadas cuando la concentración de CO2 se eleva, sin embargo, el efecto del CO2 sobre la actividad de ERK1/2, varía dependiendo de su concentración (Galganska et al., 2021). Además se le ha atribuido al dióxido de carbono la propiedad de reducir los niveles de especies reactivas de oxígeno e incrementar niveles de sustancias antioxidantes (Bolevich et al., 2016 y
Dogliotti et al., 2011). Se ha reportado asimismo, que el CO2 podría tener un efecto regulador sobre la resistencia a la insulina, posiblemente a través de la inactivación de ERK1/2 y la p38 (proteína que regula diversas funciones celulares y está relacionada con la inflamación), y que su aplicación puede tener efectos beneficiosos tanto en la mejora de la sensibilidad a la insulina como en la cicatrización de heridas diabéticas (Gałgańska et al., 2023).
Efectos de la carboxiterapia en la piel
En los últimos años la carboxiterapia ha sido considerada una herramienta efectiva y segura para tratamientos de rejuvenecimiento, dado que la aplicación subcutánea de CO2 ha mostrado ser capaz de promover la cicatrización de heridas, reducir el tejido cicatricial y aumentar la renovación de colágeno, lo que la convierte en un instrumento valioso para lograr una amplia gama de beneficios estéticos. Varios estudios han demostrado que el efecto vasodilatador del dióxido de carbono en piel favorece la microcirculación y el aporte de oxígeno, hecho que contribuye a los beneficios antes señalados (Diji & Greenfield, 1960 y Minamiyama & Yamamoto, 2010). Un trabajo experimental con estudios histológicos en roedores probó que la inyección subcutánea e intradérmica de dióxido de carbono aumentó el recambio de colágeno en comparación con los controles, además mostró que la inyección intradérmica logra una mayor densidad de haces de colágeno (Ferreira et al., 2008). Posteriormente, en otro estudio cuasiexperimental con nueve voluntarias a quienes se aplicó una sola sesión de carboxiterapia en la región infraumbilical; el análisis histológico reveló un aumento significativo en la síntesis de colágeno (Oliveira et al., 2020). Un ensayo clínico
aleatorizado y doble ciego confirmó el efecto de la aplicación de dióxido de carbono en la cicatrización de heridas crónicas en pacientes diabéticos. Después de 20 terapias de CO2 en cuatro semanas, 20 de 30 heridas cicatrizaron completamente, mientras que en el grupo de control que recibió 20 terapias placebo con aire, ninguna herida cicatrizó completamente (Macura et al., 2020). Un trabajo retrospectivo de 4 años, evaluó el efecto de la aplicación transcutánea de dióxido de carbono en
86 pacientes con heridas crónicas. Los resultados evidenciaron mejoría clínica de la granulación de la herida, así como reducción de secreciones y mal olor dentro de la semana de tratamiento (Wollina et al., 2004). Por otra parte, se estudiaron los efectos de la carboxiterapia en la cicatrización de heridas de insuficiencia venosa en ratas. Se compararon tres grupos: un grupo control, un grupo tratado con sulfadiazina de plata, y un grupo tratado con carboxiterapia. Los resultados comprobaron que la carboxiterapia redujo la inflamación, mejoró la producción de fibronectina, y condujo a una cicatrización más organizada en comparación con los otros grupos (Brochado et al., 2019). La aplicación de carboxiterapia también mostró ser segura y efectiva para la atenuación de cicatrices recientes en rostro, mejorando la apariencia de la piel (Arellano, 2013). Un ensayo reciente que comparó el uso de carboxiterapia sola y combinada con ácidos con propiedades antioxidantes y regeneradoras encontró que la carboxiterapia sola mejoró la hidratación y elasticidad de la piel alrededor de los ojos, pero los efectos fueron más pronunciados cuando se combinó con ácido lactobiónico, ferúlico y ascórbico. La terapia combinada exhibió mayores mejoras en la firmeza y biomecánica cutánea, sugiriendo una
sinergia entre la carboxiterapia y los ácidos
utilizados (Kołodziejczak et al., 2025).
