El Mango (Mangifera indica L.) como modelo de estudios de los flavonoides

Mango (Mangifera indica L.) as a model for flavonoid studies

Edmme A. Baguer
Lima, Perú
https://orcid.org/0009-0007-1519-4476

 
Eduardo Menéndez-Álvarez
Universidad Le Cordon Bleu. Lima, Perú
https://orcid.org/0009-0007-5517-3362

 
DOI: https://doi.org/10.36955/RIULCB.2024v11n2.007
Recibido: 04/04/2024    Revisado: 02/05/2024    Aceptado: 15/06/2024     Publicado: 30/06/2024

 
Resumen
En la actualidad, cada vez más se está recurriendo a la alimentación saludable y junto a ello, el consumo de los principios activos que han servido como terapéuticos en la conocida medicina tradicional. El objetivo del trabajo es aunar parte de la abundante información que existe sobre el uso del mango (Mangifera indica L.) para conocer su potencial, entender hacia donde se dirigen las investigaciones de los últimos años relacionadas con el uso de los metabolitos secundarios de este frutal, que bien podría considerarse un modelo por todas las bondades que brinda. Se ha realizado una búsqueda utilizando la metodología PRISMA para usar siempre los mismos criterios en las bases de datos SCOPUS, SciELO, REDALYC y Google Académico como motor de búsqueda. En los últimos años se han mejorado los métodos de extracción y con ello las aplicaciones y los estudios con un carácter científico, que ayudan a explicar su uso en la medicina tradicional y a proyectar su futuro, aunque es importante recalcar que falta mucho por estudiar y dilucidar al estar frente a grupos de fitoquímicos muy grandes y de acciones muy específicas, donde la biodisponibilidad es baja y debe ser tenida en cuenta cuando se trate de experimentos y tratamientos in vivo.
Palabras clave: Mango (Mangifera indica L.) antioxidantes, medicina tradicional.

 

Abstract
Nowadays, more and more people are turning to healthy eating, along with it, the consumption of active ingredients that have served as therapeutics in well-known traditional medicine. The objective of the work is a part of the abundant information that exists on the use of mango (Mangifera indica L.) to know its potential, understand where the research in recent years related to the use of secondary metabolisms of that mango is directed. This fruity, which could well be considered a model for all the benefits it offers. A search has been carried out using the PRISMA methodology to always use the same criteria in the SCOPUS, SciELO, REDALYC database and Google Academic as a search engine. In recent years, extraction methods have been improved and with it applications and studies with a scientific nature, which help explain its use in traditional medicine and project its future, although it is important to emphasize that there is still much to study and elucidate. Being faced with very large groups of phytochemicals with very specific actions, where bioavailability is low and must be taken into account when it comes to experiments and in vivo treatments.
Keywords: Mango (Mangifera indica L.) antioxidants, traditional medicine.

 
Introducción

Según reportes y documentos, el mango (Mangifera indica L.) tiene su origen hace más de 5 000 años en las regiones Tamil Nadu y Kerala, en el sur de la India, desde donde comenzó a distribuirse a través de los comerciantes portugueses y luego de los ingleses, llegando a occidente a través de los españoles (Bompard, 1993 y Mukherjee, 1985).

 En la actualidad, las producciones de mango representan un rubro importante para varios países de la zona tropical y subtropical de Asia y América Latina, donde se genera el 87,18 % de las exportaciones totales sobresaliendo: México, Tailandia, Brasil, Perú, India y Pakistán. Y como importadores se destacan: Los Estados Unidos, la Unión Europea, Arabia Saudita y Canadá (FAOSTAT, 2023). El posicionamiento de las producciones peruanas en el mercado internacional responde a las características climáticas, al manejo de variedades y a las demandas crecientes del mango en los mercados, destacándose a nivel nacional las producciones de las provincias de Piura y Lambayeque por sus volúmenes, y las provincias de Cajamarca y Ancash por los rendimientos (Carrasco, 2022). De las variedades que se cultivan, se destaca la Kent que representa el 82 % del total (Midagri, 2023).

 En el escenario actual, cada día se tiene más en cuenta la calidad de los alimentos que se consumen, asociado mayoritariamente al valor nutricional, el cual, en algunos casos desplaza al valor gastronómico que ha primado por años para las sociedades y para el sector industrial. Las frutas, independientemente de las latitudes, son un buen referente de los temas relacionados con las dietas, ya que además del consumo de frutas frescas, el de zumos está bien generalizado, a lo que se suman, postres y platos con diferentes niveles de elaboración. Unido a esta visión novedosa de la alimentación, que se sostiene en gran medida por el consumo de frutas y vegetales, se propicia el enfoque científico desde el punto de vista nutricional y farmacológico.

