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Recibido: 30/08/2020 Revisado: 05/09/2020 Aceptado: 10/09/2020
Publicado: 25/10/2020
RESUMEN
Al segundo semestre de 2020 el total de deudores financieros (personas
naturales) por tipo de crédito (consumo e hipotecario)
ascendían a 7,310,779. Son millones de familias con dificultades
financieras para honrar sus compromisos con los prestamistas (bancos,
cajas, financieras, edpymes, etc.) como consecuencia del coronavirus.
En el escenario actual de crisis sanitaria, económica y
financiera excepcional, una quita o reducción de la deuda, puede
evitar el impago de dichas deudas y la bancarrota de familias. El
objetivo principal de este trabajo de investigación, es
demostrar que las entidades del sistema financiero peruano, tienen una
sólida solvencia financiera, para liberar parte de la deuda a
sus prestatarios sin comprometer su estabilidad. Dos conclusiones del
estudio: a) el impacto de la quita de una parte de las deudas por
cobrar es mínimo en el total de ingresos de las entidades
financieras, y b) las soluciones propuestas por el congreso y los
bancos (reprogramar, refinanciar o congelar deudas) no resuelven el
problema de fondo, más por el contrario, las deudas se
harán impagables con la acumulación de los intereses.
Palabras clave: Quiebra de familias, deuda financiera, prestamistas, prestatarios, COVID-19.
ABSTRACT
As of the second half of 2020, the total number of financial debtors
(individuals) by type of credit (consumer and mortgage) amounted to
7,310,779. There are millions of families with financial difficulties
to honor their commitments with lenders (banks, savings banks, finance
companies, edpymes, etc.) as a result of the coronavirus. In the
current scenario of exceptional health, economic and financial crisis,
a debt reduction or reduction can avoid the non-payment of said debts
and the bankruptcy of families. The main objective of this research
work is to demonstrate that the entities of the Peruvian financial
system have a solid financial solvency, to release part of the debt to
their borrowers without compromising their stability. Two conclusions
of the study: a) the impact of the removal of part of the debts
receivable is minimal in the total income of financial institutions,
and b) the solutions proposed by Congress and banks (reschedule,
refinance or freeze debts) do not solve the underlying problem, but on
the contrary, debts will become unpayable with the accumulation of
interest.
Keywords: Family bankruptcy, financial debt, lenders, borrowers, COVID-19.
INTRODUCCIÓN
La crisis sanitaria, económica y social que vive el país,
está haciendo estragos en millones de hogares peruanos. La
economía peruana cerrará el 2020 con PBI negativo
próximo al 12%2. De acuerdo al INEI en el segundo trimestre de
ese mismo año el producto bruto ha caído en -30.20%3.
Sólo en Lima Metropolitana, la población
económicamente no activa (No PEA) llegó en junio a
5,277,000 (diciembre 2019: 2,511,300). El desempleo paso de 6.1% de
diciembre a 16.3% en junio (subempleo :41.8%). La inversión
privada caerá en torno al 34.2% del PBI. La clase media se
reduciría en 600 mil hogares y su recuperación se
demoraría 5 años. La pobreza monetaria llegaría a
32% el 2020 (2019: 20.2%).
Según la Superintendencia de Banca y Seguros (SBS), al segundo
semestre de 2020 estaban registrados como deudores financieros
7,310,779 personas naturales4. La crisis del coronavirus ha provocado
que miles de estos deudores por consumo e hipotecarios se declaren
insolventes y no pueden honrar sus compromisos con las entidades
financieras, razón por la cual demandan refinanciar sus deudas y
no se afecte su historial crediticio.
