La evaluación de competencias desde el
planeamiento didáctico. Conceptualización
e importancia
The evaluation of
competencies from the didactic planning. Conceptualization and
importance
Jarrison Caicedo González
Universidad Metropolitana de Educación,
Ciencia y Tecnología
https://orcid.org/0000-0001-9544-4269
DOI:
https://doi.org/10.36955/RIULCB.2022v9n1.003
Esta obra está bajo licencia internacional
Creative Commons Reconocimiento 4.0
Recibido: 05/08/2021 Revisado: 20/09/2021
Aceptado: 25/11/2021 Publicado: 15/01/2022
Resumen
Pensar en una evaluación por competencias
desde el planeamiento didáctico, es hoy en día una tendencia que debe permear
en el mundo académico, esto para que se pueda desarrollar de manera eficiente
el plan de estudio o programa educativo que pretende aplica la evaluación como
aquella herramienta de mejoramiento en los aprendizajes. Este ensayo tiene el
objetivo de acercar al lector hacia un fundamento teórico y conceptual sobre la
evaluación de competencias a partir del planeamiento didáctico. Se realizó un
rastreo bibliográfico sobre la evaluación, competencias y planeamiento
didáctico para dar rigurosidad a los argumentos expuestos. Se entiende entonces,
que la evaluación de competencias desde el planeamiento didáctico es crucial al
momento de generar estrategias de desarrollo cognitivo porque ayuda a la
comprensión de la complejidad del proceso de enseñanza-aprendizaje.
Palabras clave: Evaluación, competencias,
planeamiento didáctico, evaluación de competencias.
Abstract
Thinking about
competency-based assessment from didactic planning is nowadays a trend that
should permeate the academic world, in order to efficiently develop the study
plan or educational program that intends to apply assessment as a tool for
learning improvement. The purpose of this essay is to provide the reader with a
theoretical and conceptual foundation on the evaluation of competencies based
on didactic planning. A bibliographic search on evaluation, competencies and
didactic planning was carried out in order to give rigor to the arguments
presented. It is then understood that the assessment of competencies from
didactic planning is crucial when generating cognitive development strategies
because it helps to understand the complexity of the teaching-learning process.
Keywords: Assessment,
competencies, didactic planning, competence evaluation.
Introducción
"El maestro enseña más con lo que es,
que con lo que dice" (Soren Kierkegaard). La búsqueda de una educación con
calidad hace visible los procesos que deben desarrollarse dentro del sistema
educativo para la armonización de los aprendizajes que se ofrecen como logros u
objetivos de la enseñanza. Aquí entra la evaluación como aquel proceso que
busca garantizar el desarrollo de habilidades, capacidades y actitudes dentro
del aula.
Resulta oportuno afirmar que la evaluación se
plantea como herramienta de mejoramiento de la calidad educativa por los
diversos procesos que con ella se logran armonizar, por eso es conveniente
hacer cambios significativos en las metodologías que dirigen el quehacer
pedagógico.
El siguiente texto es un ensayo que tiene el
propósito de hacer una aproximación teórica y conceptual desde la argumentación
del autor sobre la evaluación de competencias desde el planeamiento didáctico,
y acercarse a su conceptualización e importancia. Se compone de tres partes
básicamente; primeramente, se hace una conceptualización de evaluación,
evaluación de competencias, evaluación de aprendizajes y planeamiento
didáctico, después se dan argumentos sobre los desafíos actuales que enfrenta
la evaluación de competencias desde el planeamiento didáctico, y finalmente, se
ofrecen algunas conclusiones relativas al tema en discusión.
Desarrollo
Hacia una Aproximación Conceptual de
Evaluación y Competencias
Antes de referirnos al tema que nos ocupa, la
evaluación de competencias desde el planeamiento didáctico, hay que referirnos
al marco conceptual de evaluación, competencia y luego su vínculo con el
planeamiento didáctico.