 A través de los años, con el desarrollo de nuevas tecnologías en las ciencias químicas, han sido posibles los estudios en temas relacionados con el valor como fármaco que pueden tener los vegetales, teniendo como punto de partida su empleo en la medicina tradicional de diferentes regiones. Se conoce que el uso de remedios en la medicina tradicional es originado a partir de macerados de las hojas, los tallos, las flores y los frutos, los que a través de los años han permitido aliviar dolencias y conocer más la flora. En última instancia todo el conocimiento acumulado y transmitido de generación en generación, ha influido en la aparición de los fármacos actuales, que tienen estructuras vegetales de demostrada actividad farmacológica. A pesar de los avances, aún se mantiene el empleo de la medicina tradicional como alternativa incluso con carácter preventivo, dependiendo de los niveles socio económicos y culturales, incluso por el conocimiento de algún efecto adverso conocido de fármacos sintéticos. Es una realidad que, con la misma materia prima, el conocimiento científico de estructuras químicas con efectos farmacológicos, y la optimización de los métodos de extracción y cuantificación, el alcance de la medicina verde tradicional “modernizada” es una fuente a la que se recurre cada vez más como si se tratara de un resurgimiento, que además pone en valor nuevas plantas o parte de ellas y revaloriza otras. La respuesta al empleo de las plantas para tantos padecimientos puede estar relacionada con la presencia, en ellas, de fitoquímicos resultados de su metabolismo y relacionados con sus funciones, donde han resultado muy interesantes los antioxidantes en las diferentes estructuras de la planta, algunos más estudiados que otros, pero que pueden ser la explicación a sus múltiples efectos en la salud.

 El mango no es excepción, y puede llegar a ser un modelo a tener en cuenta por su aceptación como fruta, que la coloca como la más consumida a nivel mundial (Jahurul et al., 2015), lo que repercute positivamente en las economías de productores y consumidores y en su presencia en la industria y gastronomía. Además, por la potencialidad que se le ha reconocido a través de los años, donde se ha empleado en el tratamiento de dolencias gastrointestinales, respiratorias, genitourinarias; lavados oftalmológicos, también como afrodisíaco, laxante y diurético (Ediriweera et al., 2017 y Mirza et al., 2021). Esto se explica por la presencia en las diferentes partes de la planta de fitoquímicos como la mangiferina, los ácidos fenólicos, las benzofenonas, y antioxidantes como flavonoides, ácido ascórbico, carotenoides, tocoferol (Kumar et al., 2021). Los compuestos más abundantes en las hojas de mango y que juegan un papel importante son los fenólicos, que incluyen ácidos fenólicos, xantonas, benzofenonas, taninos, terpenoides y flavonoides.

Los más de 5 000 flavonoides (Martinez-Flores et al., 2002) identificados, se clasifican en seis familias: flavanonas, flavanoles, flavonas, flavonoles, antocianidinas e isoflavonoides de acuerdo a su estructura, estando involucrados en disímiles procesos del desarrollo de los vegetales como pueden ser: la pigmentación y fragancia de las flores para la atracción de polinizadores, la  eliminación in vivo de ROS (Reactive Oxygen Species) reduciendo el estrés oxidativo, en mecanismos de defensa bióticos y abiótico, y en las interacciones plantas-microorganismos (Agati et al., 2020¸ Mierziak et al., 2014 y Sivankalyani et al., 2016). En la tabla 1 se muestra parte de los resultados expuestos por Pereira el al. en 2024, los que hicieron un estudio detallado de las plantas como insecticidas en el que expusieron las teorías de su accionar.

 
Tabla 1. Funciones en las que se involucran los flavonoides como insecticida de los cultivos

Función

Descripción

Cita

Disruptores de la alimentación

Se reporta frecuentemente el carácter disuasorio en la alimentación de la mayoría de los insectos considerados plaga de cultivos. Se plantea que los insectos mueren por inanición si permanecen cerca de las hojas tratadas, especialmente en su estado de larva. El mecanismo de acción propuesto por los efectos que causa puede depender de la inhibición de enzimas digestivas que son fundamentales en la digestión.

Stec et al., 2019.
Maazoun, et al., 2019.

Alteradores del sistema de desintoxicación

Las enzimas desintoxicantes transforman a los compuestos tóxicos en compuestos menos tóxicos o no tóxicos que normalmente son excretados, protegiendo a los insectos. Estudios in vivo mostraron la reducción de la actividad de la carboxilesterasa que está relacionada con la resistencia a los insecticidas.

Camacho-Campos et al., 2020.
Punia et al., 2022.

Alteradores del crecimiento, desarrollo y reproducción

Los flavonoides inciden en el desarrollo y el crecimiento de los insectos, alterando el ciclo de vida por afectaciones en las ovoposiciones, eclosiones ecdisis y fecundidad.

Puri et al., 2022.
Zhao et al., 2021.

 Diversas publicaciones reportan los usos de las diferentes partes de la planta del mango desde el punto de vista etnomédico en diferentes patologías, lo que, además, resulta en el inicio de nuevas propuestas de investigaciones, de donde incluso, llegan a registrarse nuevos fármacos, como el Vimang, que se destaca por su demostrada actividad antioxidante, analgésica y antiinflamatoria (Garrido et al., 2004). Son muchas las publicaciones que refieren este tema en los últimos años. En la tabla 2 se muestran algunos usos de las diferentes partes de la planta de mango en varias dolencias.

 
Tabla 2. Uso de las diferentes partes de la planta de mango en medicina tradicional

Parte de la planta

Fitoquímico

Efectos

Citas

Raíces y corteza

Mangiferina.

Antioxidante, antiinflamatoria, antidiabética, inmunomoduladora y antitumoral.

Bronco dilatador: se estudia para el tratamiento del asma.

Luo et al., 2012.
Gbearssor et al., 2005.
Loan et al., 2021.
 

Hojas

Mangiferina, ácidos fenólicos, benzofenonas, como flavonoides, ácido ascórbico, carotenoides, tocoferol, xantonas, taninos, terpenoides y saponinas.

Antioxidante, antidiabético, antiinflamatorio, antimicrobiano: bacterias gran-positivas, gran-negativas y levaduras, inmunomodulador, antiobesidad, antialérgico, antifúngico, antiparasitario, antipirético, hepatoprotector, antidiarreico y antitumoral.
Antiviral: inhibe el evento tardío en la replicación del HSV-2.

Efecto hipoglucemiante ratas diabéticas.

Amrita et al., 2009.
Kumar et al., 2021.
Mirza et al., 2021.

frutos

Mangiferina, isomangiferina, y la homomangiferina.
Polifenoles.

Anticancerígenas in vitro frente a: la leucemia Molt-4, pulmón A549, mama MDA-MB-231, próstata LnCap, SW-480 células de cáncer de colon y línea celular de colon no cancerosa CCD-18Co.

Kim et al., 2012.
Noratto et al., 2010.

semilla

Ácido gálico.
Pentagaloilglucopiranosa.
Galotaninos.

Actividad antimicrobiana contra las bacterias Salmonella typhi, S. aureus, H. pylori.
Antinflamatoria, antimutagénicas, anticancerígeno. Relacionado con la disminución de agente anti-tirosinasa, un potente secuestrador de radicales libres, antioxidante, anti-inflamatorio y anti-hepatotóxico.

Chanwitheesuk et al., 2007.
Díaz-Gómez et al., 2013.
Nithitanakool et al., 2009.

Luo et al., 2014.

 
MATERIALES y MÉTODOS:

La búsqueda de información se realizó utilizando la metodología “Informes Preferidos de Elementos para Revisiones Sistemáticas y Metaanálisis, conocida como PRISMA (del inglés Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta Analyses), según la versión del año 2020. La estrategia de búsqueda se realizó utilizando los metabuscadores de las bases de datos de SCOPUS, SciELO, REDALYC y Google Académico como motor de búsqueda. Fue utilizado el operador booleano AND. Los términos de búsqueda fueron Mango (Mangifera indica), medicina tradicional, flavonoides, antioxidantes en idioma inglés y español. Se procuró seleccionar publicaciones recientes, aunque en algunos casos por la valía de la información se tomaron de un período anterior.

 
RESULTADOS Y DISCUSIÓN

En el caso del mango, se han realizado investigaciones a nivel de laboratorio, a partir de resultados aportados por la medicina tradicional de diferentes partes del mundo, donde ha sido empleado como: afrodisíaco, analgésico, antineoplásico, antiinflamatorio, antipirético, antisifilítico, astringente, cardiopático, carminativo, antidiarreico, y también para el tratamiento de enfermedades de la garganta, erupciones, estreñimiento, faringopatía, hemoptisis, hemorragias, hemorroides sangrantes, heridas, hipodipsia, quemaduras,  anorexia, tos, úlceras, vómitos, uretrorrea y vaginopatía, entre otras (Bekoe et al., 2017, Garrido et al., 2004, Mansud, 2016  y Tirado-Kulieva et al., 2021).

