Competencias genéricas,
competencias para la vida
Generic Skills, skills for
Life
Diana Marcela Sánchez
Echeverri
Universidad Metropolitana de
Ciencia y Tecnología.
https://orcid.org/0000-0003-3539-9376
DOI: https://doi.org/10.36955/RIULCB.2021v8n2.004
Esta obra está bajo licencia
internacional Creative Commons Reconocimiento 4.0
Recibido: 05/08/2021
Revisado: 20/09/2021 Aceptado: 08/10/2021 Publicado: 31/10/2021
Resumen
Las nuevas políticas
mundiales donde la educación se promueve como eje central en el progreso
social, económico, tecnológico y cultural de un país o región, han generado que
los sistemas educativos cambien su perspectiva y sean planteados alrededor de
estrategias donde prime la calidad de los aprendizajes por encima de
conocimientos teóricos. La globalización de mercados, las tecnologías de la
información, la multiculturalidad, y la innovación en los diferentes ámbitos
han influenciado estos cambios mundiales, los cuales buscan que los resultados
en los aprendizajes se produzcan de forma eficiente y veraz. Desde este punto
de vista, se hace necesaria una educación transformadora de vidas, capaz de
desarrollar habilidades para un mundo continuamente cambiante, y en permanente
competitividad, una educación basada en valores humanos y medio ambientales,
enmarcada por la equidad, la inclusión, la calidad, pertinencia y la permanencia
en el sistema, no por la obligatoriedad sino por la necesidad de ser partícipe
de este nuevo mundo, enfocada en la necesidad de aprender a aprender, en el
saber hacer ante las diferentes situaciones presentadas, en el autoaprendizaje
que garantice que el sujeto permanezca en formación continua a lo largo de su
vida y en el saber ser en la interacción por las diversas relaciones laborales,
personales y sociales con que se deberá encontrar a lo largo de su vida. Así, surge la educación basada en competencias,
una educación que garantice transformación en la vida gracias a los
aprendizajes valiosos que adquiera el sujeto durante toda su formación. La
educación basada en competencias busca formar personas que, si bien estén
altamente calificadas en su saber hacer, sean personas con comunicación
asertiva, capaces de trabajar en equipo, innovadores, emprendedores, con alta
capacidad en la resolución de problemas, y con fuertes valores éticos. Los
últimos acontecimientos mundiales, han dejado a la vista las debilidades que
aun hoy se tienen frente a la falta de competencias, pero han mostrado como las
mismas generan los cambios necesarios para evolucionar como sociedad ante los
desafíos que enfrenta el ser humano.
Palabras
clave: competencias, genéricas, aprendizaje.
Summary
The new world policies where
education is promoted as a central axis in the social, economic, technological
and cultural progress of a country or region, have generated educational
systems to change their perspective and to be raised around strategies where
the quality of learning prevails above theoretical knowledge. The globalization
of markets, information technologies, multiculturalism, and innovation in
different areas have influenced these world changes, which seek for the results
in learning to occur efficiently and truthfully. From this point of view, a
life-transforming education is necessary, capable of developing skills for a
continuously changing world, and in permanent competitiveness, an education
based on human and environmental values, framed by equity, inclusion, quality ,
relevance and permanence in the system, not because of the obligation but
because of the need to be a participant in this new world, focused on the need
to learn how to learn, on the know-how in the different situations presented,
on self-learning that guarantees that the individual remains in continuous
training throughout their life and in knowing how to be in the interaction
through the various work, personal and social relationships that he must encounter
throughout their life. Thus, competency-based education arises, an education
that guarantees transformation in life thanks to the valuable learning acquired
by the individual throughout their training. Competency-based education seeks
to train people who, although highly qualified in their know-how, are also
people with assertive communication, capable of teamwork, innovative,
enterprising, with high capacity in solving problems, and with strong ethical
values. The latest world events have
exposed the weaknesses that still exist today because of the lack of skills,
but have shown how they generate the necessary changes to evolve as a society
in the face of the challenges that human beings face.
