Lenguaje,
autismo y comunicación aumentativa alternativa
Language, autism and
alternative augmentative communication
Ernesto Reaño
Equipo de Investigación y Trabajo en Autismo (EITA)https://orcid.org/0000-0003-2648-3592
DOI: https://doi.org/10.36955/RIULCB.2022v9n2.008
Esta
obra está bajo licencia internacional Creative Commons
Reconocimiento 4.0
Recibido: 01/03/2022 Revisado: 31/03/2022 Aceptado:
25/05/2022 Publicado: 01/07/2022
Resumen:
La comunicación es un
derecho humano. Los sistemas de comunicación aumentativa alternativa son
tecnologías de asistencia indispensables para el pleno acceso de las personas
autistas no hablantes. En este artículo analizamos el desarrollo de la
comunicación en el autismo y sus principales diferencias con las formas
neurotípicas basadas en la atención conjunta y la intencionalidad compartida.
Trascendiendo el logocentrismo que domina el “deber ser” de la comunicación
humana, podemos ver en las formas de comunicación alternativas y en los
dispositivos asociados, sistemas de de interacción tan válidos como la
oralidad. Lo importante es la funcionalidad del sistema en relación con las
necesidades de cada individuo en el ejercicio de su derecho a la comunicación.
Palabras
claves: Autismo, sistemas de comunicación aumentativa alternativa,
comunicación, desarrollo del lenguaje, tecnologías de asistencia.
Abstract:
Communication is a human
right. Alternative augmentative communication systems are essential assistive
technologies for full access for non-speaking autistic people. In this article
we analyze the development of communication in autism and its main differences
with neurotypical forms based on joint attention and shared intentionality.
Transcending the logocentrism that dominates the "should be" of human
communication, we can see in the alternative forms of communication and in the
associated devices, systems of interaction as valid as orality. What is
important is the functionality of the system in relation to the needs of each
individual in the exercise of their right to communication.
Keywords: Autism,
alternative augmentative communication systems, communication, language
development, assistive technologies.
Introducción
El autismo es una condición
de vida, asociada a un neurodesarrollo atípico donde la mente privilegia un
tipo de procesamiento basado en la hiperfocalización en detalles, búsqueda de
patrones y profundización en áreas de interés; presentando dificultades en el
procesamiento de los elementos de la comunicación y de cognición social (neuro)
típicas (Reaño, 2022).
Se estima que
entre 20 y 25 % de la población autista general es mínimamente hablante o no
hablante (Brignell et al., 2018). Tradicionalmente, esta población ha sido asociada a
perfiles “severos” de autismo y diagnosticada con discapacidad intelectual al
ser evaluadas con herramientas de mediación de la inteligencia diseñadas para
una población neurotípica hablante.
Los avances, en sistemas de comunicación aumentativa alternativa que utilizan
como soporte la informática han ido modificando la noción de “severidad”
asociada a las discapacidades del habla. En el film “Wretches y Jabberers”
vemos a Tracy Thresher (42 años) y a Larry Bissonnette (52 años) quienes fuesen
“retardados mentales” (incluso, justamente, autismo “severo”), sometidos a
diversas instituciones psiquiátricas, viajando con sus dispositivos de
comunicación alrededor del mundo dando charlas: “Deben haber muchas personas
autistas que, como yo hasta ahora, tienen mundos interiores pero no los medios
para expresarlos”, señala uno de los protagonistas del film.
De acuerdo con Tomasello
(2000 y 2013) en el desarrollo del lenguaje típico existen una serie de
principios socio-comunicativos que deben emerger para que se asienten las
estructuras léxicas (palabras) y de la sintaxis (frases) y se sepa cómo usarlas
(pragmática). Resumiendo, se puede señalar que el lenguaje se adquiere cuando:
- El niño logra
comprender las acciones animadas y compartirlas en función a un “entonamiento”
diádico con el cuidador, es el instante del “mirar” y se da a partir de los 3
meses.