En respuesta a la creciente preocupación de los deudores
financieros, la Comisión de Defensa del Consumidor aprobó
un proyecto de ley que propone congelar (aparcar o
“patear”) las deudas con las entidades financieras por 90
días. Esta iniciativa de ley establece que el saldo de la deuda
podrá ser reprogramado entre cinco años a más,
según como fije la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP
(SBS). La reprogramación incluye los créditos de consumo,
los préstamos personales, tarjetas de crédito que permita
la disponibilidad de efectivo o compra de productos o servicios, los
prestamos revolventes y no revolventes, créditos vehiculares y
préstamos hipotecarios para vivienda contraídos por
personas naturales. Sin embargo, según el proyecto de ley no
podrán solicitar el congelamiento de sus deudas las personas que
tienen créditos con las cajas municipales, cajas rurales,
empresas microfinancieras y las cooperativas. Tampoco serán
favorecidos por esta medida los trabajadores con rentas de quinta
categoría que mantengan su condición laboral hasta el 15
de marzo del 2020.
Este trabajo tiene dos proposititos básicos. Por un lado,
demostrar que las entidades financieras tienen solvencia financiera
sólida, alta rentabilidad y nivel de capital adecuado (ratio de
capital) para liberar parte de la deuda de sus prestatarios sin
comprometer su estabilidad. Por otro lado, conocer el impacto de las
medidas propuestas a evitar el colapso de familias o deudores por
efecto de la crisis.
MATERIAL Y MÉTODOS
Es un estudio de tipo descriptivo y de correlación. El primero
se sustenta porque se describe la forma como está estructurado
el sistema financiero peruano y cómo han evolucionado en los
últimos cinco años y medio sus principales indicadores
económicos y financieros; y segundo porque se demuestra como los
cuatro bancos más grandes que controlan el 75 % del mercado
actúan como oligopolios y tienen excelentes indicadores de
rentabilidad, solvencia, liquidez del sistema. Asimismo, el estudio es
no experimental, ya que las variables de estudio no serán
manipuladas bajo una intencionalidad para influir en los resultados. Se
utiliza información secundaria obtenidade fuentes oficiales,
como instituciones gubernamentales y entidades privadas cuya
función es, entre otras, presentar estadísticas del
sistema financiero peruano.
RESULTADOS
El Sistema Financiero Peruano (SFP) es regulado y supervisado por la
SBS, así como por la Superintendencia del Mercado de Valores
(SMV) y por el Banco Centra de Reserva (BCR), de acuerdo a sus
respectivas competencias. Actualmente, está conformado por 55
empresas (53 privadas y 2 públicas), entre Bancos, Financieras,
Cajas Municipales de Ahorro y Crédito (“CMAC”),
Cajas Rurales de Ahorro y Crédito (“CRAC”) y
Entidades de Desarrollo de la Pequeña y Micro Empresa (EDPYMES).
Existen otras entidades financieras que otorgan financiamiento en
nichos de mercado específicos, algunas de las cuales se
encuentran fuera del ámbito de supervisión de la SBS,
como son las empresas de Arrendamiento Financiero, de Factoring, las
Administradoras Hipotecarias y algunas Organizaciones No
Gubernamentales (ONGs).
De acuerdo a las cifras publicadas por la SBS, a junio de 2020, el
total de activos del sistema financiero (incluida la banca estatal)
ascendió a 579,877 millones de soles, registrando un crecimiento
de 16.58% respecto a diciembre del 2019, con un aumento promedio anual
de 6.89% en el periodo 2015 – junio 2020. El crecimiento del
sistema financiero representa 3.7 veces el crecimiento del PBI nacional
del 2019 (2.16%), manteniendo su comportamiento histórico y un
significativo crecimiento de activos en el primer semestre de 2020.
Tabla 1. Activos del Sistema Financiero Peruano
El SFP se caracteriza por su alto grado de concentración en sus
operaciones lo cual hace que el mercado sea altamente imperfecto.
Los cuatro principales bancos (BCP, BBVA, Scotiabank e Interbank),
tienen a junio de 2020 el 71.37% del total activo del sistema
financiero peruano.
El patrimonio de todo el SFP ascendía a 63,219 millones a junio
de 2020 y el 83% de dicho patrimonio estaba en manos de la banca
múltiple privada.
El aumento de la riqueza de los bancos ha sido elevado y continuo desde 2018.
Tabla 2. Patrimonio del Sistema Financiero Peruano
La cartera de colocaciones directas o préstamos otorgados (Tabla
3), tiene un ritmo de crecimiento muy significativo a partir del 2018.