Keywords:
competences, generic, learning.
Introducción
A partir del último tercio
del siglo XX, se inician nuevas políticas a nivel mundial que promueven la
educación como punto de partida en el progreso social, económico, tecnológico y
cultural de toda sociedad, dejando la consigna que esta es la clave para un
futuro con bienestar. Esta nueva visión de la educación hace que los sistemas
educativos de los países anglosajones en principio, europeos y posteriormente
Latinos cambien la visión de la educación que se mantenía hasta entonces a ser
parte de los planteamientos estratégicos en los modelos económicos, impactando
en los comportamientos sociales, puesto que se expande como una necesidad que
afecta todas las partes interesadas.
Así es como nace la escuela
competitiva que surge a la par con los modelos de sistemas de calidad educativa
en los cuales prima la calidad de los aprendizajes por encima de los
conocimientos teóricos. Martínez Boom (2020) lo expresa como “esta reingeniería
de la educación por el aprendizaje parece centrarse fundamentalmente en la búsqueda
del máximo rendimiento posible, sociedad del rendimiento que ahora opera como
una tecnología de optimización individual y social” (p. 323).
Para este siglo las
tendencias de los sistemas educativos hacen parte de los cambios que se
producen frecuentemente. La globalización de mercados, las tecnologías de la
información, la multiculturalidad, la innovación en los diferentes ámbitos
hacen que los sistemas educativos cambien de forma acelerada, estos cambios
están encaminados en todos los sentidos, ya que se dan a través de las
políticas educativas que dependen de las políticas gubernamentales o cambios
que se dan de acuerdo con la común unión de territorios, o se dan al tratar de
alcanzar mejores resultados en menor tiempo y con mayor evidencia. El mundo se
mueve y así mismo se mueven los sistemas educativos. Mucho se ha dicho y de
alguna manera se ha explicado biológicamente como los estudiantes de hoy no son
como los de ahora treinta años, a tempranas edades el ser humano ha
evolucionado de una manera vertiginosa la globalización y la internet, han
modificado los aprendizajes en los niños. Tener la información a la mano solo
con hacer un clic, hace que la educación experimente una acelerada evolución de
la misma manera. Con esto nacen las nuevas tendencias en educación que se
enfocan en estrategias innovadoras, flexibles, conectadas con el mundo digital,
estrategias que van más de allá de seguir un plan de estudios con un currículo
lleno de temáticas y estrategias que se adaptan a nuevos contextos, que no
dependen de estar en su salón de clases y que mucho menos depende de la edad de
los estudiantes.
Desde este punto de vista,
se hace necesaria una educación transformadora de vidas, capaz de desarrollar
habilidades para un mundo continuamente cambiante, donde la competitividad es
permanente. Una educación basada en los valores humanos y medio ambientales,
enmarcada por la equidad, la inclusión, la calidad, pertinencia y la
permanencia en el sistema, no por la obligatoriedad sino por la necesidad de
ser partícipe de este nuevo mundo, enfocada en la necesidad de aprender a
aprender, en el saber hacer ante las diferentes situaciones presentadas, en el
autoaprendizaje que garantice que la persona mantenga formación continua a lo
largo de su vida y en el saber ser en la interacción por las diversas
relaciones laborales, personales y sociales con que se deberá encontrar a lo
largo de su vida.
Por todo lo anterior es como
aparece en la década de los ochentas la necesidad de integrar las necesidades
industriales, en cuanto mano de obra con los sistemas educativos de aquel
entonces, emergen entonces como respuesta a ello las competencias.
DESARROLLO
En 2014 Espinosa et al
(2014) extrae de múltiples autores la definición de aprendizajes para la vida
como:
las capacidades,
conocimientos, habilidades, valores, actitudes que todos los individuos
necesitan para lograr su identidad, realización y desarrollo personal y
proyectar un futuro mejor, para desarrollar relaciones armónicas, para
participar eficazmente en los ámbitos personal, social, profesional y político
y enfrentar exitosamente los desafíos de la vida diaria y a las situaciones
excepcionales, para comprender el mundo e influir en él y transformarlo (p.
2042)
Al respecto se puede decir
que los aprendizajes para la vida se pueden adquirir o desarrollar de diversas
maneras dentro y fuera de una institución educativa y son llamados
competencias. Al integrar múltiples conceptos sobre competencia esta se define
como un conjunto de saberes personales con una exigencia de determinados
conocimientos, habilidades, cualidades o aptitudes para ser utilizados en
situaciones concretas de trabajo o educación, teniendo en cuenta recursos
ambientales (relaciones, documentos, información), actuando de manera eficiente
para el logro de determinada acción, en medio de comportamientos éticos y
manejo inteligente de las emociones. Así mismo, las competencias se han
clasificado de múltiples formas, sin embargo, sobresalen en el lenguaje común
las básicas, genéricas, laborales de gestión, laborales técnicas, específica,
cognitivas, procedimentales, actitudinales, intrapersonales, interpersonales,
profesionales y disciplinares. Las aplicaciones de las competencias en el medio
laboral o en el medio educativo determinan la mejor clasificación y sus
posibles combinaciones ya que de ello depende los desempeños que se desean
lograr (Contreras 2011, p.118).
Basándose en el proyecto
Tunning, se han clasificado las competencias en genéricas o transversales y en
específicas, es decir, propias de cada especialidad. Gracias al proyecto se
determinó que los planes de estudio debían contener tanto competencias
genéricas como específicas. De aquí se deriva entonces que las competencias
genéricas toman diferentes nombres de acuerdo al autor, sobresalen algunos
sinónimos como competencias básicas, competencias clave, competencias
transversales, competencias genéricas o competencias de empleabilidad, entre
otras. (Pugh y Lozano-Rodríguez 2019, p. 153).
Las competencias genéricas
toman mayor relevancia hoy día, dado los nuevos contextos sociales y
tecnológicos donde los nuevos profesionales y personas en edad productiva
deberán enfrentar desafíos en contextos multiculturales, medioambientales,
nacionales e internacionales. Las nuevas tecnologías reemplazaran la mano de
obra, por ello las competencias genéricas están enfocadas al talento humano de
las empresas, aunque los saberes disciplinares son importantes y las personas
deben estar capacitados de manera competente en su saber hacer, los entornos
multidisciplinarios cada vez más comunes en las organizaciones, requieren que
las personas sean altamente efectivas a la hora de comunicarse, sepan
participar en múltiples equipos, sea innovador, emprendedor, flexible, con
capacidad y disposición a movilizarse, pero con fuertes valores éticos.
El proyecto Tunning
determino 30 competencias genéricas, análogamente estudios en Latinoamérica han
definido 27 competencias genéricas comunes a los diferentes programas
universitarios y que impactan en el mundo globalizado al que deberán
enfrentarse las actuales y las nuevas generaciones que se encuentran en las
instituciones educativas desde los niveles básicos hasta la educación superior.
Algunos estudios de estudiantes universitarios que recién ingresan a la
educación superior han demostrado que las competencias genéricas deben
implementarse desde grados inferiores pues estas se desarrollan a lo largo de
la vida y están influenciadas por el contexto familiar, social y cultural. El
desarrollo tardío de las mismas genera dificultades en los niveles superiores
pues se dificultan los aprendizajes de las mismas sino se han sentado bases
sólidas para ello.