Efectos de la carboxiterapia en el tejido celular subcutáneo
Hace un poco más de veinte años una publicación ponía en evidencia el efecto de la carboxiterapia en el tejido celular subcutáneo (TCSC), el Dr. Cesare Brandi y su equipo de investigadores reportaron un estudio que incluía 48 mujeres con grasa localizada en abdomen, muslos y/o rodillas a quienes aplicaron dióxido de carbono subcutáneo; evaluaron los efectos en la microcirculación con láser Doppler así como la concentración final de oxígeno en el tejido y realizaron biopsia en las zonas tratadas antes y después de aplicar el tratamiento. Sus resultados mostraron reducción significativa del volumen de las zonas tratadas, incremento de la microcirculación, así como aumento en la presión transcutánea de oxígeno y en el estudio microscópico reportaron fractura del tejido adiposo con liberación de triglicéridos a los espacios intercelulares y adipocitos con líneas de fractura en la membrana plasmática (Brandi et al., 2001). Otro ensayo clínico con estudio histomorfológico de los adipocitos por citometría computarizada, realizado en
15 mujeres voluntarias que recibieron 6 sesiones de carboxiterapia en el abdomen, reveló reducción significativa del número de adipocitos en la pared abdominal, así como cambios en su morfología en cuanto al área, diámetro, perímetro, longitud y ancho de los adipocitos luego de la aplicación subcutánea del CO2 (Costa et al., 2011). Las investigaciones mostraban efectivamente reducción del tejido graso subcutáneo, pero el mecanismo por el cual sucede este hecho aún está en estudio. Inicialmente se planteó que sería el efecto mecánico del
ingreso del gas que produciría rotura de las células adiposas y con la consiguiente lipólisis (Balik et al., 2011). Sin embargo, la evidencia se inclina hacia un efecto metabólico del dióxido de carbono mediado por VEGF. Un estudio experimental realizado en ratones con inyección de aire vs CO2 probó que la administración de CO2 (y no de aire) condujo a la reducción del tamaño de los adipocitos en el tejido graso. Además, se demostró que en el tejido graso tratado con dióxido de carbono se incrementó notablemente la expresión de los genes tanto de VEGF-1 como del FGF-1 (factor de crecimiento fibroblástico 1) que indujeron a la formación de nuevos vasos evidenciados en el espacio intersticial del tejido graso tratado. Un hallazgo muy interesante fue que, además, la administración de CO2 aumentó en 1,7 veces la expresión del gen Ucp1 que corresponde a un gen termogénico y a una proteína de desacoplamiento, esto sumado a la disminución de genes lipogénicos darían un mayor soporte a la teoría de que la reducción del tejido celular subcutáneo por la carboxiterapia se debe a su efecto metabólico y no al efecto mecánico del gas (Park et al., 2018). Además de estos datos, también se ha evidenciado contribución de la carboxiterapia en parámetros metabólicos como circunferencia de cintura, índice de masa corporal, triglicéridos y presión arterial cuando se asocia a dieta baja en grasas y entrenamiento de intervalos de alta intensidad (HIIT) (Ahmad et al., 2022).
Efectos de la carboxiterapia en el músculo
Un equipo de investigadores de la universidad de Kobe, en Japón, reveló a través de un ensayo clínico que la aplicación transcutánea de dióxido de carbono tendría el mismo efecto que el ejercicio físico en el
sentido que lograba estimular la expresión de genes como PGC-1α (Coactivador-1 del receptor activado por proliferadores de peroxisomas (PPAR)-gamma) Sirt-
1 (Sirtuína-1) y VEGF, además de incrementar el número de mitocondrias y promover cambios de las fibras musculares (Oe et al., 2011). El estudio de (Akahane et al., 2017) investigó si la aplicación transcutánea de CO2 podría mejorar la recuperación de lesiones musculares en ratas. Se indujo daño muscular en el músculo tibial anterior de ratas mediante inyección de bupivacaina, y luego se asignaron aleatoriamente a grupos tratados o no tratados con CO2 transcutáneo. Los
ADP mientras que aumentó la de ATP en los músculos, esta síntesis de ATP podría estar relacionada con la aceleración de la recuperación muscular (Sakai et al., 2012).
Efectos de la carboxiterapia en el hueso
Hay alguna evidencia en roedores y humanos que el efecto de la aplicación transcutánea del CO2 puede llegar a beneficiar también al tejido óseo. La aplicación transcutánea de CO2 mostró prevenir la osteoporosis por desuso y la atrofia muscular al promover la angiogénesis local y el flujo sanguíneo en ratas (Nishida et al., 2024), mientras que la aplicación cutánea tópica de CO2 aceleró la curación ósea en defectos femorales
resultados mostraron que el tratamiento
con CO2 aceleró la reparación de las fibras musculares lesionadas. Además, se observaron niveles de expresión más altos de genes y proteínas relacionados con la síntesis de proteínas musculares, así como una mayor densidad capilar en el grupo tratado con CO2. El estudio concluyó que la aplicación transcutánea de CO2 puede acelerar la recuperación después de una lesión muscular en ratas. Por otro lado, el efecto de la aplicación transcutánea de CO2 en la recuperación de la fatiga muscular se evidenció en 15 voluntarios varones a quienes se les indujo fatiga muscular a través de 300 contracciones excéntricas máximas de los cuádriceps, seguido de la aplicación transcutánea de CO2 en el muslo. Se midieron parámetros como la fuerza muscular, la función física (salto largo con una pierna), el dolor muscular de aparición tardía (DOMS) mediante la escala analógica visual, y las concentraciones de ATP y ADP en el músculo. Los resultados indicaron que la aplicación de CO2 aceleró la recuperación de la fuerza muscular y la función física, disminuyó el DOMS, también disminuyó la concentración de
en ratas (Kuroiwa et al., 2019). En humanos, en un ensayo clínico de fase 1, la aplicación cutánea tópica de CO2 a través de un hidrogel mejoró la reparación de fracturas al aumentar el flujo sanguíneo y la angiogénesis, promoviendo la osificación endocondral (Niikura et al., 2019).
