Recibido: 01/07/2020 Revisado: 04/07/2020 Aceptado: 14/07/2020
Publicado: 25/10/2020
RESUMEN
El Trastorno del Espectro Autista es considerado un grupo de afecciones
caracterizadas por una gradación en la alteración del
comportamiento social, la comunicación y el lenguaje, intereses
y actividades restringidas y estereotipadas. La condición es
co-ocurrente a afecciones psicológicas. La Teleasistencia
Psicológica está siendo una herramienta durante la
pandemia de la COVID-19. El estudio estableció como objetivo
describir el funcionamiento y procedimiento de la Teleasistencia
Psicológica para estudiantes universitarios con autismo que
presentan cuadros de ansiedad, depresión y episodios
psicóticos, describir el proceso, indicar las estrategias,
técnicas, instrumentos y recursos tecnológicos
existentes, así como determinar los beneficios y limitaciones de
la misma que permita una atención online de calidad. El estudio
fue de tipo descriptivo, la muestra la conformó 10 estudiantes
universitarios con diagnóstico de Autismo de una
institución educativa superior privada de Lima. La
Teleasistencia Psicológica permitió identificar las
causas de la ocurrencia de episodios críticos que se agruparon
en factores típicos y factores que guardan relación con
la sintomatología propia del autismo, demostró ser un
recurso útil porque permitió identificar necesidades,
establecer base de datos online, aplicación de técnicas
adaptadas de la terapia cognitivo – conductual de manera remota,
e incluir a los progenitores. Se concluyó que la Teleasistencia
Psicológica requiere de instrumentos de evaluación
adaptados para la condición, además, puede ser aplicado
en diferentes entornos y con diferentes modalidades, contribuyendo al
desarrollo futuro de competencias para la población autista.
Palabras clave: Teleasistencia psicológica, autismo, COVID-19, ansiedad, depresión, episodios psicóticos.
ABSTRACT
The Autism spectrum disorder is considered as a group of gradation in
the social behave, communication, language and the stereotype of
interest and restricted activities. This condition is co-occurring to
psychological affections. Psychological teleassistance has been a
powerful tool during the COVID19 Pandemic. The purpose of this study
was to describe the procedure and function of the Psychological
teleassistance to Autism university students who suffer anxiety,
depression and psychotic episodes, describing the process, showing the
strategies, techniques, tools and all technological resources, also to
establish the benefits and limits to make an excellent attention
online. The study was descriptive, the sample was made up of 10
university students diagnosed with Autism from a private higher
educational institution in Lima. The Psychological Teleassistance
allowed identifying the causes of the occurrence of critical episodes
that were grouped into typical factors and factors that are related to
the symptoms of autism, proved to be a useful resource because it
allowed identifying needs, establishing an online database, applying
techniques adapted from cognitive behavioral therapy remotely, and
include parents. It was concluded that Psychological Teleassistance
requires assessment instruments adapted to the condition, in addition,
it can be applied in different settings and with different modalities,
contributing to the future development of skills for the autistic
population.
Keywords: Psychological teleassistance, autism, COVID-19 anxiety, depression, psychotic sequences.
INTRODUCCIÓN
El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es considerado un grupo de
afecciones caracterizadas por una gradación en la
alteración del comportamiento social, la comunicación y
el lenguaje, por un repertorio de intereses y actividades restringido,
estereotipado y repetitivo. Dicha afección aparece en la
infancia, persiste en la adolescencia, la edad adulta hasta su deceso
(Association American Psychiatric, 2016; Ministerio de la Mujer y
Poblaciones Vulnerables, 2019; Organización Mundial de la Salud,
2019; Reynoso, et al., 2017). Ello genera un deterioro en las
habilidades y competencias cognitivas, emocionales, laborales y
sociales que requieren atención psicológica en diferentes
etapas de su vida. La condición es co-ocurrente a afecciones
como la depresión, ansiedad, alteraciones de conducta y
trastorno de déficit de atención e hiperactividad
(Hervás y Rueda, 2018; Moreno, 2017; Mulas, et al., 2018; Rico,
et al., 2016; Ruggieri, 2020) que persisten al final de la
adolescencia, y posiblemente durante toda su vida. Los individuos TEA
adolescentes y adultos jóvenes que requieren menor cantidad de
apoyos o cuyo desempeño es más funcional, presentan en su
mayoría problemas para establecer y mantener una amistad, tener
y mantener una pareja, lo que genera conductas de aislamiento y
síntomas depresivos. Se han encontrado evidencias que la
población TEA tiene niveles basales más elevados en la
mayoría de las características de depresión
enumeradas en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los
Trastornos Mentales, (DSM-5) (García, et al., 2017;
López, et al., 2019; Ruggieri, 2020). A su vez, esta
población no está exenta de sentir las consecuencias del
confinamiento, que son similares a todos los que han tenido una
experiencia de cuarentena, el sentir irritabilidad, angustia, insomnio,
poca concentración e indecisión, deterioro del
desempeño en general, síntomas depresivos, con una
destacada prevalencia del bajo estado de ánimo e irritabilidad,
son los más recurrentes (Brooks, et al., 2020), que se agravan
por la dificultad para enfrentarse a la incertidumbre. Según lo
manifiestan Pérez y Artigas (2020) “Los temores asociados
a la incertidumbre se afianzan como uno de los mecanismos clave en el
desarrollo y mantenimiento de la ansiedad en el Autismo”.
