La relación del sujeto con la alimentación: Estudio de caso
The subject's relationship
with nutrition: A case study
Angela Fischer Llanos
Psicoanalista lacaniana y miembro de la Asociación
Mundial de Psicoanálisis (AMP).
https://orcid.org/0000-0002-1782-2276
DOI: https://doi.org/10.36955/RIULCB.2022v9n2.011
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obra está bajo licencia internacional Creative Commons
Reconocimiento 4.0
Recibido:
17/01/2022 Revisado: 01/03/2022 Aceptado: 13/05/2022 Publicado: 01/07/2022
Resumen:
Se aborda la relación del sujeto con la
alimentación, en tanto se entiende que esta relación no es como la de los demás
animales, instintiva, sino que obedece a una pulsión y a la satisfacción de un
deseo. En este sentido, se da un estudio de caso en el
que se aborda la sintomatología de un sujeto anoréxico, en el que se reporta un
“deseo de nada”. Esta característica
lleva al sujeto a no comer y deriva en un adelgazamiento pernicioso que puede
culminar en la muerte. Lo que se da en la anorexia es una falla en el registro
imaginario que desarticula la propia imagen y la torna desagradable para el
sujeto: siempre se ve más gordo, siempre se ve mal. El trabajo psicoanalítico
se propone como una forma de revertir este “deseo de nada” y convertirlo en un
deseo subjetivo vibrante. El psicoanálisis va más allá de la cuestión de hacer
comer al sujeto, esto sin duda es importantísimo, pero el trabajo analítico
apunta a que el paciente descubra en el analista un objeto de deseo, una equis
incógnita y se enganche a ella. Una de las vías de la cura es que el
psicoanalista constate que el anoréxico goza de su síntoma y en ese plano el
psicoanalista debe intentar una reescritura del síntoma mortífero. El síntoma
es el modo de gozar del inconsciente, como dice Lacan, esto debe ser puesto en
evidencia en la cura analítica.
Palabras clave: Anorexia;
psicoanálisis; sujeto; síntoma; goce; inconsciente.
Abstract: This article deals with the subject's relationship with food, insofar as it is
understood that this relationship is not like that of other animals,
instinctive, but rather obeys a drive and the satisfaction of a desire. In this
sense, a case study is given in which the symptomatology of an anorexic subject
is addressed, in which a "desire for nothing" is reported. This
characteristic leads the subject to not eat and leads to pernicious weight loss
that can culminate in death. What occurs in anorexia is a fault in the
imaginary register that dismantles the image itself and makes it unpleasant for
the subject: they always look fatter; they always look bad. Psychoanalytic work
is proposed as a way to reverse this "desire for nothing" and turn it
into a vibrant subjective desire. Psychoanalysis goes beyond the question of
making the subject eat, this is undoubtedly very important, but the analytical
work aims at the patient discovering in the analyst an object of desire, an
unknown X and hooking on it. One of the ways of the cure is that the
psychoanalyst finds that the anorexic enjoys his symptom and in this plane the
psychoanalyst must try a rewriting of the deadly symptom. The symptom is the
way of enjoying the unconscious, as Lacan says, this must be put in evidence in
the analytic cure.
Keywords: Anorexia; psychoanalysis; subject; symptom; joy; unconscious.
Introducción:
Desde el descubrimiento freudiano del concepto de
pulsión, Die Trieb, los seres humanos, en tanto que hablantes, no
estamos orientados por los instintos, es decir, no discurrimos por una ruta
predeterminada en la satisfacción de las pulsiones, como sí ocurre con los
animales.
Desde esa perspectiva se abordarán algunos aspectos
como la relación de los sujetos con la alimentación. Los seres hablantes comen
para conservar la salud, crecer y desarrollarse, sin duda. Sin embargo, se reconoce que en el comer hay
una satisfacción que va más allá del hecho de alimentarnos.
Este aporte a la comprensión de la naturaleza humana
es muy importante para entender cómo en algunos sujetos se aprecia una serie de
síntomas vinculados con la comida que no pasan por las necesidades de lo que sería
exclusivamente alimentarse. Tal es el caso de la anorexia, que comandada
por una “falla” en la imagen no agradable o lo que se espera de la misma, el
sujeto deja de comer más allá de que se tenga hambre o no. En los casos más
severos, el sujeto llega a dañar irremediablemente su cuerpo y en muchos casos le
sobreviene la muerte.
¿Cómo un ser humano puede dejar de comer a voluntad causándose
daños graves a su salud, muchas veces irreversibles? Las respuestas son variadas, tan variadas como
sujetos existen, sin embargo, si seguimos la orientación dada por el psicoanálisis
podemos decir que en el acto de comer está en juego un deseo. Este deseo se
articula en la demanda que puede venir del sujeto mismo o una demanda externa que
se dirige al sujeto; en esta dialéctica algo se produce y hace cortocircuito,
entonces aparece el síntoma anoréxico. Como muy bien nos lo enseñó Jacques
Lacan, de lo que se trata en la anorexia es la presentación de un “deseo de
nada”; ante una excesiva demanda que viene del Otro, el sujeto anoréxico
responde con “deseo nada” y ese “nada” discurre en el cuerpo, el cual siempre
está íntimamente vinculado con los síntomas subjetivos. “Deseo nada” y el
sujeto se hace una nada, tratando de desaparecer su cuerpo, y con ello su vida.
Como se puede apreciar, no se trata de “engullir” con comida al sujeto anoréxico,
sino de tratar de encontrar y particularizar ese deseo de nada para cada uno.
Originar en el paciente un deseo que lo motive a comer.
¿Cuáles son los medios que le permiten al
psicoanalista dar cuenta de los resultados terapéuticos en una cura?
Sin lugar a dudas, el primer elemento pivote de la
cura es la política del síntoma, la concepción del síntoma. Al respecto Miller (curso inédito) lo resume
de la siguiente manera:
En el lenguaje no solo hay la palabra sino también
la escritura como aquello que, en el campo del lenguaje, concierne al signo en
tanto tiene efectos de sentido gozado y producción de goce. Es por esta razón
que no basta con tomar el síntoma como mensaje. En tanto hay goce en el síntoma, hay que tomarlo
como una letra. El síntoma no se articula simplemente como la función de la
palabra sino con el proceso de una escritura (…). El acento no
debe ponerse en el hecho de que el inconsciente hable, sino en el hecho de que
el inconsciente repite el Uno, y nada más que el Uno, en el hecho de que el inconsciente
cuenta. El inconsciente cuenta y cifra.
Es con la nueva perspectiva de estos
fundamentos que podemos aceptar una nueva definición del síntoma, no a partir
del Otro, como mensaje dirigido al Otro y que se trata de interpretar, sino del
síntoma como un modo de gozar del inconsciente -definición inicial que da Lacan
en su seminario; (RSI) se refiere a Real, Imaginario y Simbólico, son los registros
de la vida psíquica-. Lacan (seminario inédito) señala: “Es sorprendente ver
que esta definición implica al inconsciente en tanto el sujeto lo determina,
implica al inconsciente a partir del significante Amo”.
La anorexia es un síntoma contemporáneo que
atraviesa las diferentes estructuras clínicas y no es de extrañar que hayan ido
a su encuentro diversos tipos de tratamiento, principalmente la psiquiatría y
la medicina, en la especialidad de endocrinología.
Está implícito que la demanda frente a la anorexia y
demás trastornos de alimentación, es que el tratamiento logre que el paciente coma
o deje de atiborrarse de comida, logrado esto, podemos decir que ese es el
efecto terapéutico. Sin embargo, para el psicoanálisis se trata de revelar, lo
que la anorexia vela, tapona y no se deja llevar por ese canto de sirena que sería
el efecto de conseguir que el paciente coma; sabiendo además que este trastorno
provoca mucha angustia a los que rodean al paciente.
Por lo tanto, el
psicoanálisis apunta a la singularidad y a un más allá de la demanda, sostenido
este más allá por el deseo del analista, en tanto enigma, que es crucial para el
trabajo analítico con pacientes con anorexia. No se puede confundir con las
psicoterapias y apuntar que de lo que se trata es de dar la papilla asfixiante,
si la cura puede ir más allá del comer o no comer, es porque el paciente debe
constatar que el analista desea una equis, una incógnita. Esa es la ética del psicoanálisis
y el deseo del analista.
El cuerpo se ha convertido en un objeto de
intervención de distintos modos y grados por parte de la ciencia, asistimos en
los últimos años a múltiples síntomas que afectan al cuerpo, siendo la anorexia
uno de los más representativos.
Se puede señalar que la anorexia es un síntoma que es
refractario al tratamiento psicoanalítico, porque en sí mismo es también una
respuesta al padecimiento del sujeto; padecimiento que puede ser hablado en
esta joven a partir de que pueda entrar en el dispositivo.
Estudio de caso:
Se trata de una joven de 17 años, que desde los 15 años
comenzó a adelgazar, hasta llegar a pesar 10 kilos por debajo del peso
promedio, y tiene amenorrea desde hace más de un año. La demanda de tratamiento
es solicitada por el colegio, que ha presionado a los padres poniendo la matrícula
escolar en condición a su recuperación, en vista que los tratamientos
prescritos en un primer momento no dan el resultado esperado. Está siendo
tratada por un endocrinólogo especialista en trastornos alimenticios, una
ginecóloga y un psiquiatra.
Para la madre, todo el problema se resuelve comiendo,
no entiende por qué come tan poquito y sus intervenciones se reducen a darle de
comer, exigirle, amenazarla, premiarla, etc., y llevarla a los médicos a
regañadientes. El tratamiento psiquiátrico lo ha rechazado por completo y se ha
negado a tomar medicamento alguno.
En las entrevistas preliminares, se muestra muy
molesta por la presión del colegio, no le parece justa, porque ella es la mejor
alumna y se comporta bien, dice que están mezclando las situaciones; le digo
que ella tiene razón y la dejo que despliegue todas sus quejas. No hay una
pregunta ni malestar por su delgadez, dice sentirse bien, que “nada le
pasa”, que siempre fue delgada y que ahora está un poco más flaca, porque
no come como antes, porque está muy ocupada con los estudios y porque “se olvida
de comer”. Paralelamente, me entrevisto con el colegio y los médicos, para
mediar la presión sobre ella. Le comunico mis intervenciones y le ofrezco un
espacio para hablar de ella sin pastillas ni suplementos alimentarios.
Dice que su vida está centrada en los estudios, dice
que nada más pasa, y esa es la razón, según ella, por la que se le olvida comer,
entonces le digo “te comes los libros”. El rechazo a comer, le permitía negar
la castración y todas las preguntas vinculadas al enigma del deseo del Otro y
al enfrentamiento del imposible de la relación sexual. La operación del cuerpo,
en tanto atravesado por el significante, implica al goce y a la identificación
en la anorexia, expone Recalcati (2003) “Dejar de estar en el propio cuerpo,
estar fuera, expulsados, alejados del propio cuerpo es el efecto consecuente de
esta insuficiencia narcisista de la imagen” (p.54).
Lacan (2003) en el Seminario XI nos dice:
El objeto a es algo de lo cual el sujeto, para
constituirse, se separó como órgano. Vale como símbolo de la falta. A nivel
oral, es la nada, por cuanto el sujeto se destetó de algo que ya no es nada
para él. En la anorexia mental, el niño come esa nada (p.110).
La puesta en acto de la pulsión oral en estos
pacientes y la posición de goce tan nítida produce un verdadero desafío para la
oferta analítica que permita invertir la identificación del objeto de la
demanda a un deseo. Zadra (2005) planteó:
Pero reciprocidad no es
complementariedad: el ámbito de la alimentación es fuente inagotable de
conflicto desde los primeros tiempos de la relación del niño con la madre. El
niño sabe muy bien que tiene algo que puede rehusarle a la demanda de la madre.
En esta hendidura entre la demanda de ser nutrido y la de dejarse nutrir
aparece la primera diferencia. A la demanda oral la desborda un deseo. Más allá
de lo que el sujeto demanda, más allá de lo que el Otro demanda al sujeto, se
encuentra la dimensión de lo que el Otro desea. (p.94.)
Son imágenes que se significantizan, significantes
imaginarios que no representan al sujeto, pero que se coordinan con su goce. La
anorexia se presenta como una respuesta por la imagen a ese real, pero una
respuesta fallida con el telón de fondo de la muerte. El no hay relación sexual
que se recubre con el velo de la muerte de la imagen esquelética de la
anorexia.
La paciente anoréxica reconoce que sus notas y ser la
primera no fue suficiente para tener la atención de la madre, y esto produjo un
cambio en el apetito “perdí las ganas y me concentré en los
estudios, ni siquiera salía”; por otro lado, regresa a su país de origen
una de sus mejores amigas. Sintió que las cosas perdían el gusto, clara alusión
al objeto oral. Ser buena en los estudios es un significante que encierra goce,
respuesta que usa para enfrentar el enigma del deseo del Otro y que a su vez es
rechazado en su deseo de nada y que el análisis tiene que poner a trabajar. Me
dice que se da cuenta que hablar de estas cosas le produce angustia, “un
malestar en el pecho”, que se ha vuelto “renegona”, se siente
rara. Podemos señalar que la anorexia es un síntoma que es refractario al
tratamiento psicoanalítico, porque en sí mismo es también una respuesta al
padecimiento del sujeto, padecimiento que puede ser hablado en esta joven a
partir de que puede entrar en el dispositivo.
Conclusiones
La alimentación en los sujetos no se rige por el instinto, pasa por el
efecto del discurso sobre cada uno de nosotros, no hay programa predeterminado,
por lo tanto, comemos más allá de la necesidad como se presenta en los
animales. Las condiciones socioculturales de la época tienen una fuerte
influencia sobre la imagen del cuerpo y un sujeto puede dejar de comer porque
es más poderoso el hecho de alcanzar un ideal supuesto de su imagen. El
psicoanálisis debe apostar por reescribir la relación del sujeto con la comida
y con su propio deseo; lo debe hacer tomando a cada sujeto como único y con un
síntoma totalmente singular y distinto al de otros sujetos.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
- Lacan, J. (2006). El Seminario
Libro 10: La angustia. Paidós.
- Lacan, J. (2003). El Seminario
Libro 11: Los cuatro conceptos fundamentales del Psicoanálisis. Paidós.
- Lacan, J. (2012). Otros
escritos. Paidós.
- Miller, J. A. (2016) Conversaciones
con El ser y el Uno. Ensayos sobre el Curso de Jacques-Alain Miller
"El ser y el Uno" Ed. Grama.
- Recalcati, M. (2003). Clínica
del vacío. Anorexias, dependencias, psicosis. Ed. Síntesis.
- Zadra, G. A. (2005) Del
comer, el deseo, la palabra y su lugar en la vida. Psicodebate 5. 91-98.
https://doi.org/10.18682/pd.v5i0.454