- El niño logra
comprender que hay metas que compartir dentro de un enfoque triádico
(niño-cuidador-objeto). Aparece
la atención conjunta, es decir, el niño dirige su atención al mismo objeto al cual
el adulto mira. Este el instante del “ver” y se da a partir de los 9 meses.
- El niño comprende que puede
hacer planes con el otro a través de un compromiso cooperativo. Aparece la
intencionalidad compartida, el principio de un “nosotros”, que responde a tomar
en cuenta la perspectiva del otro, hacer inferencias sobre sus necesidades y
ejecutar acciones de cooperación. Es el instante del “atender” y se da partir
de los 14 meses.
Con ello aparecen las
capacidades gestuales (con intencionalidad social) para señalar para pedir,
mostrar, dar información (proto-imperativas y proto-declarativas) y del uso de
mímicas convencionalizadas (gestos de saludo, señas para el silencio, etc.).
Sobre estas bases se asienta el desarrollo neurotípico del lenguaje y de la
oralidad.
Sin embargo, en el
desarrollo del neurotipo autista, los procesos que determinan la construcción
comunicativa y de un posible lenguaje son diferentes.
En el autismo,
el establecimiento de ese «nosotros» se da de una manera radicalmente distinta.
La escena de
atención conjunta no emerge del mismo modo que la neurotípica sino que está asociada
a los intereses profundos del infante autista como lo señala la teoría del
“Monotropismo” (Lawson, 2011). La mente autista tiende a procesar en detalles y
buscar patrones y su proceso social obedece a este estilo. Pongamos en escena
un dinosaurio a un niño autista cuyo interés sea ese y veremos cómo sus formas
de comunicación se conectan a las nuestras.
Desde la “Teoría de la electronalidad” (Reaño, 2017 y 2020) se ha señalado el
privilegio de la interacción subjetiva de la mente autista en relación a sus
intereses como un privilegio posterior de conectividad por encima de la
comunicación típica.
Así, desde la representación subjetiva, lo suelen llamar “dificultades en la comunicación”, desde la perspectiva
neurotípica, debería asumirse como un estilo peculiar de la vinculación del “yo
autista emisor” con el “tú receptor”, donde lo que existe es una primacía de la
función apelativa (la demanda hacia el otro) mediada por los “intereses privilegiados”
del “yo autista”, lo cual hace que:
El “yo autista” se dirija,
naturalmente hacia la representación propia de los objetos y estados de cosas
del mundo, según la capacidad de hiperfocalizarse en sus intereses profundos.
El “yo autista” pasa por estos
intereses, vinculados con la representación, sea vía el lenguaje, la
comunicación o la conectividad, para aproximarse al “tú receptor”.
Así, se puede
concebir que las “dificultades de comunicación” que se reportan en el autismo
no son tales. La
comunicación no se establecerá si el “tú receptor”, no posee “algo” que
represente un saber asociado al interés profundo del “yo autista”. Se puede
buscar una conectividad, el estar enlazados, o en paralelo, para compartir ese
interés-información, sin buscar comunicarse bajo todos los mecanismos
cooperativos y recíprocos que se asumen para una comunicación estándar
neurotípica. El desarrollo está vinculado con las características propias de la
empatía autista.
Por ello, por
el privilegio de una conectividad asociada al compartir saberes específicos, la
función representativa no busca una objetividad típica. La representación de los
objetos y estados de cosas del mundo, no busca ser compartida de modo general.
Así, no hay función referencial: no se busca tener una representación dual, es
decir, socializada, para expresar algo, porque ese “alguien” existe a través de
una profunda red de intereses subjetivos que buscan una conexión, no una
comunicación convencional. De esta forma, no sería del todo necesaria la
adquisición de los elementos centrales de la cognición social típica, sobre
todo, la atención conjunta, los principios de cooperación, los de la teoría de
la mente, y de la función fática (saludos, marcas de cortesía, etc.).