 Los resultados experimentales que sugieren la posible actividad antineoplásica de diversos compuestos naturales (flavonoides) presentes en la planta de mango, unido al creciente interés que hay en los tratamientos de este tipo de enfermedades, han propuesto estudios que relacionan la dieta con la incidencia del cáncer. Algunos reportes, han llegado a plantear la posible relación entre el consumo de frutas frescas y verduras con la disminución de riesgos a los que se enfrenta la realidad del desconocimiento específico de los compuestos que tienen esas frutas y por ende de las cantidades presentes, por lo que en algunos casos se entiende que las aseveraciones de este tipo indican la necesidad de profundizar en los estudios para determinar si la suplementación con flavonoides específicos podría beneficiar la prevención o el tratamiento de cada una de las enfermedades que se mencionan (Hernández et al., 2021).

 La amplia presencia de diferentes tipos de flavonoides ha provocado también resultados no coincidentes entre diferentes investigaciones como es el caso de las catequinas que más allá de su efecto antioxidante, no se ha podido explicar su roll en la prevención de enfermedades específicas. Los flavonoides apigenina, kanferol, luteolina, miricetina y quercetina, tienen mayor cantidad de estudios, al estar muy presentes en las diferentes estructuras vegetales y no se ha encontrado ningún efecto positivo ante la incidencia o mortalidad causada por los diferentes tipos de cáncer estudiados (Pérez, 2003).

 Investigaciones no menos importantes están dirigidas a la biodisponibilidad de los flavonoides, que es baja debido a que la absorción es limitada, el metabolismo es extenso y la excreción es rápida. En pruebas in vitro y en experimentos con animales, los efectos de interés propuestos se notan a concentraciones más altas de las que se alcanzan en las células humanas. Lo que sugiere estudiarlos a concentraciones más bajas por más tiempo, así como su posible interacción con otras moléculas. In vitro no se discute su actividad antioxidante con las mejoras que esto puede generar en el estado general de salud, sin embargo, esto cambia al extrapolarlo a humanos, donde la amplia variabilidad de las estructuras dentro de las subclases de flavonoides hace difícil generalizar la absorbabilidad y biodisponibilidad de estos, basándose únicamente en su clasificación estructural ya que hay otros factores como la interacción con otros compuestos, el metabolismo en sí, la absorción del organismo y las diferentes dietas por regiones y por estaciones que deben tenerse en cuenta también. Se ha publicado que, a pesar de ingerir muchos flavonoides, las concentraciones plasmáticas e intracelulares que se alcanzan en humanos son entre 100 a 1 000 veces menores que las concentraciones de otros antioxidantes, como el ascorbato, el ácido úrico y el glutatión (Day y Willianson, 2001 y Gutiérrez-Grijalva et al., 2016).

 Es necesario estudiar e integrar a la “ecuación” de la disponibilidad, los efectos que sobre la actividad antioxidante se ejerce, en su paso por el aparato gastrointestinal. González et al., 2015 plantearon que aún después de la cocción, la mayoría de los glucósidos flavonoides llegan intactos al intestino delgado. Es importante también tener en cuenta la interacción con la matriz alimentaria, varios autores coinciden en que la presencia de macronutrientes influye en la biodisponibilidad de los flavonoides co-ingeridos (Bordenave et al., 2014; Gonzáles et al., 2015 y Zhanh et al., 2014). In vitro se ha demostrado que las proteínas de la leche junto a flavonoides reducen la capacidad antioxidante de éstos (Xiao et al., 2011); esto se estudió en voluntarios sanos, corroborando lo anterior (Lorenz et al., 2007). Por otra parte, se plantea que, alimentos ricos en carbohidratos pueden mejorar la absorción de flavonoides al estimular la motilidad gastrointestinal.

 

CONCLUSIONES

El Mango al ser un árbol frondoso y perenne, con frutos todo el año, al manejar variedades en las diferentes estaciones y producir tantos fitoquímicos en todas sus estructuras, además de su alto consumo, pudiera considerarse como un frutal modelo en los estudios de antioxidantes.

 La gran cantidad de flavonoides y el poco conocimiento sobre ellos, resulta insuficiente como para afirmar su posible efecto en la prevención o curación de patologías específicas, aun cuando los experimentos in vitro generan dudas razonables sobre su interferencia en la génesis de diferentes enfermedades. De ahí que resulte importante la caracterización de los componentes bioactivos de origen vegetal que conforman la dieta diaria.  

 La bioaccesibilidad y la biodisponibilidad de los fitoquímicos en el organismo humano son dos factores importantes para tener en cuenta si se quiere transpolar la actividad biológica demostrada in vitro, donde se emplean concentraciones mucho más elevadas.

 
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS