Resumen
El objeto de
estudio de este trabajo es el imaginario racial en el discurso literario
estadounidense. El objetivo es determinar cómo el discurso de actantes
ilocutivos y sujetos valoradores femeninos negros refleja el imaginario racial
del sujeto de la enunciación. Se desarrolla la base teórica de la
investigación, que incluye el discurso, el Análisis Crítico del Discurso, los
imaginarios y la ideología. Para ejecutar las tareas se utilizaron los métodos
de revisión de la literatura especializada, el histórico-lógico, el inductivo-deductivo,
análisis literario, Análisis Crítico del Discurso, y analítico-sintético. Se estudiaron
varias obras de la literatura estadounidense con temática racial escritas por
autores blancos y negros para entender sobre las dificultades para escribir
sobre el “otro”. Finalmente, se escogió como muestra el discurso de sujetos
valoradores femeninos negros de la novela The
Help, que ha sido objeto de controversia desde su publicación. Se realizó un análisis dimensional que
demostró que efectivamente el imaginario racial tiene un gran impacto en la
descripción de los personajes, aunque la novela comparte elementos positivos con
algunas obras de la literatura afroamericana.
Abstract
The racial imaginary in the United States’ literary discourse is the
object of study of this research, which is aiming at determining how the
discourse of ilocutive agents, who are black female valuating subjects, reflects
the racial imaginary of the author as a subject of the enunciation. Theory
involving discourse, Critical Discourse Analysis, imaginaries and ideology was
presented in the research. The methodology included a literary review, a
literary analysis, a Critical Discourse Analysis, the historical- logical, the
inductive-deductive and analytic-synthetic methods. Several US novels dealing
with race and written by black and white authors were analyzed in order to understand
the difficulties in writing about the “other”. Finally, The Help was selected for the discourse analysis of black female
valuating subjects due to the controversy this novel generated since its
release. A dimensional analysis demonstrated that even though the racial
imaginary has indeed an impact on the portrayal of the characters, this novel also
has positive characteristics present in some African-American works.
Palabras claves: Análisis Crítico del Discurso, ideología, imaginario racial, literatura
estadounidense
Keywords: Critical Discourse Analysis, ideology, racial
imaginary, US literature
Introducción
Definir el discurso resulta una tarea
compleja debido a que está relacionado con fenómenos complejos que representan
disciplinas independientes como el lenguaje, la comunicación, la cultura, y la
interacción. Sin embargo, la definición que se utilizará en esta investigación
es la brindada por Ayala (2004) donde plantea que:
El discurso es una
forma de práctica social y el uso de la lengua con relación a las formaciones
políticas, sociales y culturales. Por este motivo el discurso se refleja en el
orden social y da forma al mismo, al igual que influye en la interacción del
individuo con la sociedad (Ayala, 2004, p.19).
Esta definición incluye las tres
dimensiones del discurso identificadas por Van Dijk (1993): el uso del
lenguaje, la comunicación de creencias y la interacción en situaciones
sociales.
Creencias y opiniones están
enraizadas en el discurso y constituyen el motor impulsor del proceso de
comunicación, durante el cual los que interactúan aceptan, rechazan y se
retroalimentan de lo que se plantea. Esas creencias y opiniones no están
aisladas, forman parte de un imaginario común a grupos dentro de la sociedad.
Morris y Nerlich (2015)
plantean que el imaginario surgió como término en los años 50 y 60 del siglo XX
cuando Paul Cardán, seudónimo de Cornelius Castoriadis, lo utilizó en una
crítica a la ideología soviética; sin embargo, anteriormente otros
intelectuales habían explorado la conciencia colectiva y su poder social. Emile
Durkheim, sociólogo del siglo XIX, consideraba que la conciencia colectiva era
la totalidad de creencias y de sentimientos comunes a los miembros de la misma
sociedad y era lo que la mantenía unida (Morris y Nerlich, 2015). Ferdinand de
Saussure, según afirman Morris y Nerlich (2015), también exploró el lenguaje
como parte de lo que hoy muchos intelectuales llaman imaginario colectivo o
social. Inspirado en la ideología de Immanuel Kant sobre la imaginación, en
1975 Cornelius Castoriadis publicó con su propio nombre L’Institution imaginaire de la société (La institución imaginaria de la sociedad), donde aseveró que la
sociedad solo existía porque era imaginada colectivamente de cierta manera
(Morris y Nerlich, 2015).
Intelectuales (Gaceta Sanitaria, 2010) coinciden en que los imaginarios son un
conjunto de valores, instituciones, leyes, símbolos y mitos comunes a un grupo
dentro de la sociedad en un momento dado. García Canclini profundiza la
definición de imaginario cuando plantea que “lo imaginario remite a un campo de
imágenes diferenciadas de lo empíricamente observable” (en Lindón, 2007, p.90).
El autor aclara que estas imágenes son elaboraciones simbólicas no solo de lo
que podemos percibir, sino de lo que nos causa temor o nos gustaría que fuera
real.
En esta investigación se
considera entonces que los imaginarios[1]
son:
Universos
de valores, pensamientos, símbolos, mitos, instituciones, e ideologías que son
comunes a un grupo social en un contexto dado.
Esta situación influye en
la producción del conocimiento, pues un mismo fenómeno o proceso puede tener
diferentes interpretaciones, según el contexto y la posición de los grupos
dentro de la sociedad. De acuerdo con Cabrera (2004), esta posición no es más
que la identidad colectiva, conformada por las creencias compartidas que hacen
que los miembros de un grupo social tengan igual visión de sí en contraposición
con aquellos que no pertenezcan al grupo. Esta identidad depende de propiedades
autodefinidas fundamentales, relacionadas con la discriminación del otro: el
origen, la apariencia, la etnicidad, el género, el lenguaje, la religión, entre
otros.
Por lo tanto, los imaginarios sociales determinan las relaciones de los
miembros de la sociedad, rigen su vida social y legitiman sus prácticas
sociales. Las significaciones imaginarias sociales instituyen, justifican o
critican un orden social.
Ese es un pensamiento que
remite a los estudios de Van Dijk sobre la ideología. Desde el punto de vista
filosófico, Marx (en Ambriz-Arévalo, 2015) definió la ideología como el sistema
de representaciones del mundo (políticas, religiosas, filosóficas, morales,
judiciales y estéticas) que el hombre se hace de la realidad, ligadas a las
condiciones materiales de existencia, las condiciones reales en las que se
desenvuelve la vida humana. La ideología determina lo que somos como miembros
de un grupo.
Sin embargo, desde el punto de vista
lingüístico, Van Dijk (1993, 1998) define las ideologías como:
Pensamientos
y creencias que reflejan y protegen los objetivos básicos, los intereses y
valores de los grupos. Las ideologías son la base de las representaciones
sociales compartidas por los miembros de un grupo, enraizadas en creencias
generales de toda una sociedad o cultura.
Las ideologías representan
la piedra angular del juicio y la acción. Ellas legitiman las acciones de los
grupos sociales y organizan sus actitudes con respecto a problemas sociales
relevantes. Estos miembros comparten opiniones sobre experiencias y conflictos
comunes, que conforman las representaciones sociales. Además, estos miembros se
sienten identificados con su grupo debido a los sentimientos de pertenencia, su
identidad social.
Cuando la acción social y
la interacción se coordinan para defender los intereses grupales y existe un
sentido de identificación con objetivos comunes, todas las condiciones están
creadas para la formación de grupos ideológicos. Muchos grupos ideológicos
tienden a organizar partidos u organizaciones no gubernamentales, que
desempeñan un papel relevante en la incorporación de nuevos miembros, el
establecimiento de los objetivos y la formulación de normas y principios
(ideologías). Por lo tanto, los grupos dominantes desarrollarán una ideología
que los ayude a mantener su dominación, mientras que los dominados pueden crear
una ideología que sirva como base para sus prácticas y discursos de resistencia.
Las ideologías son las
superestructuras del imaginario que enmarcan los elementos de la cognición
social que identificarán y diferenciarán a los miembros del grupo social, como
miembros de este y no de otro. Las ideologías están constituidas por selecciones
de valores socioculturales relevantes y tienen la función de servir a los
intereses de los grupos. Las ideologías como controladoras de las prácticas
sociales estarán presentes en el discurso de los individuos y, por lo tanto, en
el discurso literario.
Como el discurso es partícipe en
fenómenos sociales complejos, resulta necesario emplear una ciencia
interdisciplinaria. Ese es el caso del análisis del discurso, que trata de
explicar las relaciones que existen entre las tres dimensiones anteriormente mencionadas.
El análisis del discurso se orienta a las interrelaciones del lenguaje con la
sociedad y trasciende el análisis de la sintaxis del lenguaje, puesto que se
enfoca en los procesos mediante los cuales se construye y mantiene el mundo
social (Phillips & Hardy, 2002, p.11). Entonces, con esta ciencia se pueden
analizar las dimensiones ideológicas del uso del lenguaje (Pêcheux en Wodak,
2001, p.23).
En la década de 1990, los
estudios realizados confirmaron la necesidad de incluir una dimensión crítica
en el análisis del discurso para poder investigar sobre problemas sociales como
la desigualdad y el abuso de poder, temas que se convirtieron en el centro de
atención de los investigadores. El Análisis Crítico del Discurso considera al
lenguaje una forma de práctica social y tiene como objetivo esclarecer los
puntos de conexión entre las estructuras sociales, el discurso y las prácticas
sociales. De esta forma el Análisis Crítico del Discurso explora la relación
entre las prácticas discursivas y las estructuras socioculturales e investiga
críticamente la desigualdad social y su expresión y legitimación mediante el
lenguaje (Fairclough en Wodak, 2001).
La definición de Análisis Crítico del Discurso de Van
Dijk que será utilizada en esta investigación plantea que:
Es un tipo de
investigación analítica sobre el discurso que estudia primariamente el modo en
que el abuso de poder social, el dominio y la desigualdad son practicados,
reproducidos y ocasionalmente combatidos por los textos y el habla en el contexto
social y político (1999, p.23).
Los analistas ven el lenguaje
como un medio de dominación y de fuerza social que legitima las relaciones de
poder (Habermas en Wodak & Meyer, 2008). Como el Análisis Crítico del
Discurso examina la reproducción y el mantenimiento del poder y de la
dominación dentro de contextos históricos y sociopolíticos concretos, es
necesario definir esos términos.
Según Blau y Emerson (en Wodak
& Meyer, 2008), el poder es inherente al intercambio social en cada
interacción. Los psicólogos French y Raven (en Wodak & Meyer, 2008) definen
el poder como el resultado de recursos específicos empleados por actores
individuales. Foucault y Guiddens (en Wodak & Meyer, 2008) consideran que
el poder es un elemento sistémico y constitutivo de la sociedad. Vidal (en
Ayala, 2004) afirma que el poder es la capacidad de cambiar el comportamiento o
la actitud de las personas de manera favorable a nuestros intereses personales.
Fowler (en Ayala, 2004) incluye dentro de esta definición la idea de que no
solo las personas sino también las instituciones pueden ejercer el
control. Van Dijk (1993) concuerda con
la afirmación de que para ejercer el poder es preciso tener el control para
limitar la libertad de acción de los otros e influenciar sus mentes mediante la
persuasión o la manipulación.
El poder social es la relación
entre las instituciones o grupos poderosos y los que no lo son. Los grupos
privilegiados, que tienen acceso a recursos socialmente valiosos como es el
caso del conocimiento, la riqueza y el estatus, serán capaces de dominar las
mentes de los que carecen de poder. Por este motivo el concepto de dominación
está estrechamente relacionado al poder social. Este término hace referencia a
formas ilegítimas e inaceptables de poder. La dominación puede ser reproducida
de maneras sutiles en el discurso oral y escrito que aparenta ser natural y
aceptable. Cuando los dominados aceptan la dominación y sus acciones favorecen
a los grupos poderosos, estamos frente a la hegemonía (Van Dijk, 1993). Por lo tanto,
las ideologías desempeñan un papel importante en el establecimiento y
preservación de las relaciones de poder y la dominación. Las ideologías
dominantes resultan neutrales y defienden creencias que se mantienen sin ser
desafiadas por largo tiempo hasta que surgen grupos minoritarios con una
ideología y un discurso de resistencia.
Ese fue el caso de grupos de
mujeres afroamericanas en los Estados Unidos. Con el paso del tiempo, la
resistencia de la mujer negra, surgida a partir de las injusticias durante el
periodo de la esclavitud, comenzó a formar parte de su sabiduría, que permitió
el desarrollo de su dignidad, fortaleza, independencia e imaginación. Como las
mujeres negras trabajaron unidas en la búsqueda de su emancipación surgió la
tradición de narrar historias donde se valoran experiencias vividas y
concretas, así como germinó la hermandad y sentido de comunidad de las mujeres
de descendencia africana (Hill Collins, 1990).
La experiencia afroamericana siempre ha sido un tema de interés en
la literatura estadounidense. Aunque ha sido reflejada y analizada en obras que
pertenecen a la literatura afroamericana, la experiencia de los negros en
Estados Unidos ha atraído a autores de la nación que no tienen descendencia
africana. La escritura sobre temas raciales y la habilidad o el derecho que
tienen algunos autores a escribir sobre el “otro” constituyen temas de controversia
entre investigadores, escritores y audiencias. Por ese motivo muchas novelas
famosas con protagonistas negros creados por escritores blancos han sido
criticadas, tal es el caso de Uncle Tom´s
Cabin, The Adventures of Huckleberry
Finn, y recientemente, The Help.
Durante el análisis de las complejidades sobre este tema se
introduce el término imaginario racial que hace referencia a la forma en que la cultura
imagina las oportunidades narrativas, los sentimientos y las situaciones, los
temas y recursos estilísticos, las formas y las voces, disponibles para los
personajes de diferentes razas y sus autores. El tema
racial no solo afecta el contenido (narración, imágenes o estereotipos) sino
también la forma (la gramática y la selección de las palabras) (Loffreda &
Rankine, 2015). Consecuentemente, el imaginario racial influye en el discurso
literario.
Según el construccionismo social, el discurso contribuye a la creación
de visiones del mundo, de las personas y de nosotros en consecuencia
(Paltridge, 2015). El discurso y el contexto tienen un efecto sobre las
identidades sociales y las relaciones. Cuando los escritores pasan trabajo con
la selección de palabras exactas, también están lidiando con asunciones y
valores que han estado ligados a esas expresiones, frases, o términos a lo
largo de la historia. Por consiguiente, los escritores producen un discurso y
como resultado obtenemos un texto permeado de valores e ideologías, que tienden
a estar escondidas, no se mencionan abiertamente, y so reflexiones de
realidades sociales y procesos que se oponen a ellas o contribuyen a su
mantenimiento.
Escribir sobre
cuestiones raciales sin expresar los prejuicios propios representa un reto para
los autores. Los intelectuales que estudian el imaginario racial consideran que
es un desafío hablar sobre raza sin mencionar la discriminación racial. Como resultado,
la representación del otro se ve afectada por la identidad racial o la ausencia
de identidad racial del autor.
Surgida de la posición desprivilegiada y de la falta de
representación de la comunidad negra, la literatura afroamericana ha servido
como un arma de resistencia y denuncia del sistema discriminatorio, además de
brindar apoyo emocional y reflejar los retos diarios y las victorias. Los
autores afroamericanos han tenido la difícil tarea de crear una obra artística
de interés para una amplia audiencia, pero comprometida con la causa social,
política y económica de la comunidad negra. Por ese motivo la literatura
afroamericana ha sido erróneamente clasificada como literatura de protesta
correspondiente a los “problemas de negros”. No obstante, la misma
categorización ha provocado la afirmación de que los autores negros son los
únicos con el derecho o la competencia para escribir sobre la experiencia
afroamericana.
Los autores blancos desde su posición privilegiada han escrito
también sobre la experiencia afroamericana. Muchos de ellos han decidido
hacerlo para condenar las injusticias sufridas por los estadounidenses negros y
apoyar sus causas, como lo fue la abolicionista y la relacionada con los
derechos civiles. Sin embargo, esa posición privilegiada, creada por cientos de
años de opresión basada en ideologías dominantes, puede haber afectado su
trabajo de reflejar a los afroamericanos. Según Llewellyn (2015), escribir a
partir de su propio racismo interiorizado es un obstáculo que los escritores
blancos deben superar para evitar la creación de personajes planos o
excesivamente victimizados, que luego son criticados por la audiencia
afroamericana.
Llewellyn (2015) también plantea que algunos escritores blancos que
temen la reacción del público prefieren omitir el tema racial mientras que
otros proclaman sentirse cómodos al tratar esa temática. Muchos utilizan bromas
para asumir que existe una distancia entre la discriminación racial mostrada y
las creencias actuales propias y de la audiencia, de esta forma se burlan del
racismo de épocas pasadas o de los racistas actuales (Llewellyn, 2015). Como
ubican el tema racial y el racismo en el pasado, estos autores no profundizan en
estos temas de forma crítica, no hacen resistencia al status quo y convierten
la opresión racial en una comedia que estimula una complacencia acrítica de la
audiencia, con lo cual se reforzó durante un tiempo la creencia de que los días
de dominación racial habían terminado en la sociedad estadounidense.
Por otra parte, existen autores que utilizan sentimiento racista para
impactar a la audiencia. Aunque sus trabajos son defendidos como obras
valientes y honestas por haber tratado la temática racial, también reciben
críticas por contribuir a la continuación de la ideología racista. A menudo, de
forma involuntaria perpetúan estereotipos y puntos de vista racistas cuando los
utilizan en sus obras. Según Llewellyn (2015), esto puede ser el resultado de
una falta de investigación de los principios e imágenes presentados en su
trabajo. No obstante, la investigadora afirma que, aunque algunos escritores
son cuidadosos y profundos al abordar temáticas raciales y otros alcanzan un
entendimiento superficial sobre estos temas, sus trabajos por igual incentivan
nuevas formas de pensar sobre la raza para crear una nueva conciencia y para
convertir al público en mejores seres humanos.
A pesar de las limitaciones y las controversias, escribir sobre raza
tiene gran relevancia porque muestra diferentes perspectivas sobre el racismo
que pueden no ser muy evidentes para los miembros de la audiencia. Además, la
divulgación actual y precisa de las maquinaciones del poder reduce su eficacia
para normalizarse y reforzarse. Por otra parte, el hecho de que los escritores
se sientan motivados a escribir sobre temáticas raciales posibilita sensibilizar
al lector sobre el tema y estimula el análisis profundo y el debate del texto
escrito.
El pasado y la historia continúan siendo una fuente de inspiración
estimulante para los escritores de este siglo. Ubicada en el contexto de los
Derechos Civiles y con una autora blanca escribiendo sobre sobre mujeres
negras, The Help generó gran
controversia desde su publicación en 2009. Las protagonistas son una joven
blanca (Skeeter) y dos criadas negras (Aibileen and Minny) que se unen para
denunciar la discriminación sufrida por las domésticas a principios de los años
60 en Mississippi, uno de los estados más segregacionistas en los Estados
Unidos. Esta novela ocupó un lugar en la lista de los libros más vendidos del
New York Times durante dos años (Smith, 2014) y recibió críticas y halagos de
tanto de las audiencias como de intelectuales. Por ese motivo The Help ha sido seleccionada con el objetivo de determinar cómo el discurso de actantes ilocutivos,
sujetos valoradores femeninos negros, refleja el imaginario racial del sujeto
de la enunciación.
Materiales y métodos
La actividad discursiva es una
actividad consciente y orientada hacia un objetivo. Tiene un contenido
intencional que puede ser expresado mediante enunciados que están formados por
uno o más actos de habla. En esta
investigación el enunciado es la unidad principal de análisis, aunque con el
propósito de profundizar y enriquecer el estudio se analizaron los actos de
habla que componen cada enunciado.
Como metodología de trabajo se
realizó un análisis del discurso que al ser interdisciplinario requiere de las
siguientes normas indispensables:
·
El uso de textos escritos u orales auténticos como fuente de análisis
para estudiar el uso del lenguaje
·
La consideración del contexto
·
El discurso como práctica de la cognición social de los miembros de un
grupo
Se escogió la novela The Help como corpus de esta
investigación, principalmente porque la autora utiliza el inglés vernáculo
(African American Vernacular English) para ilustrar el habla de los
afroamericanos, lenguaje que sería empleado en situaciones reales. Por lo
tanto, el corpus está conformado por los enunciados de los agentes ilocutivos
de acuerdo con la intención del autor como sujeto de la enunciación.
El contexto de esta obra es el
pueblo de Jackson, Mississippi durante la década de 1960. El sujeto de la
enunciación nació en esta región y por consiguiente, su experiencia personal
relacionada con el lenguaje, la forma de pensar, las estructuras
institucionales y la relaciones de poder, sirvió para el desarrollo de la
narración.
Los hablantes interactúan como
miembros de grupos sociales, culturas e instituciones y su discurso forma parte
de las relaciones de poder. The Help tiene
tres protagonistas Skeeter, Minny y Aibileen. Las dos últimas son mujeres
negras. Esta investigación toma como muestra el discurso de estos sujetos
valoradores femeninos negros para analizar la influencia del imaginario racial
de la autora en el discurso de estos personajes.
Se seleccionaron enunciados con
contenido valorador para la caracterización de los sujetos. Como metodología
los enunciados fueron divididos en actos de habla para estudiar las dimensiones
gramatical, referencial, ilocutiva y modal.
La modalidad indica la posición
subjetiva del sujeto hacia lo que se dice en el discurso, que está relacionado
con el aspecto semiótico y los recursos lingüísticos seleccionados para la
formulación del enunciado (Ayala, 2004). Los estudios de Leandro Caballero
sentaron las bases para el análisis de las Categorías Semánticas Modales en la
Facultad de Lenguas Extranjeras de la Universidad de La Habana. El Grupo de Estudios Semánticos y de Análisis
de Discurso Leandro Caballero ha realizado un estudio profundo de la modalidad
y se ha enfocado principalmente en las siguientes categorías semánticas
modales: Interés, Lealtad, Afectividad, Certidumbre, Expresividad y Valoración.
Primero se brindó información
sobre el sujeto valorador, el contexto en que cada enunciado fue emitido, y
finalmente el análisis de cada acto de habla con las conclusiones.
Resultados
El análisis de Minny demostró que este es un personaje que se valora
de manera positiva y con seguridad como madre, trabajadora doméstica y miembro
de la comunidad. Este es un personaje que ha desarrollado su propia perspectiva
sobre los problemas que afectan a los afroamericanos (Constantin Agramonte,
2015). No está involucrado directamente con el Movimiento por los
Derechos Civiles, pero sí con la lucha. Minny aplica sus propios estándares de
pensamiento y acción para retar la ideología dominante, defiende sus principios
y no duda al emitir valoraciones negativas hacia lo que ella considera que es
incorrecto. Estos resultados evidenciaron la presencia de uno de los temas
recurrentes en el pensamiento feminista negro: la afirmación de
autodefiniciones y autovaloraciones. Por consiguiente, las apreciaciones sobre
la valía personal y la imagen también son brindadas por personajes negros de
esta novela y contribuyen a su redondez.
Es un sujeto valorador directo y franco, que no tiene miedo de decir
lo que piensa a pesar de las consecuencias que esa actitud puede provocar. Ella
es la madre atenta de cinco niños, que debe además cocinar y limpiar en otros
domicilios durante todo el día y por la noche cuidar de su hogar y, durante
mucho tiempo, lidiar con su esposo alcohólico. Es miembro activo de la
comunidad, participa en las actividades de su iglesia y tiene tiempo para
ayudar a sus amigas. Su personaje contradice la imagen racista de que
afroamericanos incompetentes y vagos.
Por otra parte, Aibileen es la hija
de una empleada doméstica y nieta de una esclava, ella ha criado a 17 niños
blancos. En el momento de la historia, se encuentra cuidando a la niña de la
familia Leefolt. Su vida ha sido desafortunada, su esposo la abandonó y tiempo
después su hijo fallece en un accidente, después de que no quisieran socorrerlo
en un hospital para blancos. Después de esa tragedia, la actitud de Aibileen
cambia y se convierte en la mediadora que alienta a las otras empleadas
domésticas a participar en la escritura del libro de denuncia. Es un personaje
dinámico.
En los actos de habla de Aibileen
se destacan las categorías semánticas modales de lealtad, certidumbre y
expresividad. Aibileen es mayormente bien intencionada y segura, aunque a veces
puede mostrar indecisión. Su expresividad es contenida, pero en algunos
momentos puede llegar a ser no contenida, e incluso desbordada. Ella muestra su
decepción, insatisfacción, pesimismo y miedo. Aunque ella no enfrenta
directamente a sus empleadores, Aibileen utiliza otros métodos de resistencia
para ayudar a sus amigos. Sus enunciados evidencian la existencia de una doble
conciencia. Además, utiliza sus experiencias dolorosas para enfrentar los
obstáculos en su vida. Por lo tanto, su historia se desarrolla en el nivel de
biografía personal, considerado por el feminismo negro como sitio de dominación
y de resistencia.
No obstante, el
estudio del imaginario racial ayudó a vislumbrar la presencia actos de habla
valoradores que no eran consistentes con valoraciones previas de Aibileen, que
puede ser resultado de los prejuicios o falta de profundización de la autora.
Como cuidadora, este
personaje le ha enseñado Mae Mobley, la niña que atiende en esos momentos, a
respetar y quererse a sí misma y los demás. Aibileen le ha hablado de
personalidades importantes de la lucha afroamericana como Martin Luther King.
Sin embargo, cuando se encuentra con uno de sus antiguos niños, que ya ha
crecido, ella recuerda lo que le decía de pequeño: “And how I told him don´t drink coffee or he gone turn colored. He say he still ain't drunk a cup a coffee and
he twenty-one years old. It´s always nice seeing the kids grown up fine”
(Stockett, 2009, p. 106).
En este enunciado
existe una relación causa-efecto. Como Aibileen no quería que el niño bebiera
café, lo asustó con la posibilidad de convertirse en negro al hacerlo. Al jugar
con la imaginación del niño de esta manera, le atribuye una connotación
negativa al hecho de ser negro. El modelo mental de lo negro como una condición
mala se ve reforzado por la acción de no tomar café. De esta forma el sujeto
valorador brinda apreciaciones negativas de estas dos cuestiones. Al
encontrarse con este joven, ya adulto, ella confirma que su método funcionó
puesto que él le confiesa que en sus 21 años jamás ha probado esa bebida.
Entonces en el último acto de habla de ese enunciado, el sujeto valorador emite
una evaluación cualitativa positiva sobre su método de enseñanza al emplear los
adjetivos “nice” y “fine”.
La relación
establecida entre ser negro y tomar café está presente en otras culturas
también. No obstante, este enunciado es evidencia del prejuicio que resulta de
la visión hegemónica de la raza y se convierte en un problema ideológico que
carga de racismo el discurso de Aibileen y contradice enunciados emitidos por
el mismo sujeto valorador sobre este tema. Este ejemplo en la obra sirve de
confirmación de lo que han criticado miembros de la comunidad afroamericana
sobre este libro: aunque su intención es defender la igualdad, la autora
fortalece algunos prejuicios racistas y estereotipos sobre las personas negras.
Discusión
El contexto
socio-histórico en el cual la novela fue publicada puede haber contribuido a su
éxito controversial. La primera década del siglo XXI estuvo caracterizada por
debates sobre lo que representaba ser un ciudadano estadounidense. Durante los
primeros ocho años las guerras y la depresión económica provocaron el
descontento de gran parte de la población y llenaron de pesimismo a los
electores. Esta situación tuvo un gran impacto en la campaña presidencial de
2008. La victoria de la campaña de Obama basada en la unidad y el optimismo fue
interpretada por muchos como el fin del racismo en los Estados Unidos. Varios
intelectuales consideraron este momento como el inicio de una era post-racial
en el país (Richomme, 2012).
Esta visión post-racial
imposibilitó un proceso verdadero por el reconocimiento y el respeto de la
diversidad y tuvo un impacto en los medios masivos y el retrato de las
relaciones raciales en la pantalla y la literatura. Por lo tanto, este contexto
y sus antecedentes pueden haber tenido gran influencia en la redacción y
recepción de esta novela que luego se convertiría en película.
Esta obra se puede clasificar principalmente como una novela
histórica con algunos rasgos sentimentales. Sin embargo, a pesar de los
obstáculos para escribir personajes negros que afectó el reflejo de su
identidad, según Greve (2016), la obra de Stockett presenta elementos que son
comunes en las novelas afroamericanas como El
color púrpura.
La hermandad y la unidad entre mujeres son características presentes
en The Help. Sin el vínculo creado
por las tres protagonistas, el mensaje de la historia no existiría. A pesar de
sus antecedentes diversos, raza y status social, tres mujeres unen fuerzas para
denunciar las injusticias sufridas por las criadas negras. Juntas enfrentan el
peligro que provocan sus acciones, las represalias de la élite blanca y el
patriarcado. Gracias a su apoyo mutuo pueden superar sus inseguridades y crecer
en el transcurso de la novela. Resulta necesario resaltar que mientras en las
novelas afroamericanas esta relación mujerista ocurre solo entre mujeres
negras, Stockett propone esta práctica entre mujeres blancas y negras. De esta
manera, The Help intenta estimular un
acercamiento real entre feministas blancas y negras.
Empero, la novela ha sido acusada de enfocarse en el sacrificio y
transformación de la protagonista blanca, con lo cual se reproduce la jerarquía
racial y se menosprecia la historia de los que han sido privados de sus
derechos. El libro permite que los lectores blancos se sientan identificados
con el personaje blanco al sentir que su redención es también suya mientras que
la audiencia negra no se siente bien representada (Smith, 2014). Concuerdo con
el razonamiento de que al enfocarse en las victorias y sacrificios del
personaje blanco se minimizan los logros y retos de los personajes negros en la
novela, con lo cual se obtienen respuestas opuestas de los miembros de la
audiencia según su ideología y posición en las relaciones de poder.
Según Bennett and Royle (2014), existen comunidades de lectores, y
los individuos leerán según las convenciones de su comunidad interpretativa.
Esa respuesta va a estar determinada por las convenciones de lectura en las
cuales ellos han sido educados dentro de un contextos socio-histórico
específico. Entonces, la exactitud de esta crítica depende en gran medida del
pensamiento crítico del lector y de la comunidad interpretativa en un contexto
socio-histórico dado.
Greve afirma que la autora fracasó en el intento de dar profundidad
a los personajes negros femeninos. Plantea que cuando surgen preguntas de autoestima
y de imagen corporal solo existe respuesta desde la perspectiva de la
protagonista blanca y las negras solo existen como víctimas y no como heroínas
(Greve, 2016, p.60).
Sin embargo, el análisis dimensional del discurso de Minny
demostraró que este sujeto valorador femenino tiene sus propios estándares de
belleza y piensa según su experiencia de vida. Minny rechaza ser tratada como
un objeto y se reafirma continuamente como una mujer con puntos de vista
propios que está dispuesta a expresar abiertamente.
Algunos críticos plantean que The
Help enmarcó la desigualdad racial en el contexto de las relaciones interpersonales
en vez de la injusticia del sistema. En una declaración abierta de la
Asociación de Historiadoras Negras (Association of Black Women Historians), la
novela fue desaprobada por brindar poca atención al contexto histórico, con lo
cual ofreció una imagen reduccionista de las relaciones raciales en ese período
y fortaleció los estereotipos racistas como el de la "Big Mama” o la
"Mammy”, que fueron empleados para humanizar a los blancos liberales
(Smith, 2014).
Aunque los personajes negros son sirvientas, ellas desafían el
estereotipo de la Mammy. Es cierto que Minny y Aibileen atienden a niños,
ancianos y enfermos a su cuidado. No obstante, cuando son maltratadas por sus
empleadores, no agachan la cabeza y cada uno de estos personajes encuentra la
manera de demostrar su inconformidad y desafiar el status quo.
El personaje de Aibileen es en varios aspectos diferente de Minny.
Es una mujer que ha trabajado por más de cuarenta años como doméstica en un
ambiente hostil. Ella no es expresiva como Minny ni dice sin tapujos lo que
piensa ante sus empleadores. Esta es una mujer que encuentra consuelo en su
religión y en la comunidad de su iglesia. Por este motivo ha sido comparada con
el Tío Tom. Empero, en el caso de Aibileen se produce un cambio tras la muerte
de su hijo, en la cual la discriminación racial jugó un papel relevante.
Aibileen se transforma también en una mujer irreprimible que muestra una
conformidad aparente mientras esconde su rebeldía y se convierte en la mediadora que alienta a
las otras empleadas domésticas a participar en la escritura de un libro de
denuncia. Se prueba de esta manera que es un personaje dinámico. Para comprender a profundidad el personaje fue preciso realizar un
análisis crítico de su discurso para revelar sus pensamientos de resistencia
bajo la superficie. En la investigación
realizada se demostró mediante un análisis dimensional cómo el personaje
demostraba conformidad en la estructura de superficie y resistencia en la estructura profunda
de su discurso.
Como se planteó anteriormente, The
Help fue el resultado de la experiencia previa de la autora al haber sido
criada por una empleada doméstica afroamericana. En ese sentido la novela es
personal, es ficción surgida de los recuerdos de una relación íntima de la
autora. Entonces, para mostrar la relación de las criadas entre ellas, con los
niños que debían cuidar y con sus empleadores, la selección del espacio
doméstico parece válida. Además, como la narrativa principalmente se enfoca en
la experiencia de sirvientes afroamericanos, la novela enfatiza las formas en
que la supremacía blanca se ejerce en este medio. Como consecuencia, los
personajes no están directamente involucrados en el activismo político de la
época y la novela carece de intensidad en ese sentido. Sin embargo, el contexto
del periodo histórico y los eventos políticos tienen un gran impacto en los
personajes y condicionan sus reacciones y actitudes durante el transcurso de la
historia.
Conclusiones
La descripción del “otro” y el imaginario racial todavía continúan
siendo objeto de debate mundial y de manera especial, en los Estados Unidos
donde bajo la administración de Trump han aumentado los crímenes contra la
comunidad negra a manos de la policía, situación que indica la perpetuación de
prejuicios y estereotipos en esta sociedad.
Los trabajos literarios son fragmentos de la realidad moldeados por
la ideología y visión del mundo de los autores y esta perspectiva podrá ser
aceptada o rechazada por los lectores. En el discurso literario los escritores
como sujetos de la enunciación utilizan a los personajes como agentes
ilocutivos para expresar sus valoraciones. Por lo tanto, resulta controversial
cuando los autores de una comunidad deciden escribir personajes que pertenecen
a otra.
Con esta investigación se pudo demostrar que, aunque la novela The Help tiene aspectos positivos e
intenta transmitir un mensaje de diálogo y colaboración, el imaginario racial
de la autora como sujeto de la enunciación tuvo una gran influencia en la
creación y credibilidad de los personajes.
Referencias Bibliografía