Cuando la
persona autista adquiere las estructuras del lenguaje tiende a tener
dificultades en el uso esperado de la pragmática, es decir, del uso
social-neurotípico del lenguaje. Pero es altamente probable que no se adquiera la
oralidad, la expresión del lenguaje. Esto puede deberse a las particularidades
del desarrollo autista basado en la representación subjetiva, en el privilegio
de la conectividad o en la apraxia del habla, que consiste en la dificultad
para la planificación cerebral de los movimientos asociados al hablar.
La comunicación es un
derecho humano. Esto queda claro en el artículo 19 de la Declaración Universal
de los Derechos Humanos (ONU, 1948), ligado a la libertad de expresión:
Todo individuo tiene
derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no
ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir
informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras,
por cualquier medio de expresión.
Hablar puede ser lo
esperado y anhelado por los cuidadores, y es entendible desde que se nos ha
enseñado a creer que el lenguaje oral es la única o la mejor forma de
comunicación. Pero no hablar no quiere decir no pensar, tampoco no comprender.
Los autistas no hablantes en su gran mayoría pueden comprender el lenguaje aun
si no lo pueden utilizar en su variante oral expresiva. Para aquellos que
experimentan dificultades en el desarrollo de la oralidad los sistemas de
comunicación aumentativa alternativa son el medio de ejercer el derecho a la
comunicación:
La Comunicación Aumentativa
Alternativa (CAA) es un enfoque de intervención que utiliza señales manuales,
tableros de comunicación con símbolos y dispositivos computarizados que hablan
e incorporan la capacidad de comunicación completa del niño. Estas habilidades
pueden incluir cualquier habla o vocalización, gestos, señales manuales,
tableros de comunicación y dispositivos de comunicación de salida de voz
existentes (Glennen, 2000).
Los sistemas de comunicación aumentativa alternativa pueden ser clasificados de
la siguiente manera (Gibbons, 2021; Beukelman y Mirenda, 2020; American
Speech-Language-Hearing Association (ASHA) 2022):
No apoyados y apoyados:
- Los no
apoyados provienen del cuerpo: el habla, los gestos, la mímica, etc.
- Los apoyados son externos
al cuerpo: la escritura en papel, los tableros de comunicación, un generador de
voz.
- Los sistemas apoyados se
clasifican según la categoría tecnológica en:
Baja tecnología:
- No necesitan una fuente de
energía.
- Tableros de objetos
concretos.
- Tableros de comunicación
basados en imágenes.
- Libros de comunicación.
-
Por ejemplo: Picture Exchange Communication System (PECS).
Media tecnología:
- Dispositivos electrónicos
con baterías cambiables o recargables.
- Algunos con sistemas
generadores de voz en forma de mensajes pre-grabados.
- Por ejemplo:
GOTALK.
Alta
tecnología
- Sistemas generadores de
voz.
- Computadoras con software
de comunicación.
- Aplicaciones de tecnología
móvil.
-
Especializados: NOVA, Unity, Communicator y Compass.
-
Generales: (funcionan en Tablets): Touch chat, LAMP, Proloquo2Go, etc.
Según
el tipo de símbolos utilizados se clasifican como:
-
Objetos concretos: Objetos tangibles (adheridos a un panel, por ejemplo).
-
Símbolos gráficos: Funcionan como bancos de imágenes. Por ejemplo: Symboistix, ARASAAC,
Picture Communication Symbols (Boardmaker), Unity symbols.
- Símbolos
Léxicos: Tableros de comunicación formados de letras o palabras completas.
Según la forma de acceso se clasifican en:
-
Selección directa: Con una parte del cuerpo (mirada o dedo). Con un objeto adaptado
(vincha con puntero, por ejemplo).
- Selección
indirecta: Para aquellos cuyas habilidades motoras no les permiten expresarse y
no logran seleccionar directamente en un dispositivo como en: parálisis
cerebral, dispraxia, traumatismo encéfalo-craneano, etc). Funciona con escaneo visual
(asistido o no) y puede ser digital.
El desarrollo de las tecnologías de información y comunicación (TIC) ha supuesto
un avance fundamental en la conquista de este derecho. Para los autistas no
hablantes, el uso de dispositivos de comunicación constituye una tecnología de
asistencia fundamental para la comunicación. La Organización Mundial de la
Salud (OMS) define como tecnologías de asistencia todos los productos que “sirven para mantener o
mejorar la autonomía de una persona y su capacidad para manejarse, con lo que
promueven su bienestar”. (OMS, 2018).