Efectuar un acompañamiento a la población estudiantil
universitaria TEA es una necesidad fundamental, debido a que, al
ingresar a la universidad, muchos dejan de asistir al servicio
psicológico que los atendía. Esta situación
podría generar consecuencias como el incremento de los estados
de ansiedad. Uno de los grandes desafíos que tienen los
profesionales de salud mental, está relacionado con la
identificación de los síntomas de una depresión
que difieren de la población típica, en la que se
observan estados de tristeza, mientras que, en la TEA, suelen
presentarse estados de inquietud e insomnio. Si las dificultades
persisten o no son atendidas, podrían tener consecuencias
devastadoras en la calidad de vida y aumentar el riesgo de pensamientos
y comportamientos suicidas en personas autistas (Ruggieri, 2020), es
por ello que la detección y el abordaje son prioridad en esta
etapa.
El Programa de Atención a la Diversidad (PADI) de la Universidad
Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC) surge como una respuesta a la ley
peruana N°29973, Ley General de la Persona con Discapacidad, que
tiene como finalidad “establecer el marco legal para la
promoción, protección y realización, en
condiciones de igualdad, de los derechos de la persona con
discapacidad, promoviendo su desarrollo e inclusión plena y
efectiva en la vida política, económica, social, cultural
y tecnológica” (Congreso de la República del
Perú, 2012), y del Plan Nacional para personas con TEA
(Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, 2019) que tiene como
uno de sus objetivos “fortalecer los servicios de apoyo y
asesoramiento para mejorar la calidad de la atención educativa
de los y las estudiantes con TEA”. PADI es parte de un plan de
acción de soporte de la universidad que está disponible
para ayudar a alcanzar el potencial de los estudiantes universitarios
con discapacidad especificado en las políticas de discapacidad
para alumnos (UPC, 2016), atiende casos de: TEA, discapacidad auditiva,
motora y visual, trastorno por déficit de atención. La
información proporcionada a la Universidad, a través de
la Dirección de Calidad Educativa, se comparte con las
áreas académicas y administrativas que se encargan de
acompañar a estos estudiantes durante toda su etapa
universitaria. Tiene como objetivo garantizar la igualdad de
oportunidades para los estudiantes y asegurar las prácticas
acordes con la ley peruana y la estrategia de la Universidad.
La utilización de la Internet, por lo que respecta a la
atención psicológica, se ha materializado en un campo
denominado telepsicología definida por la Asociación
Americana de Psicología como “la prestación de
servicios psicológicos utilizando tecnologías de
telecomunicaciones” (APA, 2013) que está siendo muy
útil en el período de confinamiento por la pandemia de la
COVID-19. La teleasistencia psicológica (TAPs) es el
término elegido para definir la atención de la salud
mental a distancia de forma remota. La principal característica
de la TAPs es la modalidad del servicio que sustituye al contacto
físico, y la utilización de los dispositivos
tecnológicos (computadora personal, laptop, Tablet y celular) y
aplicaciones (Blackboard, Google Meet, WhatsApp, Teams, Skype, etc.)
con el propósito de reemplazar la atención presencial por
la sincrónica en formato remoto u online. Muchos estudios de
investigación y varios metaanálisis indicarían la
efectividad de la TAPs y el uso de las nuevas tecnologías para
personas neurotípicas y TEA en una variedad de formatos
terapéuticos, así como para el personal que lo lleva a
cabo (Caicedo, 2015; McCord, et al., 2020; Dixon, 2015;
González, et al., 2017; Ojel - Jaramillo, 2011).