Desde la perspectiva más general, se define
la evaluación como aquella actividad humana que es inherente a sus acciones,
que requiere ser sistemática y que su fin será hacer la valoración de todo lo
visible. Es decir, descubrir el valor de una realidad especifica en la que
ocurren procesos que producen valiosa información, útiles para la toma de
decisiones posteriores a la valoración inicial. Dentro del proceso educativo,
la evaluación actúa para tomar el control sobre el grado de cumplimiento de
logros, metas u objetivos predichos en el aprendizaje.
De la orden (como se citó en Morales, 2001)
refiere que la evaluación es un proceso donde el recogimiento y análisis de
información se utilizan para reconocer las perspectivas de la realidad
educativa, con ello se podrá lanzar juicios valorativos acerca de los criterios
establecidos para el logro del aprendizaje y tomar consecutivamente decisiones
asertivas para su mejoramiento. Por lo tanto, el proceso evaluativo ayudará a
determinar en qué medida se han alcanzado los objetivos educativos dentro de la
enseñanza (Tyler, 1950).
Es importante que se aplique la evaluación
dentro de los procesos educativos porque permite el fortalecimiento y la
consolidación del aprendizaje, al igual que los logros, metas u objetivos de
cualquier campo del saber. A través de la evaluación se puede hacer un
diagnóstico certero de las necesidades, que, desde una visión educativa, se
requieren suplir vinculando el saber con el desempeño porque representan el
procedimiento pedagógico que conducirá hacia la calidad anhelada en todo el
sistema educativo. Siendo las cosas así, con el desarrollo de la practica
pedagógica los actores del entorno educativo pueden aportar para la creación de
un modelo de evaluación que devele los objetivos que se persigan en cuanto al
qué y el cómo sin limitarse solo a lo que acontece dentro del proceso
enseñanza-aprendizaje, sino expandirse integralmente a partir de experiencias y
alternativas pedagógicas. Por esta razón, la evaluación resulta ser “una
actividad continua del mismo proceso educativo” (Fernández, 2018).
En la actualidad, se conoce la evaluación
como un condensado de evidencias que admiten la recolección de datos valiosos
sobre el trabajo de los estudiantes en relación a los aprendizajes alcanzados y
los objetivos propuestos. No obstante, hay que resaltar que la valoración que
hace el docente sobre el desempeño del estudiante mediante la evaluación debe
tener como base una propuesta de mejora para que adquiera el carácter de
pertinente y meritoria con la que se le pueden hacer transformaciones
significativas al aprendizaje y la enseñanza.
Como se ha dicho que la evaluación hace parte
integral del proceso educativo, y por ende del aprendizaje del estudiante
guiado por las metodologías didácticas del maestro, considera Lemus (s.f.) que
esta a su vez deberá hallar correspondencia con los siguientes principios:
Integralidad. Debe hacerse con la participación
de todos los actores de la acción educativa donde cada uno definirá los
aspectos a mejorar sobre su desempeño y valoración hecha a partir de la
evaluación. Incluirá entonces, el avance del estudiante, el método del docente,
la práctica pedagógica, la participación colectiva de la institución y el
contexto.
Continuidad. Es una actividad continua,
adaptable y eficaz que dentro del proceso educativo ayuda a determinar los
conocimientos adquiridos por los estudiantes.
Individualidad. Será ajustable a la
personalidad y cualidades de cada evaluado como característica particular de su
proceso de aprendizaje.
Cientificidad. Permite el acceso a la
información a partir de situaciones didácticas y criterios adaptados al
aprendizaje.
Diferencialidad. Debe responder a diversos
propósitos donde el estudiante pueda descubrir diversos aprendizajes y aportar
evidencias sobre su rendimiento.
Finalidad. Le corresponde un objetivo natural
del aprendizaje planteado al evaluado, expondrá las razones de la meta estipulada.
Los anteriores principios permiten
identificar el papel integrador de la evaluación dentro del proceso de
enseñanza que lidera el docente al momento de plantearse una metodología para
orientar el aprendizaje de sus estudiantes.