La banca múltiple privada concentra el 87.10% del total de
colocaciones a junio de 2020. El resto del mercado se reparten entre
las financieras, las cajas, las edpymes y la banca estatal. Los cuatro
principales bancos tienen la hegemonía total en las colocaciones
del SFP (73%) y en este escenario es latente el riesgo de que haya
colusión explicita entre ellos
Los depósitos totales del público captados por el SF
ascendían a 366,748 millones de soles a junio de 2020. Como era
de esperar la banca múltiple privada el grueso de esos
depósitos equivalentes a 309,727 millones de soles, es decir, el
84.45% de todo el SFP. Entre tanto, los cuatro principales bancos
ostentaban el 74.5 % del total de dichos depósitos. Lo dicho
hasta aquí, define el desempeño general del sistema
financiero peruano en términos de composición activos,
patrimonio, cartera de colocaciones directas y depósitos
captados del público.
Sin embargo, para analizar la gestión y los resultados de las
entidades del sistema financiero hay que mirar principalmente los
siguientes indicadores: morosidad (calidad de la cartera de
colocaciones), rentabilidad (utilidad), solvencia y liquidez. Estos
son, junto con la eficiencia operativa y productividad, los principales
centros de control en la gestión porobjetivos, que aseguran un
grado suficiente de eficacia en los resultados5 del negocio bancario.
La morosidad global o cartera de alto riesgo (Grafico 2) que incluye la
cartera atrasada (deuda vencida y en cobranza judicial) y refinanciada
y reestructurada de la banca múltiple privada ascendía a
14,480 millones de soles en junio de 2020 (diciembre 2019: 12,749
millones) que equivale al 3.15% del total de colocaciones (2019:
3.02%). Por otro lado, el promedio de tasa de morosidad global del SFP
total ha sido 5.37% a junio de 2020 (diciembre de 2019:4.81%)
Las otras entidades del sistema financiero, entre ellas: empresas
financieras, cajas municipales, cajas rurales, edpymes y las entidades
del estado, acumulaban en total 6,604 millones de soles a junio de ese
mismo año, entre la cartera atrasada y las deudas refinanciadas
y reestructuradas.
La rentabilidad financiera (ROE, por sus siglas en inglés) del
SFP llegó a un aceptable 11.20% en plena crisis de 2020 (2019:
18.34%). La solvencia financiera o ratio de capital global promedio
(Grafico 3) de la banca múltiple se ubicó en 14,80% al
primer semestre de 2020 (2018:14.54%), siendo uno de los más
sólidos de la región.
Los resultados de las pruebas de estrés de liquidez, solvencia,
rentabilidad hechas por la SBS (publicado en noviembre de 2019) a las
entidades financieras, revelan que son capaces de hacer frente sin
aprietos a los flujos de salida de fondos en escenarios de
estrés con el colchón de activos líquidos de alta
calidad que poseen.
Según BBVA Research (julio 2020) hay exceso de liquidez en el
mercado financiero peruano y los bancos en lugar de otorgar
créditos comerciales a empresas están invirtiendo en
bonos soberanos locales (bonos emitidos por el MEF) para optimizar la
rentabilidad de sus excedentes de liquidez o tesorería a corto
plazo.Así la banca ha pasado de tener 19% de bonos soberanos a
35% de abril a mayo de 2020.
Al cierre del 2019 el BCP6 (que forma parte Holding Credicorp) con un
patrimonio de 18,833 millones obtuvo una utilidad neta de 3,622
millones de soles, (10 millones de ganancia neta por día) lo que
equivale a un ROE de 19,23% (2018: 3,341 millones de utilidad neta)7.
El BBVA con un patrimonio de 9,187 millones alcanzó una ganancia
neta de 1,609 millones de soles (4 millones 471 mil por día) lo
que significa un ROE de 17,51%. Scotiabank con un patrimonio de 9,846
millones llegó a ganar 1,464 millones de soles (4 millones 68
mil por día), es decir, un ROE de 14,82% en el mismo año.
Finalmente, Interbank con un patrimonio de 6,028 millones obtuvo unas
ganancias de 1,221 millones de soles (3 millones 393 mil soles por
día) lo que representa una rentabilidad o ROE de 20,25%. Los
niveles de rentabilidad de los cuatro principales bancos peruanos son
inmejorables comparados con bancos de otros países de la
región. Ello puede deberse principalmente al comportamiento
oligopólico de estos bancos y la enorme brecha que hay entre la
tasa activa y pasiva en Perú.
Para los bancos peruanos no hay crisis
La utilidad neta de todo el sistema financiero peruano (excepto las
cajas rurales) ascendió a 2,718 millones de soles a junio de
2020 en medio de la crisis (2019: 11.181 millones). Sólo la
banca múltiple privada tuvo una ganancia neta de 2,112 millones
de soles en medio de la crisis (2019: 9,082 millones). Entre tanto, los
cuatro bancos más grandes de los 15 que hay en el país,
acumularon unas ganancias netas de 1,809 millones de soles8 en el
primer semestre de este año. Los ingresos por intereses cobrados
cifraron en 10,436 millones, en cambio los gastos por intereses pagados
al público ahorrista llego apenas a 2,707 millones (25% de los
ingresos ordinarios). Por otra parte, se han dotado de unas provisiones
para créditos directos de 3,891 millones, provisiones que van en
detrimento de las utilidades y menos impuesto a la renta
Tabla 5. Utilidad Neta del Sistema Financiero Peruano
6Para Euromoney y la revista británica The Banker el BCP ha sido
el banco del 2019. Los criterios usados fueron: rentabilidad, liquidez,
tamaño, patrimonio y morosidad.
7Sin tener en cuenta Mibanco una de las más grande del país que forma parte del Holding financiero Credicorp.
8Puede verse los estados financieros presentados a la Bosa de Valores de Lima.
Figura 5. Utilidad Neta de los cuatro principales bancos
De acuerdo a la información publicada por la SBS al segundo
semestre de 2020, la situación económica y financiera de
las entidades del sistema son muy buenas. En el BCP la tasa de
morosidad (deudas atrasadas en MN) llegó apenas a 3.02%, los
créditos refinanciados y restructurados representaban
sólo el 0.88%. Así mismo, se ha dotado de unas
provisiones superiores al total de las deudas atrasados (151.46%). La
solvencia financiera (ratio de capital global) fue de 14.52% y su ROE
cifró en 15.12%.
En el caso del BBVA, el segundo mayor banco por cifra de negocios
(ingresos) y utilidades, los créditos atrasados en MN
(morosidad) alcanzaron 3.19%, las deudas refinanciadas y restructuradas
2.15%, las provisiones para créditos atrasados 159.67%. En
cuanto a su capacidad de pago o solvencia su cifra es 14.04% y su ROE
registró 15.29%.
El Scotiabank que le pisa los talones al BBVA, tiene una tasa de
morosidad en MN 4.20%, los créditos refinanciados y
restructurados 1.10%, las provisiones para créditos atrasados
128.56%, solvencia financiera 14.04% y su ROE 13.14%. Por su parte,
Interbank el banco líder en rentabilidad, tiene la morosidad
más baja que las anteriores (2.43%), los créditos
refinanciados y restructurados representa apenas 0.67%, sus provisiones
para créditos directos duplica su deuda atrasada de 217.66%.
Tiene una solvencia financiera de 14.95% y un ROE notable de 16.75%.
Claramente, a la luz de estas cifras en los seis primeros meses de
2020, la crisis del coronavirus no ha tenido mayor impacto en el
negocio de las empresas financieras. El leve descenso del ROE con
respecto al año 2019 (Gráfico 4), se explica por el
fuerte incremento de las provisiones por riesgo de crédito
directo que se han dotado estas empresas, por ejemplo, incluido para
los préstamos otorgados en el marco de los programas Reactiva
Perú y FAE – Mype (provisiones flexibilizadas por la SBS).
En resumen, el sistema financiero peruano, se mire por donde se mire,
sigue muy robusto. Sin embargo, la perspectiva futura de rentabilidad
de estas entidades (bancarias y no bancarias) pueden verse alteradas si
se rompe la cadena de pagos desde el lado de los prestatarios (personas
naturales o jurídicas) y se produce una masiva quiebra de
familias y empresas. La cartera de créditos del segmento de
personas naturales (consumo e hipotecario) representa más de un
tercio (34.15%), en términos absolutos esto equivale a 125,752
millones de soles de una cartera de colocaciones directas de 368,235
millones de soles de todo el sistema financiero (Tabla 3) a junio de
2020.
Las fuentes de ganancias de los bancos
Las entidades financieras están presentes en nuestra vida de una
manera bastante cotidiana. No obstante, parece que no muchos entienden
cuál es el real negocio de los bancos, para qué fueron
creados, cómo es que pueden alcanzar los elevados niveles de
ganancias que exhiben cada año. No sólo eso, sino,
además, cuán importantes son para la economía. Los
bancos nos brindan una serie de servicios sin los cuales la vida
sería un poco menos llevadera. Por otro lado, la
percepción social que se tiene de la banca peruana ha cambiado,
observándose un deterioro reputacional creciente,
principalmente, después de la crisis financiera del 2008. Se han
vivido varias crisis financieras, quiebras de bancos, etc. Por ello,
tenemos el derecho y la responsabilidad de exigir no sólo
seguridad para nuestros ahorros, sino también el justo precio a
nuestro dinero y la transparencia de su uso, incluso más
allá de las propias prácticas del banco, como, por
ejemplo: ¿A qué actividades se dedican los clientes a
quiénes financian con nuestros ahorros o depósitos?
El principal negocio de las entidades financieras sigue siendo captar
fondos de agentes con superávit (familias, empresas y gobiernos)
y colocar o prestar dichos fondos a los agentes económicos con
déficit (familias, empresas y gobiernos). Es lo que se conoce
como actividad de intermediación financiera indirecta. Junto a
este giro principal, también tienen una amplia gama de
actividades complementarias orientadas a brindar un servicio integral
al cliente, con financiamientos de corto, mediano y largo plazo, para
ejecutar inversiones y/o atender necesidades de capital de trabajo,
así como otorgar servicios colaterales de fianzas, cartas de
crédito de importación, cobranzas, pagos de
remuneraciones, de impuestos, a proveedores, entre otros.
Entre los productos que ofrecen las entidades financieras a personas
naturales para captar fondos están las cuentas de ahorro,
depósitos a plazo, depósitos CTS, certificados bancarios,
etc. Según Apoyo & Asociados – Fitch Rating (abril
2020) los depósitos del público a la vista, plazo y
ahorros, son las principales fuentes de financiamiento o fondeo del
sistema financiero y financian el 63.3% del total de sus activos o
inversiones a diciembre 2019. Otras fuentes de fondeo que usan son las
deudas (emisión de bonos), aportes de capital y reservas. Por
otro lado, están las distintas modalidades de colocación,
es decir, los financiamientos que otorgan a los prestatarios, tales
como: los préstamos (personales, hipotecarios, vehiculares y
otros) que generan los intereses, comisiones y gastos adicionales
(TCEA), créditos, descuentos, cuentas corrientes, entre otros.
Tasa activa versus tasa pasiva en el sistema financiero
Según los datos publicados por la SBS, los ingresos totales de
las entidades financieras por intereses cobrados por los
préstamos concedidos a sus clientes, ascendieron a 28,944
millones de soles en el 2019 (2018:27,120 millones). En cambio, los
intereses pagados al público por sus ahorros (gastos por
intereses) fueron 8,357 millones soles y representan apenas el 28% del
total ingresos (2018:7,560 millones). Ahora, salta la pregunta
¿por qué el dinero del ahorrista vale menos que del
banco? Se han ensayado varias respuestas al respecto: el libre mercado,
los bancos nunca pierden, estas entidades no tienen
“corazón”, el Gobierno los permite, la usura es su
razón de ser, etc.
Tabla 6. Promedio de Tasas Activas Anuales en Moneda Nacional (%)
La llamada tasa activa (compensatoria o lucrativa)9, mejor dicho, la
tasa de interés que cobran las entidades financieras en el
Perú por prestar el dinero de los ahorristas, si no es la
más alta, es una de las más altas del mundo. La tasa
compensatoria o lucrativa bordea el 35% anual, dependiendo del producto
que ofrece la entidad financiera y la tasa moratoria supera 195% anual.
Eso se llama usura con mayúscula. Por contra, la tasa pasiva, es
decir, el interés que paga al público por sus ahorros
está entre 0.25% a 0.5% anual que no cubre ni siquiera la
pérdida del poder adquisitivo del dinero o inflación
(véase el tarifario de los bancos en sus respectivas
página web). Esto es insostenible y como alguien decía
atenta directamente contra el desarrollo del país. Por otro, se
crea una élite codiciosa, contraría a los intereses de la
nación. El buen “gobierno corporativo” que
preconizan algunos bancos es pura retórica. Basilea III no ha
llegado aún al Perú, desafortunadamente.
La Ley de Instituciones Bancarias y Financieras de 1993 (D.L. No.770),
liberalizó las tasas de interés convencionales
(compensatorias o lucrativos y moratorias) para las operaciones que se
realicen dentro del sistema financiero peruano, de tal manera que
dichas tasas son fijadas por la libre competencia y sigue vigente. De
este modo el BCR quedaba excluido de su rol de fijar topes
máximos de interés, y dedicado sólo a fijar tasas
referenciales para las operaciones fuera del sistema financiero, lo
cual no tiene ningún impacto en las tasas activas que manejan
los bancos, excepto para usar en las operaciones interbancarias. La Ley
No.2760 (1918), conocida como Ley de Agio y Usura y las posteriores
modificaciones fueron derogadas de un plumazo
Tabla7. Bancos: Promedio de Tasas Pasivas Anuales en Moneda Nacional (%)
Regular estas tasas leoninas es un viejo reclamo de los peruanos. Hay
iniciativas de ley dirigidas a regular el costo del dinero en el
Perú, sin embargo, dichos proyectos no han prosperado
básicamente por dos razones: por la actitud acomodadizo del
congreso y por la férrea oposición de una burocracia
obtusa del MEF, el BCR y la SBS. Los peruanos necesitan una Ley de
Usura para el siglo XXI y ¡ahora! Países como Estados
Unidos y el Reino Unido – defensores del mercado libre – y
sin ir muy lejos Chile tienen una ley de usura donde se establecen
límites a las tasas que cobran las entidades financieras
supervisadas. Quienes cometen delitos de usura o cobren intereses por
el capital prestado superiores a los que la ley permite, tienen pena de
cárcel hasta 5 años. La Convención Americana de
los Derechos del Hombre (art.21) dice: “La usura, así como
cualquier otra forma de explotación del hombre por el hombre,
debe ser prohibida por la Ley”.
DISCUSION
Reestructurar, refinanciar o reprogramar deudas: ¿De qué hablamos?
Técnicamente, reestructurar, refinanciar y reprogramar deudas o
pasivos son conceptos similares en cuanto a que usualmente están
asociados a variaciones de las condiciones originales de un
préstamo tomado por personas naturales o jurídicas,
cuando la generación de sus flujos de caja o ingresos no les
permite honrar sus compromisos en los términos y plazo pactados,
mejor aún, cuando hay un riesgo potencial de incumplimiento de
pagos.
No obstante, reestructurar, refinanciar o reprogramar deudas o pasivos
no debe ser exclusivamente de un escenario negativo. Hacerlo en una
coyuntura positiva para el prestatario puede no sólo generar
ahorros y mejorar condiciones contractuales, sino que también
puede ser parte de una adecuada gestión de riesgo para afrontar
mejor futuros escenarios adversos.
Más concretamente, restructurar normalmente se refiere al cambio
de la estructura de la deuda o pasivo como puede ser el plazo, el
período de gracia o carencia, cuotas o moneda. En esencia
significa negociar la modificación del contrato primigenio del
préstamo u otro instrumento financiero existente, generalmente
para ampliar los plazos para la amortización del principal o
para modificar las frecuencias de los pagos de los intereses.
En cambio, refinanciar significa la firma de un nuevo contrato de
préstamo u otro instrumento de financiero, a menudo en mejores
condiciones que el anterior contrato. Usualmente se utiliza para
refrescar deudas cancelando préstamos antiguos con una nueva
operación financiera obteniendo mejores condiciones y/o tasas de
interés.
Esta figura también puede ser usada para consolidar deudas
antiguas u obtener un nuevo préstamo que fusione las existentes
en ese momento. Esta operación daría lugar a un
único pago mensual, aunque generalmente se alarga el plazo de
pago de la deuda. En el Perú, para solicitar la
refinanciación de una deuda vigente o cuotas de pago vencidas,
el prestatario o deudor debe tener al menos una de las cinco
calificaciones: “Normal”, Con problemas Potenciales,
Deficiente, Dudoso y Pérdida. En resumen, el refinanciamiento de
deudas conlleva un cambio en las condiciones contractuales del
crédito, ya sea plazo, tasa de interés y/o cuota de
amortización. Podría dar lugar a un incremento en su
costo de financiamiento.
Entre tanto, reprogramar (o “patear”) la deuda tal como
vienen haciendo las entidades financieras peruanas (en muchos casos
unilateralmente), consiste simplemente en el cambio de la fecha de pago
y del plazo de la deuda pendiente. Suele estar acompañado de un
periodo de gracia, en el que no se cobra la cuota pactada, aunque
continúa acumulando intereses, los que serán cancelados
en las cuotas posteriores. La tasa de interés no se toca. Para
acceder a esta fórmula el deudor debe tener la
calificación “Normal” en la central de riesgos y la
deuda debe estar vigente.
Quita de deuda financiera o la bancarrota de familias ¿Qué es mejor?
De acuerdo a las cifras de la SBS, al cierre del primer semestre de
2020 habían 7,310,779 personas naturales como deudores
financieros por créditos de consumo (7,046,281 familias) e
hipotecarios (264,498 familias). Es decir, este segmento de familias
deudoras representaba el 72.69% de un total de 10,056,646 de deudores
de todo el sistema financiero peruano por todo tipo de créditos.
Por otro lado, el total de créditos otorgados a dichas familias
ascendía a 124,232 millones de soles entre créditos de
consumo (72,296 millones) e hipotecarios (51,936 millones). Esta cifra
significa el 33.74% del total de colocaciones directas de todo el
sistema financiero nacional incluida la banca estatal que como ha visto
en el Cuadro 3 viene a ser 368,235 millones de soles.
La Cartera de Alto Riesgo de todo el sistema financiero, que incluye la
cartera atrasada (vencida y en cobranza judicial) y aquellas deudas que
fueron refinanciadas y reestructuradas ascendía a 19,085
millones de soles en junio de 2020 (2019: 17,176 millones). En la Banca
Múltiple, dichas deudas llegaron a 14,480 millones de soles que
vendría a ser el 75.87% de todo el sistema financiero (2019:
12,750 millones). Como puede verse en el Grafico 6, es evidente el
efecto negativo de la crisis del coronavirus en la cobranza de las
entidades financieras de todo el sistema. En la medida en que la
economía peruana siga en terreno negativo y con escaso visos de
recuperación en el 2020, el número de familias deudoras
en situación de insolvencia aumentará aún
más.
Figura 6. Evolución de la Cartera de Alto Riesgo del SFP (2015 – junio 2020)
En este escenario de creciente impago de deudas, la fórmula de
reprogramar o “congelar” deudas, no evita la quiebra de
miles familias. “Patear” la deuda para más adelante,
cambiando únicamente la fecha de pago y el plazo de la deuda
pendiente, agudizará aún más el problema de los
deudores. En este esquema la deuda primigenia seguirá acumulando
intereses que deben ser cancelados en las cuotas posteriores, pero en
la práctica estas obligaciones se harán impagables en el
tiempo dada las elevadas tasas de interés vigentes en los
contratos de deuda.
La cartera de alto riesgo a junio de 2020 representa el 5.18% del total
de colocaciones directas de todo el sistema financiera, es decir, de
los 368,235 millones de soles. Ahora bien, las deudas otorgadas a
familias en créditos de consumo e hipotecarios ascienden a
124,232 millones que viene a ser el 33.74% del total de colocaciones
del sistema. Una quita o descuento del 10% de la deuda vigente y los
intereses devengados hasta junio de 2020, sería la salida
más acertada para evitar la quiebra de millones de familias y el
impago de sus deudas. Por otro lado, con esta medida los prestamistas
podrían cobrar la deuda pendiente y no perderían a
clientes que pueden entrar en bancarrota con el enorme costo social que
eso significa para el país.
Hay sobradas razones detrás de esta idea: a) El 100% de los
créditos directos de alto riesgo de las entidades financieras
están provisionados b) los bancos tienen una gran fortaleza
económica y financiera, y a pesar de la crisis han obtenido
buenas utilidades c) todas las empresas financieras han recibido
millonarias transferencias en el marco del programa Reactiva
Perú garantizados por el propio Estado, d) Los prestatarios
personas naturales no han tenido apoyo económico del Estado, e)
depósitos del público a bajo costo (financiamiento)
frente a elevadas tasas activas principalmente en préstamos de
consumo, etc. Si, ya sé, que la palabra descuento o quita de
deudas no les gusta a las entidades financieras. ¿No
sería mejor para los prestamistas recuperar al menos parte del dinero prestado a sus clientes que perderlo todo?
Si esta propuesta prosperase, vendría la etapa de la
refinanciación negociada de la deuda, que implica firmar un
nuevo contrato en condiciones distintas (plazos, tasas de
interés y cuotas). Si se descarta esta opción, el
Gobierno se verá en la obligación de sacar un nuevo
programa de Reactiva Perú para familias con deudas financieras,
así como lo hizo paras empresas. ¡Y por qué No!
Mientras tanto, la presión social no cesará.
El proyecto de ley del congreso de “congelar” deudas por 3
meses es claramente insuficiente. Por otro lado, la
reprogramación unilateral de deudas que vienen haciendo las
entidades financieras no es sostenible y resulta más oneroso en
el tiempo. En todo caso ayudará a alargar la penuria de los
deudores y el monto a pagar al final será mayor e impagable.
CONCLUSIONES
El coronavirus impactará fuertemente en el crecimiento de la
economía, así como en la salud financiera de las empresas
y familias peruanas. Por ello, las empresas del Sistema Financiero
esperan una menor actividad financiera, posible incremento de la tasa
de morosidad, una reducción en la rentabilidad de sus negocios y
presiones sobre la liquidez. No obstante, a junio de 2020 han mostrado
una sólida solvencia financiera, adecuada gestión de
riesgo, fuentes de financiamiento o fondeo a bajo costo, holgadas
provisiones para posibles impagos, buen patrimonio debido a la
capitalización de utilidades y ganancias netas aceptables en
plena crisis. Si a esto añadimos la enorme ayuda que el sistema
bancario esta recibiendo tanto en forma de liquidez barata como de
garantías del propio Estado frente a posibles impagos, se puede
decir con poca probabilidad de error que las entidades financieras
están actualmente en disposición de ayudar a millones de
familias para evitar su bancarrota.
La reprogramación de deudas que vienen haciendo las entidades
financieras es necesaria, pero no es suficiente. Congelar o
“patear” deudas por unos meses no resuelve el problema de
fondo. Por un lado, la recuperación de la economía no
será a corto plazo y por otro, la deuda diferida será
mayor en ese momento y probablemente resulte impagable.
En una coyuntura tan atípica como la actual, con elevadas tasas
de desempleo y una economía en depresión, es improbable
que los deudores financieros honren sus compromisos en los plazos y
términos pactados. La quita o descuento de una décima
parte de la deuda vigente y los intereses devengados hasta el segundo
semestre de 2020, evitaría que miles de familias peruanas se
declaren en quiebra o bancarrota, por un lado y por otro, los
prestamistas tendrían la posibilidad de cobrar el saldo de la
deuda una vez hecho el descuento.