La psicoeducación y la terapia cognitiva conductual son las más utilizadas para la atención
de personas autistas, porque ha demostrado efectividad para reducir los
síntomas de ansiedad y depresión. Los tratamientos se han
adaptado para la población TEA, focalizándose en la
ansiedad, la depresión y conductas autolesivas (Aboza, et al.,
2020; Hervás y Rueda, 2018; Larroy, et al., 2020). Se requiere
trabajar aspectos como la exposición funcional cognitiva
(control de la preocupación frente a la incertidumbre), la
reestructuración cognitiva, la prevención de las
respuestas, la solución de problemas, la relajación
muscular progresiva y el feedback sincrónico (Caballo, 2007). En
dicha propuesta se incluye al estudiante como a los familiares. Sin
embargo, debido a la coyuntura el trabajo que antes se efectuaba de
manera presencial, ahora debe migrar a una TAPs demostrando el nivel de
efectividad de la misma (Larroy, et al., 2020).
Por lo tanto, con el presente trabajo se pretende describir el
funcionamiento y procedimiento de la TAPs para estudiantes
universitarios TEA que presentan cuadros de ansiedad, depresión
y episodios psicóticos, describir el proceso, indicar las
estrategias, técnicas, instrumentos y recursos
tecnológicos existentes, así como indicar los beneficios
y limitaciones de la misma que permita una atención online de
calidad.
MATERIALES Y MÉTODOS
El estudio fue de tipo descriptivo. Se trabajó con un grupo de
estudiantes universitarios TEA de una institución educativa
superior privada de Lima, debido a la persistencia de indicadores de
ansiedad, depresión y episodios psicóticos que son
co-ocurrentes de la condición. Dichos estudiantes pertenecen al
Programa de Atención a la Diversidad creado para atender a su
población estudiantil con discapacidad.
La TAPs fue aplicada de manera virtual desde que inició el
primer ciclo del año 2020, cuando a causa de la cuarentena los
estudios universitarios se iniciaron de esta manera. Este
acompañamiento se aplicó cumpliendo las condiciones
establecidas para atender a personas TEA.
En la tabla 1 se describen estos aspectos:
Tabla 1. Condiciones del Programa de Acompañamiento para Estudiantes Universitarios TEA
El programa se ejecutó según la Política de
Discapacidad para Alumnos, código SICA-PYL-04 versión 1
de la Universidad (UPC, 2016). La validación de la
metodología del sistema virtual tuvo como control, los
resultados obtenidos por las metodologías aplicadas antes de la
fase de la cuarentena, léase la forma presencial en la
universidad. Inició con la identificación, la
evaluación y la atención al estudiante TEA. En esta
primera etapa se informó a los participantes respecto a: toma de
datos, en qué consiste el acompañamiento a realizar, el
compromiso de privacidad, la prohibición de grabar (audio y
video) por ambas partes, e información sobre el canal o medio
por el cual tendrá la terapia en vivo mediante la plataforma
virtual (Colegio Logopedas Murcia, 2020).
Para la identificación de afecciones co-ocurrentes de ansiedad,
depresión y estados psicóticos, se aplicó una
“Encuesta de Identificación de Necesidades” al
estudiante y a sus padres, en la que se recogió
información sobre la familia, el desarrollo evolutivo del
estudiante, su nivel de desempeño y los síntomas de
ansiedad que experimentaba: naturaleza de las respuestas de ansiedad,
comportamientos colaterales (agresiones o autoagresiones),
antecedentes, consecuentes y estado afectivo del individuo, las cuales
no mejoraron con estrategias habituales que los padres aprendieron a
aplicar desde la infancia de su hijo como es la anticipación,
horarios visuales e historias sociales (Beneytez, 2019).
La evaluación consistió en la aplicación de
instrumentos utilizados en la valoración de síntomas de
la población neurotípica, no obstante, cuando se aplican
a la población TEA, su validez y confiabilidad se ven
comprometidas debido a que los síntomas de ansiedad aparecen
entremezclados con características propias del TEA; por ello, la
necesidad de que la aplicación esté a cargo de un
profesional con experiencia, que incluyó los criterios del DSM-5
y la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE –
11).