Evaluación y Competencias
Como lo hacen notar Chaviano, Baldomir, Coca
y Gutiérrez (2016) la evaluación “conduce a la dirección efectiva del proceso
enseñanza aprendizaje y a la determinación de su grado de eficiencia” de manera
que permite hacer la reflexión constante de las practicas evaluativas que se
realizan en el quehacer educativo para orientar el aprendizaje. Aquí el rol del
docente adquiere dinamismo en su práctica para acreditar el conocimiento del
estudiante. Podemos hacer visible entonces una tendencia de la evaluación donde
se percibe como como una actividad comprehensiva que demarca la manera como
debe aplicarse y la manera como el estudiante la asume para su aprendizaje.
Los cambios estructurales que se han ido
implementando en los procesos formativos de los estudiantes para la obtención
de su aprendizaje mediante prácticas evaluativas, ha provocado que estos se
representen en competencias que al mismo tiempo han demandado modificaciones a
las metodologías y el currículo que dimiten en el diseño de un sistema de evaluación
por competencias (Cano, 2008). De acuerdo a esta postura, la evaluación queda
huérfana y es despojada de la enseñanza y el aprendizaje, lo cual es
inconveniente para seguir en la transformación de las prácticas evaluativas que
buscan mejorar el diseño de metodologías didácticas.
El término competencias en los últimos años
ha ido adquiriendo gran relevancia en el ámbito social, político, educativo,
organizacional, universitario, etc., lo que permite considerarla como un
concepto polisémico que atiende a múltiples definiciones por autores y
organizaciones que pueden ser resumidas brevemente como “saber hacer en
contexto”. Es decir, se le puede atribuir como la capacidad que tiene una
persona para saber hacer una tarea, algo o desempeñarse en un cargo. Como
complemento resulta interesante tener en cuenta que el hacer hará referencia a
la actividad de la persona que de manera integral agrega el saber, el ser y el
convivir en un contexto determinado para desenvolverse y cumplir unos objetivos
propuestos.
Conviene subrayar que la capacidad atribuida
a las personas, plantea Graham (1991) permiten el desarrollo de la habilidad
que adquiere el individuo para realizar alguna actividad como requerimiento de
su responsabilidad partiendo de la organización y planificación de acciones
concretas que determinan el desempeño de sus funciones.
Nos basaremos ahora en el ámbito educativo
para conceptualizar las competencias, para ello, traemos a colación la
definición de Llanio (2010) quien afirma que se puede comprender como la
capacidad que dentro de la educación “se relaciona directamente con el
saber-hacer por el estudiante o el egresado de una profesión” permitiendo que
el conocimiento se pueda convertir en acción (Irigoin y Vargas, 2002). Por lo
anterior, no cabe duda de que cualquier estudiante estará en la capacidad de
producir el conocimiento, desarrollar competencias y actitudes que le permitan
enfrentarse a la vida. Entonces, desde el campo educativo las competencias
podrán ser definidas como la oportunidad que se le ofrece al estudiante
mediante la practica pedagógica de aprender a conocer, a hacer, a vivir juntos,
y a ser (Delors, 1996). Son entonces aprendizajes, destrezas y saberes que
desarrollan los alumnos para intervenir o participar en el mundo que habita.
Con el fin de lograr un nivel de calidad
deseado desde el sistema educativo, las competencias representan en los
estudiantes criterios que debe saber y saber hacer desde las áreas que se les
enseña, las cuales deben ser diseñadas con metodologías flexibles y
alternativas pedagógicas para que pueda poner a prueba las habilidades
metacognitivas en la producción de su conocimiento.