En el Día Mundial de Concientización sobre el Autismo en la Organización de
Naciones Unidas (ONU), en el año 2019, se expuso la experiencia de EITA (Equipo
de Investigación y Trabajo en Autismo):
Vivimos en un mundo
dominado por las tecnologías de la información. Atrás quedó el mundo escribal
donde muchos crecimos, donde el saber y manera como dábamos sentido al mundo
estaba en los libros. Hoy, nuestro mundo electronal ha cambiado la manera cómo
percibimos y nos relacionamos. Los medios electronales han hecho surgir en
nosotros, a la par de las habilidades de comunicación, aquellas de la
conectividad, del pensamiento en proximidad, de la búsqueda privilegiada a los
intereses profundos: todo ello correlaciona con el cableado de la mente
autista. No es ocioso, por eso, anotar que en las áreas de gran producción de
tecnología -como Sillicon Valley- la tasa de población en el espectro y los
nacimientos de personas autistas aumentan exponencialmente. La mente
neurodivergente, la autista especialmente, ha creado una nueva era donde las
personas diversas encuentran un mejor acceso para habitar el mundo real y
virtual.
Las tecnologías asistidas
son la herramienta para millones de personas sin voz, privadas de la
posibilidad de reclamar sus derechos, expresar sus emociones, conquistar su
deseo; voces electrónicas, escritas, habladas, tipeadas, gráficas, que esperan
de nosotros, del mundo neurotípico, la empatía de escucharlas, leerlas,
descifrarlas, y la lucha porque nunca más vuelvan al silencio a las que aún las
condenan métodos caducos y prejuicios del pasado.
Debemos dar la elección
sobre qué métodos y tecnologías utilizar a las familias de las personas
autistas, pero sobre todo a ellas. Debemos derribar la figura de los expertos
que creen saber más que aquellos que viven el autismo desde dentro. Debemos
abrazar las técnicas que nos permitan convivir en el respeto a la libre elección
de cómo comunicarse como espacio para dialogar y ya no para imponer. Las
tecnologías de nuestro mundo electronal nos están permitiendo crear una vida
para todas las voces: atrevámonos a escuchar desde hoy y para siempre. (Reaño,
2019)
El logocentrismo que
privilegia el lenguaje oral en detrimento de otras formas de comunicación, la
reticencia con respecto a la CAA, que es considerada como último recurso cuando
las terapias de lenguaje han fracasado, y la ausencia del soporte del estado
para asumir el alto costo de los dispositivos y la intervención necesaria,
constituyen las principales barreras para el acceso al derecho humano a la
comunicación de todo autista no hablante. (Reaño, 2019).
La escuela debe ser la institución que promueva este derecho. De la misma forma
en que los audífonos, los bastones, las sillas de ruedas, las prótesis, entre
otros son tecnologías de asistencia, un dispositivo o soporte de comunicación
aumentativa alternativa también lo es. Si bien nuestra sociedad es capacitista
y no oculta sus prejuicios hacia la discapacidad, no se le ocurre cuestionar
que un ciego use un bastón blanco o que alguien utilice una silla de ruedas.
Sin embargo, desde la escuela se limita, prohíbe o frena el uso de dispositivos
de comunicación. Mientras más se trabaje en la concientización que promueva el
uso de sistemas de comunicación aumentativa alternativa, se hará más evidente
la necesidad de que todo autista no hablante cuente con el sistema que más se
ajuste a sus necesidades. La escuela debería ser la primera institución que le
exija al Estado su uso y acceso sin limitaciones. Se necesita una escuela que
se eduque y eduque en ello al resto de instituciones sociales.
El logocentrismo que privilegia el lenguaje oral en detrimento de otras formas
de comunicación, la reticencia con respecto a la CAA, que es considerada como
último recurso cuando las terapias de lenguaje han fracasado, y la ausencia del
soporte del estado para asumir el alto costo de los dispositivos y la
intervención necesaria, constituyen las principales barreras para el acceso al
derecho humano a la comunicación de todo autista no hablante. (Reaño, 2019).
Conclusiones.
Los sistemas de
comunicación aumentativo alternativos constituyen la “voz” de los autistas no
hablantes y de un importante número de personas con discapacidad del habla. No
poder comunicar es, quizá, la principal barrera en el acceso a todas las formas
de interacción social. No tener un sistema de comunicación atenta contra los
derechos humanos.
En el Perú, las bajas tasas
de detección e intervención en autismo (Reaño, 2022), son una muestra de lo
lejos que está el autismo de ser una prioridad en las políticas públicas. Con
ello, el acceso a tecnologías de asistencia (en general) es escaso en su
difusión y conocimiento, esto se acrecienta dramáticamente en los sectores
económicamente menos favorecidos.
La mayor parte de autistas
no hablantes sufren largos años en terapias del habla con resultados escasos o
nulos sin que se les enseñe algún sistema de comunicación alternativa
aumentativa. La visión logocéntrica lleva a que estas personas no accedan a un
código comunicativo acorde a sus necesidades y posibilidades, excluyéndolos
como sujetos autónomos e independientes. Las políticas educativas del Estado
deberían incluir no sólo la enseñanza de estos sistemas sino el acceso a los
dispositivos más adecuados para cada persona. Junto a ello, la educación
inclusiva debería estar basada en un paradigma de comunicación multimodal que
integre las diversas formas alternas a la oralidad.
Referencias bibliográficas
-
American Speech-Language-Hearing Association (ASHA) (2022). Augmentative and
Alternative Communication. https://www.asha.org/practice-portal/professional-issues/augmentative-and-alternative-communication/
- Beukelman, D., y Mirenda,
P. (2013). Augmentative and Alternative Communication (4th Ed.). Paul H.
Brookes.
-
Brignell, A., Chenausky, K.V., Song, H., Zhu, J., Suo, C., y Morgan, A.T.
(2018). Communication interventions for autism spectrum disorder in minimally
verbal children. Cochrane Database of Systematic Reviews 2018, Issue 11. Art.
No.: CD012324. DOI: 10.1002/14651858.CD012324.pub2.
-
Glennen, S. (2000). AAC assessment myths and realities. Paper presented at the
ASHA SID 12 Leadership Conference on Augmentative and Alternative Communication,
Sea Island, G.
- Gibbons, J. (2021). Curso
“Comunicación para todos”. Módulo 1: tipos de SCAA. https://www.comunidadesinclusivas.org/curso-comunicacion-caa.html
-
Lawson, W. (2011). The Passionate Mind. How people with autism learn. Jessica
Kingsley Publishers.
-
OMS (2018). Tecnología de asistencia. https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/assistive-technology
-
ONU (1948). Declaración Universal de los Derechos Humanos. https://www.un.org/es/about-us/universal-declaration-of-human-rights
-
Reaño, E. (2017). El retorno a la aldea. Neurodiversidad, autismo y
electronalidad. Perro de Ambiente Editores.
-
Reaño, E. (2019). Presentación en el Panel “Comunicación: un derecho humano”,
en Día Mundial de la Cocientización sobre el Autismo. Organización de la
Naciones Unidas, Nueva York . https://ernestoreano.pe/reano-en-la-onu/
-
Reaño, E. (2020). Pensar la conectividad y la electronalidad en tiempos de la
COVID-19: el WhatsApp y el modelo comunicativo del autismo. Revista de investigaciones
de la Universidad Le Cordon Bleu, 7(1), 71-77. https://doi.org/10.36955/RIULCB.2020v7n1.005
-
Reaño, E. (2022). El autismo en el Perú: Una mirada desde el Equipo de
Investigación y Trabajo en Autismo. Revista de investigaciones de la
Universidad Le Cordon Bleu, 9(1), 110-116. https://doi.org/10.36955/RIULCB.2022v9n1.009