La TAPs se llevó a cabo usando como plataforma principal el
BlackBoard de la institución, como alternativas Google Meet,
WhatsApp, Microsoft Teams, además del teléfono celular
como última opción para realizar llamadas cuando la
conectividad no fue posible. Al inicio del acompañamiento, se
envió un video instructivo de cómo usar las diferentes
plataformas, teniendo en cuenta las particularidades en la capacidad
visual de los individuos TEA. Antes de cada sesión se le
preguntó al estudiante respecto a la plataforma de acceso, se le
recordó en cada sesión la confidencialidad, y que se
ubicaran en un espacio privado de su casa, cerca del router o con el
cable directo conectado a la computadora para asegurar la conectividad
(Consejo General de la Psicología, 2017). Fueron consideradas
tres variables transdiagnósticas: la desregulación
emocional, la disfunción ejecutiva y la intolerancia a la
incertidumbre (Beneytez, 2019 & Larroy, et al., 2020) como un
continuo durante la intervención. Se aplicaron técnicas
cognitivas conductuales adaptadas para el tratamiento del trastorno de
ansiedad generalizada, de los trastornos del estado de ánimo y
de los trastornos psicóticos (Caballo, 2007). En la tabla 2
detallan las características de la TAPs.
Tabla 2. Estrategias, técnicas, instrumentos y recursos
tecnológicos del proceso para la TAPs aplicada a estudiantes TEA
con estados de ansiedad, depresión y episodios psicóticos
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
En la tabla 3 se presentan las características de los
estudiantes TEA, la prevalencia de sus estados co-ocurrentes e
información familiar. El 100 % de los estudiantes
presentó ansiedad, el 20 % depresión y episodios
psicóticos a la vez. En personas TEA es frecuente la ansiedad
por diversas razones (Paula, 2013; Pérez y Artigas, 2020), en el
caso del grupo estudiado, esto posiblemente, se deba al enfrentamiento
de situaciones nuevas dentro del sistema de aprendizaje remoto
implementado a causa de la COVID-19. También es esperado que los
estados depresivos y episodios psicóticos se presenten
(Ruggieri, 2020). En el grupo TEA atendido se evidenció en dos
estudiantes: el primero, con irritabilidad (con los miembros de su
familia y compañeros de aula), alteración conductual
(alteración del sueño, conductas compulsivas relacionadas
con el uso del celular, ingesta desmedida de alimentos,
desmotivación para conectarse a las clases sincrónicas y
desarrollar las tareas) e ideas suicidas, el segundo de los casos,
presentó conducta de autolesión. Con respecto a los
episodios psicóticos, los mismos estudiantes presentaron
distorsión de las intenciones de otras personas (progenitores,
docentes y compañeros) basados en sus dificultades de
comprensión social, pero relacionados con el estrés al no
saber cómo enfrentarse a las exigencias de algunos cursos. El 80
% presentó respuestas de hipervigilancia o hiperreactividad, que
es esperado cuando están fuera de su zona de confort, esto
quiere decir cambios en sus rutinas, aislamiento social, recarga de
tareas académicas, pocas horas de descanso y entretenimiento.
Las evidencias apuntan a la respuesta de “hiperreactivas de huida
o lucha, producto del ‘error social’ y de la
descompensación del mecanismo de alostasis1 que permite afrontar
el estrés” (Paula, 2013).