La carboxiterapia es una técnica con múltiples aplicaciones en medicina y sus efectos metabólicos (figura 1) están respaldados por evidencia científica. Después de su uso para regeneración de piel, la reducción de la grasa subcutánea es uno de los tratamientos más buscados. La reducción de la grasa localizada por la carboxiterapia se asocia a su efecto lipolítico, demostrado con el hallazgo de triglicéridos liberados tras su aplicación (Brandi et al., 2001). Sin embargo este efecto no es suficiente para explicar la reducción del panículo adiposo puesto que, los pacientes obesos y con resistencia a la insulina suelen tener una lipolisis basal incrementada que está relacionada con la lipoinflamación (Engin, 2017). La carboxiterapia estimula microcirculación en TCSC y mejora la oxigenación en el
tejido (efecto mediado por la liberación de VEGF-1 y FGF-1), además se ha descrito que el dióxido de carbono reduce las especies reactivas de oxígeno (ROS) y estimula la producción de sustancias antioxidantes (Dogliotti et al., 2011), estos mecanismos podrían aportar al efecto reductor. Además, como se expuso antes, la inhibición de la adipogénesis y la regulación al alza del gen termogénico Ucp1, serían factores clave para la reducción de la grasa (Park et al., 2018). Igualmente, el hecho que haya sido descrito un posible efecto del CO2 sobre la resistencia a insulina, reforzaría el impacto de la carboxiterapia en el metabolismo del TCSC. Se ha señalado también que a nivel muscular el dióxido de carbono tiene la capacidaddeactivarbiogénesismitocondrial (Oe et al., 2011) y estas mitocondrias activadas serían las responsables de iniciar β-oxidación de los ácidos grasos liberados para que sean utilizados como energía. Este paso completaría todo el ciclo tras un tratamiento con carboxiterapia para adiposidad localizada que sería: 1°activación de microcirculación en toda el área que abarca la difusión del gas desde
la piel hasta el tejido muscular; 2° en TCSC incremento de la lipólisis, pero en un estado no hipóxico ya que se estimula el efecto Bohr mejorando la oxigenación del tejido, además el CO2 disminuiría la inflamación en el TCSC; 3° a través de la microcirculación activada los ácidos grasos libres, producto de la lipólisis, llegarían hasta el músculo donde el CO2 estimula la liberación de PGC1-α y Sirt 1 que a su vez activan la biogénesis mitocondrial y el trabajo de las mitocondrias que se encargarían de la β-oxidación de los ácidos grasos provenientes del TCSC. La energía producida se evidenciaría como calor, hecho que ha sido reseñado en un estudio clínico (Abramo et al., 2009), que aunque este incremento de la temperatura fue referido a la vasodilatación, podría también deberse al fenómeno antes descrito, puesto que, en la práctica clínica se evidencia que la zona tratada permanece caliente aún después de terminado el procedimiento. El uso de carboxiterapia para lesiones musculares y óseas aún está en estudio y desarrollo, pero es bastante promisor.
Tejido celular subcutáneo
Músculo
Activación de fibroblastos y aumento de fibras colágenas y elásticas.
Libera factores de crecimiento y células progenitoras endoteliales.
Activa lipólisis local
Inhibe lipogénesis
Regula al alza la proteína Ucp1
Incrementa VEGF-1 y FGF-1
Aumento del número de mitocondrias
Cambio de tipo de fibra muscular
Figura 1. Efectos metabólicos de la aplicación de carboxiterapia (autoría propia iCDT001- 25) Ucp1: proteína de desacoplamiento y gen termogénico; VEGF-1: factor de crecimiento de endotelio vascular1; FGF-1: factor de crecimiento fibroblástico 1.
CONCLUSIONES
La carboxiterapia es una técnica médica con múltiples aplicaciones en medicina, cuyos alcances y beneficios van desde la piel hasta el tejido óseo y tienen como factor común la activación de la microcirculación a través de la estimulación de factores de crecimiento
y células progenitoras endoteliales. Sus mayores usos están en regeneración de piel y en reducción del tejido graso subcutáneo. Su empleo en tejido muscular y óseo son prometedores, pero más investigaciones en todas las áreas médicas se hacen necesarias.
Declaración de roles de autores
Arellano-Salazar Martha P.: Conceptualización; metodología; escritura, y administración del proyecto, revisión y edición.
Financiamiento de la investigación / Agradecimientos
El artículo de investigación fue autofinanciado por la investigadora.
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Declaración de roles de autores
Arellano-Salazar Martha P.: Conceptualización; metodología; escritura, y administración del proyecto, revisión y edición.
Financiamiento de la investigación/ Agradecimientos
El artículo de investigación fue autofinanciado por la investigadora.