En la opinión de Tobón (2006) las
competencias “son un enfoque para la educación y no un modelo pedagógico”
porque traen consigo algunos atributos particulares, tales como; integrar el
conocimiento con los procesos cognitivos, capacidades y actitudes para resolver
situaciones problemáticas; también, programar la formación del estudiantes con
base en las condiciones del contexto donde ocurre la acción educativa; y
además, dar ruta a la educación alineada a parámetros o estándares de calidad
que se desarrollan en la praxis pedagógica.
De estas circunstancias nace el hecho de que
las competencias adquieren un carácter formativo, análogamente con los
principios de la evaluación, tales como: generalidad; no reconoce un solo
aprendizaje, más bien indaga por conceptos y proceso cognitivos. Integralidad;
permiten el desarrollo comprensivo de aprendizajes haciendo una valoración
reflexiva de sus capacidades intelectuales. Contextualización; obedece a la
adaptación que hace el estudiante de su proceso de aprendizaje al entorno que
lo rodea, también cómo el docente lo hace partícipe de la acción educativa a
partir de la contextualización de su realidad personal, social e institucional.
Finalmente, la flexibilidad; entendida como la capacidad de dominar las
habilidades o los conocimientos de acuerdo a la situación que se plantee en el
aprendizaje.
Desde la posición de Páramo (s.f.) las
competencias son una “una combinación de conocimientos, habilidades y
actitudes” que juegan un papel fundamental para determinar el nivel de
apropiación de ciertos aprendizajes en un contexto determinado, en este caso el
educativo donde el estudiante usa el conocimiento de sus habilidades para
convertir el aprendizaje un algo útil y experiencial. Así pues, las
competencias identificaran las características particulares de cada alumno y
podrán ser clasificadas como formativas desde la visión de la UNESCO (1998) que
abarcan el aprender a ser y a convivir, vinculadas con valores, actitudes
profesionales, sociales y filosóficas.
No es tan complejo pensar en una evaluación
de competencias desde el planeamiento didáctico
Ante una educación que atraviesa diversos
cambios y transformaciones en los procesos de enseñanza, la formación en
competencias se asume con beneplácito pedagógico por los cambios que deben
surgir en el currículo para todos los niveles educativos y la forma como se
diseñan las estrategias para enseñar y que se produzcan los conocimientos
basados en competencias. Entonces, comprendiendo claramente el concepto de
evaluación y competencias ajustadas al ámbito educativo, es posible abordar
ahora teóricamente la evaluación por o de competencias y describir cómo es
concebida desde el planeamiento didáctico.
Concedido lo anterior, ocurrirá la discusión
sobre el logro de las competencias mediante la planeación didáctica que deberá
estar sujeta a un modelo pedagógico que permita adquirir las competencias
correspondientes al proceso de aprendizaje. De manera que se puede pensar en la
modificación de las metodologías que dirigen la enseñanza, el aprendizaje y la
evaluación, lo cual implica transformar los métodos de enseñanza acordes a las
habilidades, capacidades, actitudes, destrezas y valores del estudiante.
Dentro de este marco, se ha de considerar las
competencias desde la posición de Beneitone, (2007) como “un saber profundo, no
sólo saber qué y saber cómo, sino saber ser persona en un mundo complejo,
cambiante y competitivo” donde el proceso de enseñanza-aprendizaje se convierte
en el entorno donde se sustentan las competencias a desarrollar. De manera que
surge un modelo de planeamiento didáctico para evaluar las competencias como
elemento de dicho proceso, determinado por la participación activa del
estudiante, el profesor, los recursos, las metodologías, el contexto, etc.;
surge además, la dicotomía sobre el fin de la evaluación de competencias a
partir del modelo anterior, y es establecer mediante el planeamiento didáctico
si se usa con el fin de certificar el aprendizaje, o con un fin pedagógico que
sería determinar el progreso de logros u objetivos alcanzados por el
estudiantes.
De aquí se desprende la reflexión teórica
desde una postura pedagógica sobre la evaluación de competencias que buscará
constantemente la retroalimentación y la mejora del proceso de formación del
estudiante. Pero antes, hay que pensar en lograr prácticas evaluativas basadas
en estrategias formativas que susciten el interés metacognitivo del alumno
dentro de la acción educativa. Para acercarnos a ese logro, es necesario
“determinar y reflexionar en qué medidas se están cumpliendo las metas de
calidad que nos hemos propuesto” plantea Ramos (s.f.), que desde el
planeamiento didáctico hay que tener en cuenta el proceso de retroalimentación
que ocurre dentro del aprendizaje marcado por el desempeño de las competencias
puestas en acción por el estudiante para enfrentar la acción pedagógica.
Antes de pasar adelante conviene señalar a
qué le llamamos planeamiento didáctico, y por qué es tan importante para la
evaluación de competencias. Para su definición, comencemos por explicar que es
un proceso donde se hace una interpretación de la realidad educativa, se toman
decisiones en torno a las circunstancias o situaciones problemáticas y el
establecimiento de oportunidades pedagógicas para dirigir el acto educativo
(Díaz y Rojas, 2002). Para el docente es evidente que se convierte en un marco
de referencia global en el desarrollo de su quehacer pedagógico, pues
claramente es él quien principalmente ejecuta de la enseñanza y posteriormente
la evaluación de la misma y el aprendizaje.
El planeamiento didáctico lo concibe el acto
educativo como el fundamento para que el docente ejerza un marco globalizado de
la enseñanza, asumiendo el rol integrador de la evaluación para la planeación,
ejecución y evaluación del proceso de enseñanza-aprendizaje. Procede ahora
comprender la manera como se orienta la practica pedagógica desde la planeación
que abarca programas y planes didácticos específicos que diseñan los docentes.
Relación entre el planeamiento didáctico y la
evaluación de competencias
Ahora bien, citando a Díaz y Rojas (2002) en
relación a la evaluación de competencias, el planeamiento didáctico se centra
en el proceso de enseñanza aprendizaje articulando todos los saberes puestos a
disposición en la práctica pedagógica. Se buscará inducir a la reflexión del
aprendizaje como elemento fundamental para mejorar la calidad de esos
aprendizajes. Entre tanto, las competencias deberán ser vistas como “evolución”
y “cambio” donde se aplican ciertos criterios de calidad para determinar el
nivel de logro del estudiante mediante el aprendizaje.
Similarmente, el planeamiento didáctico es el
que representa la manera como se desarrolla una verdadera practica pedagógica,
con todos sus elementos teóricos, metodológicos, evaluativos y contextualizados
para generar conocimientos, recolectar información valiosa, tomar decisiones y
asumir una actitud crítica frente a la experiencia de aprendizaje que evalúa
las competencias del estudiante, lo que desde el punto de vista de Deseco
(2003) significaría hacer “combinación de habilidades prácticas, conocimientos,
motivación, valores éticos, actitudes, emociones y otros componentes sociales y
de comportamiento que se movilizan conjuntamente para logra una acción eficaz”.
Salvo que el fin último, será lograr la formación integral del alumno para que
ponga en marcha las competencias en la vida cotidiana y profesional que le
espera.
Conclusiones
La evaluación de competencias desde el
planeamiento didáctico deberá asumirse con criterio y rigurosidad, porque como
actividad compleja, es de gran alcance por la capacidad integradora que tiene
dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje.
El docente durante su planeación para evaluar
competencias en los estudiantes debe entender cómo se involucran las
necesidades, expectativas e intereses del contexto educativo con el currículo,
la didáctica, la pedagogía, la evaluación, el aprendizaje y la enseñanza. Cosa
parecida sucede también, que el docente para el planeamiento didáctico de una
evaluación de competencias será el directamente responsable y tener la
competencia para encargarse del proceso identificando el perfil del estudiante,
tejiendo el mapa curricular, diseñar el plan o programa, y orientar todas las
acciones hacia el logro de objetivos para el aprendizaje. Así como premeditar
las competencias y educarse sobre ellas.
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