1Es la capacidad de responder al estrés psíquico o
físico, interno o externo, activando el sistema nervioso
autónomo, el eje hipotálamohipófiso-adrenal, el
sistema cardiovascular, el metabolismo y el sistema inmunitario, lo que
da como resultado una respuesta neuroinmunoendocrina; estas respuestas
son fisiológicas y permiten la adaptación frente a
situaciones de estrés (Pilnik, 2010)
Los resultados obtenidos (Fig. 1) indican que el formato de TAPs
empleado no influyó en El grupo de estudiantes TEA atendido
presentó un perfil actitudinal caracterizado por lo siguiente:
el 60 % presentó una actitud silenciosa, no mantenía una
comunicación fluida, siendo necesarias las preguntas de
generación o ampliación de la respuesta; el 30 %
presentó una actitud desorganizada, con un discurso
desestructurado que influyó en la recogida de
información, así como en la comprensión de las
referencias que se le brindaron por el canal auditivo y visual; y el 10
% mostró una actitud hostil durante la atención,
expresando continuamente quejas y demandas vinculadas con factores
académicos y familiares. Dichas características se
observaron durante la atención presencial efectuada el
año anterior, demostrando que no hubo variación con la
modalidad de TAPs. Es posible, que conductas como: asumir una postura
silenciosa, un pensamiento desorganizado u hostil, la
preocupación social, la interpretación negativa de
eventos y la percepción sobredimensionada de algunas demandas
del entorno, sean interpretadas como parte de la condición TEA,
que dificulta la detección temprana de depresión, lo que,
podría empeorar el futuro, considerando incluso, el riesgo de
suicidio el perfil actitudinal de ninguno de los estudiantes evaluados
en las sesiones presenciales previas a la COVID-19
En el estudio de los factores que guardan relación con la
sintomatología autista, se encontró que: el pensamiento
rígido, la intolerancia a la incertidumbre, las dificultades en
habilidades mentalistas (DHM) y la conciencia de su déficit
social, están presentes en el 100 % de los estudiantes TEA, que
también se evidenció en las sesiones presenciales. Fue
pertinente evaluar, en las actuales condiciones, cómo influye en
los estudiantes TEA el cambio de rutina y los posibles temores que
genera la presencia del virus en la población, resultando que un
80 % de los estudiantes TEA mostró alguna alteración ante
la ruptura de las rutinas y el 50 % expresó miedos (temor a
contraer el virus al salir de casa) influyendo en sus estados de
ansiedad, depresión y episodios psicóticos (Figura 3).
Figura 3. Factores que guardan relación con la
sintomatología autista que desencadenan los estados de ansiedad,
depresión y episodios psicóticos de estudiantes TEA
durante la TAPs
En la actual coyuntura, se impone la aplicación de TAPs para
evaluar el desempeño de los estudiantes TEA, así como
determinar en qué aspectos de su vida estudiantil se les puede
ayudar y orientar. Es imprescindible evaluar, determinar y hacer
ajustes a las condiciones del sistema de educación implementado
por la emergencia sanitaria. Es importante considerar todas las
herramientas relacionadas con la TAPs de manera que se puedan evaluar
los pro y contras de la teleasistencia, para ello se tienen en cuenta:
conectividad y uso de las nuevas tecnologías,
identificación de necesidades, evaluación
psicológica, atención individual psicológica,
orientación y asesoramiento familiar.
El principal beneficio en todo el proceso de atención fue la
conectividad, que permitió al estudiante ser atendido desde el
lugar donde se encontraba, usando una plataforma de su elección,
así como la posibilidad de usar la llamada telefónica
como alternativa a la suspensión de la Internet “no
necesito salir de casa”, “me atienden a la hora que tengo
tiempo”, “todos los acuerdos y recomendaciones llegan por
correo o mensaje de texto”. El uso de las nuevas
tecnologías fue un aliado excepcional para la TAPs debido a que
las personas con TEA tienen una afinidad natural por ellas, porque
entre muchos aspectos, estas proporcionan un entorno controlado y una
atención individualizada capaz de adaptarse a sus necesidades
(San Roma, et al., 2017).
Con el uso de la TAPs el proceso de Identificación de
necesidades permitió elaborar una base de datos en línea,
procesarla, tener acceso a los datos del estudiante y familiares para
casos de emergencia por la ideación suicida. En la
atención individual, fueron aplicados en la TAPs los mismos
protocolos habituales de atención presencial, que han demostrado
ser efectivos porque, no solo se atiende al individuo, sino, que se
incluye la participación de los progenitores, el empleo de la
intervención psicoeducativa, así como las técnicas
de la terapia cognitivo – conductual, la implementación de
ayudas visuales, uso de rutinas de pensamiento, lenguaje y ejemplos
concretos, personalización de estrategias de afrontamiento a
entrenar, uso funcional de la conducta, auto regulación y
fomento de la comprensión de claves sociales, son claves para
una intervención de calidad
(Aboza, et al., 2020). Por otro lado, el uso de la
retroalimentación por videoconferencia impactó en el
proceso de enseñanza – aprendizaje de las estrategias,
así como una mejor sostenibilidad de la intervención
(Zhu, 2019).