Países como Nueva Zelanda,
Australia, Canadá, Reino Unido entre otros datan de la necesidad de implementar
las competencias genéricas en sus planes de estudio pues con esto garantizan
que los estudiantes puedan tener existo en los diversos contextos laborales que
les presenta el mundo cambiante de hoy. Así lo manifiestan Lozano y Herrerara
(2013) (como se citó en Pugh y Lozano-Rodríguez 2019, p. 155), “el desarrollo
de las competencias genéricas aumenta la competitividad, eficiencia y
productividad de la fuerza laboral del país, proporcionando una ventaja
competitiva a nivel internacional”. En todos los casos las competencias genéricas
están llamadas a la nueva sociedad del conocimiento donde además aparecen otros
tipos de competencias dados los avances tecnológicos en los que se encuentra
enmarcada la educación y son aquellas donde se emplean las nuevas tecnologías
de la información.
Las treinta competencias
definidas en el proyecto Tunning o veintisiete en el caso de Latinoamérica no
son fáciles de implementar en el aula de clase, por lo que se ha sugerido que
del listado propuesto se determinen las más importantes de acuerdo al perfil de
egresado que haya determinado la institución educativa y sean desarrolladas en
las asignaturas determinadas en las diferentes carreras. (Corominas, 2001;
Freire, Teijeiro y Pais, 2011; Palmer, Montaño y Palou, 2009; Quintana,
Raccoursier, Sánchez, Sidler y Toirkens, 2007; Torra et al., 2010, como se citó
en Pugh y Lozano-Rodríguez 2019, p. 159). Esta es la estrategia que ha
implementado la educación colombiana. Las competencias laborales se desarrollan
de manera trasversal a las diferentes asignaturas que se encuentran
reglamentadas en la ley general de educación de 1994.
Con la ley general de
educación de 1994, la apertura económica y las nuevas disposiciones en el
mercado laboral en el país nace la necesidad de profesionales y personal
calificado con habilidades no solo de conocimiento teóricos, sino que posea
competencias generales y otras que hagan parte de su especialidad. Como
complemento a la ola que se generaba en este tiempo sobre calidad educativa se
integran las competencias y de allí se desprenden políticas de aseguramiento de
la calidad basadas en los lineamientos y estándares curriculares, como también
se inicia la evaluación mediante evidencias de desempeño, todos con un enfoque
basado en competencias.
En Colombia las competencias
laborales se definen como aquellas que están relacionadas con la productividad
y la competitividad. Conforme a ello se han emitido políticas educativas donde
se determina que el sistema educativo colombiano debe desarrollar en los
estudiantes las competencias básicas, ciudadanas y laborales. Las políticas de
articulación de la educación con el mundo productivo están determinadas en la
guía N° 21 del Ministerio de Educación Nacional, en ella se explicitan las
competencias laborales que son clasificadas en dos grades ramas, a saber, las
competencias laborales generales y las competencias laborales específicas. Las
competencias laborales generales son adquiridas por los estudiantes a lo largo
de los niveles educativos desde el preescolar hasta el grado noveno, mientras
que las competencias laborales específicas se desarrollan en el nivel de la
media (grados décimos y once).
Entre tanto, las pruebas
estandarizadas aplicadas a los diferentes niveles de educación Pruebas Saber
(Saber 11, Saber T y T y las Saber Pro) están enfocadas en la valoración de
competencias genéricas y competencias específicas, estas últimas para los
niveles técnico a superior. Las competencias genéricas se evalúan en las
diferentes pruebas saber dentro de las áreas de matemáticas, lectura crítica,
competencias ciudadanas, ciencias naturales e inglés, aunque según la
literatura el modelo pedagógico en el que se encuentre el estudiante puede
llegar a influir en el logro de los aprendizajes esperados, por lo que es importante
una adecuada metodología de enseñanza basada en las competencias de acuerdo al
plan de estudios. Queda la inquietud si las competencias básicas pueden
desarrollarse mejor bajo ciertos modelos pedagógicos que otros y cuáles serían
esas variables determinantes en el proceso.
Las estrategias
metodológicas para el desarrollo de las competencias genéricas tienen en cuenta
que los estudiantes de hoy no aprenden porque el profesor así lo determine.
Ellos aprenden por un motivo, aprenden para divertirse, aprenden para
sorprenderse, gustan de los retos y aprenden para enfrentarse a algo nuevo. Por
todo esto, el desarrollo de las competencias genéricas en el aula requiere
metodologías flexibles que sean capaces de adaptarse a cambios inesperados que
puedan dar las herramientas necesarias a los ciudadanos del futuro y que le
brinde las fortalezas necesarias para afrontar un mundo competitivo y lleno de
contrastes emocionales, sociales y culturales, pero que además potencialice sus
capacidades y tenga en cuenta sus gustos.
Como se ha visto las
competencias genéricas se han implementado desde hace ya más de tres décadas,
permeando todos los ámbitos de la sociedad a nivel socioeconómico, cultural
social, educativo, político, laboral, tecnológico entre otros. A través de las
competencias genéricas se están generando los perfiles de los egresados no solo
de profesionales sino de técnicos, tecnólogos y de los mismos estudiantes de la
educación básica y media. Sin embargo, existen alrededor de las mismas ciertas
amenazas debido a la utilización de la palabra competencia en un lenguaje que
no va más allá de su significado real, prueba de ello se encuentra en que
algunos docentes desconocen que la evaluación de las competencias genéricas se
encuentra incluidas dentro de las pruebas saber, creyendo aún que estas
valoraciones son solo de tipo académico o cognitivo, mostrando que aún persiste
la educación memorística y que está reducida a la transmisión de conocimientos.
Por otro lado, ya se encuentra en fases iniciales las pruebas estandarizadas de
las competencias socioemocionales muy de moda hoy día.
El objetivo de la educación
con enfoque basado en competencias es generar verdaderos aprendizajes en los
estudiantes al pasar de una educación tradicional basada en la transmisión de
conocimientos, a aquella en la que los aprendizajes se den para la vida y para
los contextos necesarios de acuerdo con las necesidades actuales de
globalización y sociedad del conocimiento. Sin embargo, en medio de las
políticas de calidad educativa en donde se han generado múltiples esfuerzos por
aumentar la cobertura, mejorar la calidad educativa (visto desde las pruebas de
desempeño), reducir la brecha social, aumentar la eficacia y pertinencia, las
competencias no están siendo utilizadas para mejorar los aprendizajes en los
estudiantes. Los indicadores de calidad como cobertura o deserción escolar no
muestran los niveles de aprendizaje que están logrando los estudiantes. Por el
contrario, aquellas pruebas como las pruebas estandarizadas o las pruebas
internacionales como PISA si dan cuenta de la falta aun de comprender la
necesidad de implementar las competencias en la práctica educativa. En otras
palabras, la falta de aplicación de las competencias en las aulas, está
generando un subdesarrollo en los aprendizajes que requieren los estudiantes y
la sociedad para poder cambiar las situaciones de pobreza o de falta de
oportunidades en aquellos con niveles socioeconómicos menos favorecidos. Es
preocupante las afirmaciones que muestra el Banco Mundial al afirmar “que a
menudo los docentes no tienen las competencias ni la motivación para enseñar de
manera eficaz. Los docentes son el principal factor que afecta el aprendizaje
en las escuelas” (UNESCO, 2018). Si los docentes no poseen las competencias para
generar aprendizajes eficaces en los estudiantes, difícilmente estos podrán
adquirir las competencias necesarias para la vida.
De otro lado, aunque existen
millones de personas en búsqueda de empleo, muchos empresarios afirman tener
grandes dificultades para cubrir las vacantes. “Está en crisis el diálogo entre
los sistemas de producción e inserción laboral y los de educación y formación
profesional, lo que hace más difícil el acceso al empleo y se convierte en un
freno al desarrollo del sistema productivo colombiano” así lo afirma Mejía
(2016), la falta de articulación entre los diferentes niveles educativos y las
necesidades del mundo productivo con los aprendizajes y competencias de los
profesionales y jóvenes que se encuentran en la búsqueda de empleo. Por lo
anterior, entre las estrategias educativas que se plantea el país para mejorar
los niveles de aprendizaje a través de las competencias, en el Plan de
Desarrollo 2018- 2022, se propone profundizar en las competencias más generales
para los jóvenes de la educación media de acuerdo a sus necesidades e
intereses, haciendo énfasis en aquellas que son necesarias para la Cuarta
Revolución Industrial, entre las cuales están las competencias digitales, para
el emprendimiento y las competencias para el desarrollo sostenible entre otras.
Mientras tanto, siguiendo la
misma línea en el Plan Decenal de Educación 2018 – 2026 se plantea desarrollar
en los docentes competencias en el proceso de enseñanza aprendizaje, impulsar
en los estudiantes las competencias ciudadanas y profesionales, el desarrollo
humano y el respeto por el medioambiente, así como también las competencias
socioemocionales y todas aquellas que puedan garantizar aprendizajes para la
vida en los diferentes entornos. Con estas metas y lineamientos que se han
propuesto como políticas de estado se esperaría que las competencias laborales
y específicas logren mejorar los desempeños en los aprendizajes de los
estudiantes en todos los niveles educativos, pero que, además, mejoren las
competencias que buscan las diferentes empresas que gestionan el talento
humano. Las políticas también se enfocan en actualizar las competencias en
docentes y directivos para garantizar que los procesos pedagógicos se
desarrollen de manera armonizada por parte de todos los entes de las
instituciones educativas.
CONCLUSIONES
En la actualidad las
competencias genéricas que se han establecido durante la historia, están siendo
sometidas a una dura prueba con la situación actual de pandemia que vive la
humanidad entera. Son esas competencias para la vida las que ayudan a enfrentar
todos los cambios a los que se están enfrentando todos los miembros de una
comunidad educativa. desde marzo de 2020. La situación de emergencia sanitaria
sacó a relucir en muchos docentes y profesionales la falta de competencias para
la vida. El impacto en el aprendizaje que ha generado esta emergencia ha hecho
que miles de personas se vean enfrentados a su falta de competencias sobre todo
tecnológicas y digitales, sin dejar de lado que se han incrementado las
situaciones psicoemocionales en adultos, niños y jóvenes, colocando en tela de
juicio qué es lo que supuestamente se ha enseñado durante más de dos décadas de
haberse implementado el aprendizaje basado en competencias. El Covid-19 está
siendo esa herramienta de evaluación que valora el grado de solución de
problemas que se tiene frente a las situaciones de la vida. Como ejemplos de
esto están la creatividad que pueda implementar las personas para lograr salir
de la crisis económica, el liderazgo que debe asumir un gerente, un director de
una escuela para movilizar todo su equipo de trabajo y continuar en medio de la
crisis, pero sobre todo está en evaluación la capacidad de saber ser, ser
responsable con la vida propia y de los otros, ser disciplinados antes las
normas de convivencias, ser buen ser humano.
De manera positiva la
emergencia sanitaria ha generado el crecimiento de las competencias
tecnológicas, la creatividad y la solución de problemas en miles de
profesionales y de muchísimos maestros. La educación ha tomado un giro de 180
grados, empiezan a debatirse modelos de aprendizaje donde el estudiante este
orientado a través de clases virtuales y presenciales de manera simultánea. La
educación entro en una era de cambios para los cuales los docentes deberán
asumir el reto de desarrollar competencias nunca antes vistas. Cabe preguntar
¿cómo movilizar todo el
cuerpo docente hacia el objetivo de aprender las competencias para esta
sociedad del conocimiento, en medio de la crisis que aún sigue y que ha
profundizado problemas sociales, económicos y culturales en el país? ¿Cómo
evitar que una vez superada la emergencia no se vuelva a la comodidad de
enseñar de la misma manera como se ha hecho durante veinte años?
Es incierto el futuro, pero
esperamos haber aprendido la lección, haber adquirido competencias para
afrontar cambios repentinos y con ello poder evolucionar como sociedad.
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