Las limitaciones encontradas fueron las relacionadas con el
desconocimiento inicial del uso de plataformas virtuales para la
atención psicológica, que fue superada enviando videos
tutoriales, así como la falta de instrumentos de
evaluación adaptados a la virtualidad y a la población
autista. Los instrumentos que se utilizan para evaluar la ansiedad y
depresión en población neurotípica, han demostrado
baja sensibilidad para detectar síntomas de ansiedad en
adolescentes y jóvenes adultos TEA (Beneytez, 2019), debido a
que muchos de los indicadores son co-ocurrentes a la condición,
pudiendo atribuir de forma errónea que estaríamos frente
a un perfil “típico” de autismo; por ello, un
diagnóstico adecuado debería tomar en cuenta las
limitaciones de los instrumentos y valorar el diagnóstico
clínico que es posible cuando el profesional tiene la
formación y la experiencia de trabajar con población TEA.
La TAPs tiene el potencial de abordar las dificultades de la
población TEA debido a la disponibilidad, accesibilidad,
aceptabilidad, anonimato y asequibilidad de los servicios que ofrecen
los profesionales de salud mental. Dicho modelo puede ser aplicado en
diferentes entornos y con diferentes modalidades y este modelo de
práctica, puede informar el desarrollo futuro de competencias
para la población TEA (McCord, et al., 2020). Por lo tanto,
podría considerarse la TAPs, como una alternativa válida
en determinadas situaciones que ocurran durante el proceso de
educación presencial, que les permita beneficiarse de una
atención mixta (presencial y/o en remoto) según lo
considere el profesional, o circunstancias como la limitación de
asistir a la universidad por enfermedad, de tal manera que esta
modalidad no se quede como una alternativa que surgió para la
pandemia.
En la actualidad, no sería posible aplicar la TAPs en todo el
territorio peruano por las carencias de la conectividad en diferentes
regiones. Según la “Encuesta Nacional de Hogares”
aplicado por Instituto Nacional de Estadística e
Informática (INEI) en el año 2018 solo el 39 % de los
hogares, en todo el país, tiene acceso a la Internet y en el
área rural solo el 5 % (Lechleiter & Vidarte, 2020). Otro
reporte del INEI menciona que, en el año 2018 solo un 7,5 % de
la población total del Perú hacía uso del servicio
desde sus casas y el 41,2 % desde su celular, y en el resto del
país el 7,1 % lo hacía desde sus hogares y el 44,8 %
desde sus celulares (INEI, 2019). Por lo tanto, en estos sectores la
atención presencial seguiría siendo la única
alternativa.
El Decreto Supremo Nº 006-2020-Minedu del Estado Peruano (El
Peruano, 2020) indicó la intención de superar la
desigualdad digital de la Educación a Distancia. Para ello, el
gobierno anunció que 719,000 tablets serían entregados a
alumnos de las zonas rurales y 123,780 en áreas urbanas,
así como a los profesores se les destinaría 97,756, con
el debido servicio de internet móvil y cargadores solares para
los lugares donde no hay energía eléctrica (RPP radio,
2020). Esto indicaría que el Estado ha reaccionado
valiéndose de la hipótesis que la conectividad
sería el factor clave para superar la crisis de la
educación agravada con la pandemia de la COVID-19. Siendo
así, a través de estas tablets podría efectuarse
la TAPs a estudiantes autistas en las zonas donde la conectividad no
era posible.
CONCLUSIONES
La efectividad de la TAPs aplicada a los estudiantes TEA resultó tan efectiva como las sesiones presenciales.
La teleasistencia es la única manera de atender en época de la COVID-19 a los estudiantes TEA.
La teleasistencia se presenta como alternativa y complemento de las
sesiones presenciales ante situaciones excepcionales futuras.
La potencialidad de la TAPs estará directamente relacionada con
el desarrollo y adecuación de nuevos instrumentos de
evaluación que sean válidas y confiables para la
población TEA.
La aplicación exitosa de la TAPs dependerá del alcance de
un desarrollo tecnológico en las redes que permita una adecuada
conectividad para garantizar la comunicación fluida de la
población TEA que se encuentran en diferentes partes del
territorio peruano.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS